Se aplicaron maniobras de salvataje, se utilizó un desfibrilador y fue llevado en una ambulancia hasta un hospital; sin embargo, el niño no volvió a abrir los ojos. Los padres necesitan ayuda para el entierro de su hijo.
Fuente: Unitel
Wilber Almendras e Isabel Paniagua no encuentran consuelo. Su hijo Edward, nacido en España, murió sorpresivamente el jueves, cuando participaba de un entrenamiento en la escuela de fútbol de la Unión Deportiva Beniopa (Valencia). Los progenitores son de escasos recursos y piden ayuda para el entierro del menor.
“El niño chocó con un compañero y vi cómo se agarraba la boca”, así relataba la madre a El Levante, los segundos previos al inesperado desplome de su hijo.
Debido al incidente el entrenador del equipo y su ayudante acudieron a brindar auxilio al niño, quien incluso señaló que se encontraba bien; sin embargo, tras dar unos pasos más se desplomó inesperadamente.
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Se aplicaron maniobras de salvataje, se utilizó un desfibrilador para restablecer su ritmo cardiaco, llegó la Policía y fue llevado en una ambulancia hasta un hospital; sin embargo, vanos fueron los intentos, los ojos Edward no se volvieron abrir y con ello sus sueños con el fútbol se desvanecieron.
Todavía no se conoce las causas de la muerte del niño; sin embargo, la madre contó que padecía una patología cardiaca por el que durante un tiempo fue sometido a revisiones semestrales; pero ya había sido dado de alta.
Los padres del niño ambos bolivianos no solo viven el dolor por la pérdida de su hijo, tienen algunas dificultades para darle sepultura. El papá no tiene un trabajo fijo desde hace meses, lo hace ocasionalmente cuando alguien requiere sus servicios, la madre reúne algo de dinero trabajando algunas horas en limpieza.