Japón: Un monje budista, maquillador y activista LGTBIQ

Kodo Nishimura tiene 32 años, es monje budista y maquillador profesional que colabora con la televisión y con concursos de belleza. El religioso milita por la defensa de los derechos del colectivo LGTBIQ que, como él que es homosexual, sufren discriminación.

Con nuestro corresponsal en Tokio, Gonzalo Robledo.

 



En un templo budista en el centro de Tokio, frente a un suntuoso altar dorado, canta salmos un esbelto monje de 32 años llamado Kodo Nishimura.

Su biografía es una caja de sorpresas y la primera de ellas es que habla español fluido, pues lo aprendió en Estados Unidos y ha visitado repetidas veces España.

Alterna su práctica budista con el trabajo de maquillador y trabaja ocasionalmente para concursos como Miss Universo o con programas de televisión.

Esta combinación de vida monacal y glamour atrae la atención de los medios de comunicación que constantemente visitan su templo para dar a conocer su vida.

Y esa gran visibilidad mediática ha sido esencial para promover su causa más importante: apoyar a quienes, como él, han tenido miedo de revelar sus preferencias sexuales.

“Soy homosexual”, afirma Nishimura y resalta la importancia de haber construido una imagen para apoyar a su colectivo y “vivir como queremos”.

La corriente de budismo que practica se llama en japonés Jodo Shu o escuela de la Tierra Pura. Sus monjes pueden formar un hogar y tener hijos. Además, es un credo inclusivo. Nishimura explica que el budismo acepta a toda la gente sin distinguir su sexualidad o sin juzgar por su culpas.

El haber tenido que vencer sus temores para salir del armario le dio herramientas para ayudar a personas con otros tipos de problemas, y a sus conferencias y charlas asiste gente de cualquier orientación sexual.

Muchas de estas charlas son invitaciones de organismos como Naciones Unidas que le han invitado a hablar sobre la diversidad. Por otra parte, la revista norteamericana TIME lo incluyó en la lista de líderes de la nueva generación de este año.

Pero pese a todos sus logros Nishimura considera que aún tiene retos en el camino, en especial en lo que respecta a las leyes para ayudar al colectivo LGTBIQ. “Japón está atrasado”, comenta respecto a la carencia de reconocimiento legal para las uniones del mismo sexo.

Su consejo más universal se basa en su curiosidad y su espíritu viajero, y se muestra confiado en que gracias a sus viajes y al conocimiento de otras culturas, esta generación podrá cambiar las leyes.

Fuente:Radio Francia Internacional