La crisis ucraniana golpeará a Bolivia en el frente hidrocaburífero, pero abre oportunidades en el sector exportador

Los temores de un conflicto a gran escala en el este de Europa por la ofensiva militar rusa contra Ucrania elevaron este jueves el precio del barril de petróleo, que ya superó los $us 100 por primera vez en más de siete años.

Por Walter Vásquez

El conflicto ucraniano tiene ya un efecto real sobre la economía boliviana. Con la escalada del precio del petróleo, el país tendrá que pagar más por las importaciones de combustibles, que el año pasado marcaron un récord histórico y que este año, posiblemente, superarán el valor de las exportaciones de gas del país. Las oportunidades en la exportación de commodities que presenta este escenario pueden desaprovecharse por las restricciones a las exportaciones, según analistas.

Los temores de un conflicto a gran escala en el este de Europa por la ofensiva militar rusa contra Ucrania elevaron la mañana de este jueves el precio del barril de petróleo, que ya superó los $us 100 por primera vez en más de siete años. Otros commodities como el trigo, el maíz y el aceite también muestran una tendencia al alza.

Con precios del petróleo entre $us 90 y 100 el barril, los cálculos indican que las importaciones de gasolina, diésel y otros (hidrocarburos) serán mayores que las exportaciones de gas en Bolivia”, alertó el analista Álvaro Ríos.

La progresiva reducción de la producción de gas de Bolivia y la tendencia al alza de las importaciones de combustibles presentan un escenario desfavorable para Bolivia, en momentos en los que otros países productores de hidrocarburos reciben mayores ingresos.

El analista financiero Jaime Dunn explicó que al ser Rusia un gran productor mundial de hidrocarburos, minerales, aceites, soya, maíz, trigo y otros commodities, las posibles sanciones que reciba Moscú de países de occidente por el ataque a Ucrania limitarán la llegada de la producción rusa a los mercados internacionales, lo que aumentará la demanda y precios de esos productos.

“El impacto de esta situación para un país exportador de commodities debería, en general, ser positivo. Para Bolivia no lo es, por las restricciones a las exportaciones, especialmente en el sector agropecuario, que reducirán el beneficio” de esta coyuntura, sostuvo.

El año pasado, el valor de las exportaciones de soya y derivados creció en 74%, el de girasol y derivados, en 40%; y el de carne bovina, en 40%, entre otros.

“Bolivia inmediatamente debería levantar las prohibiciones a las exportaciones de todos los sectores, para que nuestros exportadores aprovechen estos precios y traigan más divisas al país”, afirmó Dunn.

«Bolivia podría beneficiarse de la subida del precio del oro, como activo de refugio, y de los alimentos como la soya, por ejemplo, siempre y cuando no haya restricciones», coincidió el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.

«Sin embargo,  la subida del precio del trigo puede costarle más al país por la importación», indicó. «Una preocupación puntual, podría ser el mercado ruso como destinatario de la carne bovina y despojos, siendo que el pasado año se vendió a Rusia cerca de $us 3 millones» en esos productos, agregó.

El conflicto podría tener también consecuencias en el comercio internacional y efectos negativos para todos los países en cuestiones de logística y transporte de mercaderías. El peso de Rusia en el comercio global, especialmente en Europa, puede tener un impacto en las economías de grandes países, como Brasil, lo que a su vez incidirá en las relaciones económicas con Bolivia.

Un posible efecto posterior son también las sanciones que Estados Unidos y sus aliados pueden imponer a los países que apoyan abiertamente al Gobierno ruso, advirtió Dunn.