La wawa de Choquehuanca

 

Estamos a cinco años de recordar el centenario de la entronización de la estatua de Colón en el céntrico paseo del Prado de La Paz, donada por los residentes italianos para  celebrar el primer centenario de la independencia boliviana, como agradecimiento a la tierra  que los cobijó. Esta efigie, junto a la de nuestro Libertador Simón Bolívar, que también fue erigida en esa misma oportunidad, pronto se convirtieron en las representaciones iconográficas más admiradas y conocidas de nuestra ciudad.



Ocurre que hace siete meses, un grupo de activistas que conmemoraba, dizque  el Día de la Revolución Agraria, se reunió alrededor de la estatua de Cristóbal Colón, donde uno de los presentes, identificado como Santiago Mamani, se subió a la misma y a golpe de combo le rompió la nariz; le pintó de negro el rostro, e intentó decapitarla con una cuerda que le ató al cuello.

Este flagrante atentado contra el ornato público, luego de que la comuna paceña presentara las suficientes pruebas contra estos desadaptados, fue penado por el Ministerio Público con una imputación formal, por no contar los autores con  residencia fija ni trabajo permanente, existiendo riesgo de fuga y obstaculización de la investigación, tal como fue expresado por una nota de prensa de la Agencia Municipal de Noticias.

Sin embargo, hete aquí que en el marco de un acto de «celebración a la vida de la Awicha Uma Mama” (Madre Agua, en aimara), que se realizó en el municipio de Copacabana, el invitado de honor fue nada más, ni menos que el rinoplasta que desfiguró al descubridor de América. A su vez, el Vicepresidente Choqui lo enalteció con el apelativo aimara de wawa (criatura), y no se quedó en ello, sino que parafraseando a Jesús con Lázaro invitó a Mamani a ponerse de pie, para que la concurrencia lo conozca y, entre aplausos, exclamó: «Nuestra wawa ha nacido, levántate, hermano». Es más, inspirado por un inconfundible paroxismo racista amenazó: “Si alguien le toca a la wawa de una comunidad, el pueblo se va a levantar. Si alguien le toca, los aimaras nos vamos a levantar hermanos, los pueblos nos vamos a levantar».

A la luz de lo expuesto, las expresiones dislocadas de nuestro segundo hombre del Estado plurinacional y pluri folklórico, acusan una preocupante crisis de ánimo, posiblemente atribuidas a la sopita de murciélago chino que nos trajo el virus, o a la criminal, como descabellada invasión de los hijos de Putin a Ucrania.

Tales exabruptos, acompañados de la arrogante amenaza que lanzó el martillero de marras al burgomaestre paceño, don Iván Arias, a que lo procesara en la justicia ordinaria o comunitaria, fueron oportuna y muy inteligentemente rebatidos por el señor Alcalde, con una cita de Nelson Mandela: “¿Para qué ir a la cárcel si ya está preso de su propio odio, racismo e ignorancia? Porque ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás».

Con ese extraño concepto que el vice Choqui tiene sobre la sexualidad de las piedras, es menester proteger el monumento de Isabel la Católica, de no ser violada o hasta ser víctima de feminicidio, por la wawa de Choquehuanca.

 

 

Álvaro Riveros Tejada