Irán: ‘Debido a la escasez de agua, los agricultores prefieren no sembrar’


Desde hace un mes, Irán es teatro de protestas contra ante la escasez de agua por la sequía. Los manifestantes, duramente reprimidos, acusan a las autoridades de desviar el agua.



Los campos que rodean la ciudad de Varamin, a 58 kilómetros de Teherán, suelen estar sembrados con decenas de productos agrícolas. El escenario este año es diferente, muchos de estos terrenos están sin cultivar por decisión de sus dueños.

“Mire … aquí no hay siembra. Debido a la escasez de agua los agricultores prefieren no sembrar. Todo es caro, los químicos, los tractores, y sin lluvia ni agua posiblemente no tendrán un buen producto”, cuenta a RFI Shirin, de 48 años.

Esta mujer, que todos los días saca a pastorear 400 ovejas, se queja de que nunca en su vida ha atravesado momentos tan difíciles.

“Cuando no hay lluvia, no hay pasto para las ovejas y tenemos que comprarlo”, explica.

La escasez de agua es un problema que se extiende a la mayor parte de provincias del Irán, como lo explica Kaveh Madani, experto en temas de agua y que ocupó el cargo de vicedirector del departamento de medio ambiente.

“Hasta que no se provea de trabajos y otros medios de vida a esta gente a partir de diversificar la economía, la industria y sectores de servicio, no hay manera problemas de aguas se puedan solucionar”, asegura Madani, quien hoy vive fuera de Irán.

Desde hace años, los agricultores, pero también pobladores de provincias donde la sequía es dramática, han levantado su voz contra lo que ellos señalan el mal manejo de los recursos hidráulicos. Pero el campo también es parte del problema: los cultivos consumen el 90% del agua del país. Las circunstancias se agudizan con el cambio climático, las lluvias por ejemplo han disminuido un 20% las dos últimas décadas.

“Estos problemas no tienen una solución rápida. Y por eso hay mucha gente que está insatisfecha con la manera como se maneja el agua. De cierta manera en algunas bases los sistemas están en bancarrota, simplemente no hay suficiente agua para satisfacer la demanda”, recalca Madani.

La última de las protestas sucedió días atrás en Isfahán, cuando miles de personas se movilizaron para exigir el regreso del agua al cauce de río Zayandeh, que ha sido redirigida a otras provincias desérticas. Las autoridades respondieron con represión y 67 personas fueron detenidas. Muchos temen que esta será la última protesta.

Fuente:Radio Francia Internacional