¿Cuál es el alcance del informe que preparará el Congreso de EEUU sobre las elecciones de 2019 en Bolivia?

“El documento del Congreso menciona a Bolivia, pero es contrario a la narrativa del gobierno y a los intereses que persigue Bolivia y sus representantes en la OEA”, dice la fuente con la que habló Página Siete.

 



Fuente: paginasiete.bo

Página Siete / La Paz

Una fuente cercana a la Organización de Estados Americanos (OEA) se contactó con Página Siete para responder a las declaraciones y anuncios realizados por el exministro de Justicia y embajador ante este organismo en Washington, en sentido de que el Congreso de EEUU aprobó una Ley de Asignaciones Económicas en la que se pide investigar la transparencia de las elecciones de 2019 y la violación de derechos humanos en Bolivia en la crisis política de esas semanas. De acuerdo al embajador Héctor Arce, también se averiguará  el rol en esta crisis del secretario general de la OEA, Luis Almagro.

Según esta fuente -que no quiso ser identificada-, se trataría de un intento más de Héctor Arce de instalar la narrativa de la no existencia de un fraude electoral en 2019, aspecto que sería “la agenda única” del ahora embajador boliviano.

El documento oficial emitido por el Congreso estadounidense en días pasados señala que “a más tardar 120 días después de la promulgación de la ley, el Secretario de Estado deberá presentar un informe a los Comités de Asignaciones evaluando: 1) La transparencia y legitimidad de las elecciones generales de Bolivia de 2019 mediante la solicitud de información de expertos independientes reconocidos internacionalmente; y 2) El avance en las investigaciones de responsabilidad por las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas durante ese periodo”.

 “El párrafo, que está en inglés, menciona en efecto a Bolivia, pero es contrario a su narrativa y a los intereses que persigue Bolivia y sus representantes en la OEA. Ellos buscaban dos cosas que no lograron: primero, que haya una referencia al “golpe”; segundo, que saliera una referencia a la OEA o al menos que se mencione el nombre de Almagro en la relación de ese supuesto golpe. Sin embargo, en todo el párrafo sobre Bolivia no hay una sola referencia a la OEA; tampoco a la palabra golpe. Lo que se dice es que ‘120 días después de esta ley’, el Secretario de Estado someterá un informe a la comisión de apropiaciones (ni siquiera a la de relaciones internacionales), evaluando la transparencia y legitimidad de la elección de 2019 en Bolivia (…) Además, se dice que se va a solicitar información de expertos independientes e internacionalmente reconocidos; no hay muchos expertos independientes e internacionalmente reconocidos sobre temas electorales, pero le aseguro que uno de ellos es la OEA”, aseguró la fuente.

El experto electoral sostiene que es poco probable que el informe en cuestión toque los puntos que anuncia Héctor Arce o que dé nuevas luces sobre el proceso electoral porque las únicas dos misiones que estuvieron en el terreno, la OEA y la Unión Europea, llegaron en ese momento a la misma conclusión; además, sostiene, este es un tema cerrado para la OEA.

 “Se trata de lavar las culpas, olvidar cosas que son imperdonables en un proceso electoral como no reportar servidores ocultos; como que la autoridad electoral no haya sido quien consolidó los datos de una elección; que haya actas claramente falsificadas; que haya denuncias de funcionarios del Ministerio de Justicia que dijeron que fueron obligados a llenar actas. Y, ¿quién era el ministro de Justicia? Justamente (Héctor) Arce”.

Según este funcionario, Héctor Arce -en su misión como embajador de Bolivia ante la OEA- no ha hecho otra cosa que llegar allá con una agenda única: buscar lavar los hechos de 2019. “No le ha funcionado; se ha topado con paredes, pues para la Secretaría General ese es un tema cerrado y no se vuelve a tocar, como él anuncia”.

Por otra parte, la fuente sostiene que el liderazgo y el cargo de Luis Almagro no se encuentran en la mira ni de EEUU ni siquiera de los países miembros de la OEA, ya que tiene una muy buena relación con la gran mayoría de los países de la región.

Hubo un “fraude grosero”

¿Por qué la OEA no se anima a decir la palabra fraude?, pregunta Página Siete. “Porque la OEA no es la Fiscalía de un país y la palabra fraude es delito. Justamente lo que se hace es describir las acciones de un proceso y en base a ello elaborar un informe de auditoría”.

“La OEA realizó informe de integridad electoral -que ellos (el MAS) insisten en llamarlo auditoría-, es decir, si las elecciones tuvieron integridad o no. El informe empieza con un listado de lo que se llama manipulación dolosa, cosas que fueron hechas a propósito para manipular los datos y resultados de la elección. Eso es fraude: cosas hechas a propósito”.

“El segundo punto es ‘graves irregularidades’. No se sabe si fueron cosas hechas a propósito o errores, pero fueron graves e impactaron en los resultados”.

“En el tercer punto habla de errores; cosas que claramente no fueron a propósito a pesar de que también impactaron en los resultados. Por último se menciona a los ‘indicios’, y tiene que ver con el tema estadístico”, señala.

En su opinión, la narrativa del MAS, apoyada por el estudio de MIT, es que no hubo quiebre en la tendencia. “En ese evento que ellos prepararon con México y Argentina en la OEA, con académicos de MIT, los especialistas que contrataron llegaron a admitir que sí hubo quiebres en las tendencias, no uno, varios, y dicen: bueno, pero eso no quiere decir necesariamente que hubo fraude. En la única pregunta del público ese día porque había muy poca gente, fue ¿me puede dar un ejemplo de otra elección con quiebres en la tendencia que no haya sido fraude? Y la respuesta del supuesto experto del MIT fue: No se me ocurre ninguna”.

La misión de observación electoral de la OEA en 2019 estuvo conformada por 90 personas y la auditoría se realizó con 40 personas. Fueron 130 personas que conformaron el equipo. “El MAS ha tratado hasta de comprarnos, de comprar observadores nuestros, de comprar técnicos nuestros para que digan una cosa distinta”.

EEUU es el mayor donante de las misiones de observación electoral de la OEA; durante el periodo de mandato de Luis Almagro (2015-) se han desplegado 76 misiones, más de diez por año.

“Este informe va a llegar a la única conclusión a la que puede llegar: no hubo un proceso electoral ni transparente ni legítimo en Bolivia. Arce está frustrado porque no le han salido las cosas de la forma en que quisiera, porque la verdad no le asiste y la gente en el Consejo Permanente están hartos de que él toque el tema, cuando la inmensa mayoría de los embajadores en la OEA están convencidos de que el secretario general obró bien. Todo ya está escrito y está cerrado el tema para la Secretaría General”, concluye y sostiene que el Programa de Observación Electoral es apoyado por consenso en el seno de la OEA y que después de 2019 sus observadores regresaron a Bolivia para la elección de 2020 y encontraron unas elecciones “sustancial y técnicamente mejores que las de 2019”.

Página Siete se contactó con el embajador de Bolivia ante la OEA para consultarle sobre el tema. “Buenas tardes, ¿quién escribe?”, nos respondió vía WhatsApp. “Soy periodista de Página Siete”, le respondimos y le explicamos de qué queríamos hablar. No volvió a contestar más.

Arce sí concedió una entrevista a periodistas de La Razón sobre este tema, en la que afirma que cada vez son más los países que piden cuentas sobre el rol de la OEA en las elecciones de 2019.

Se trata de lavar las culpas, olvidar cosas imperdonables en un proceso electoral como no reportar servidores ocultos…

Fuente de la OEA

Fuente: paginasiete.bo