MAS: renovación o extinción

Tal como están las cosas en el ambiente político, si no existe renovación en el MAS, es necesario que se preparen para afrontar su propia extinción, al igual que los dinosaurios, a diferencia de esta especie, esta especie de dinosaurios políticos tradicionales, esperan la llegada de una roca del espacio para su desaparición total del escenario político boliviano. Durante la larga historia política de nuestro país, nuestro sistema político sufrió muchas extinciones causadas por cambios políticos, económicos y sociales y esta vez la historia no será diferente. La historia tiene una peculiar forma de encubrir la mentira.

En Bolivia cada gobierno en ejercicio del poder censuró los medios de comunicación, utilizó la justicia para perseguir a los opositores de turno, durante casi doscientos años las intenciones de la clase política no fueron precisamente las de servir al pueblo, o servir escuchando al pueblo, solo utilizaron la política para servir a sus propios intereses. En vez de servir a las instituciones públicas, se sirvieron de las instituciones públicas para amasar fortunas colosales. Sí hicieron de la política un negocio, un negocio muy rentable, por cierto.



Desde el inicio de su hegemonía la dirigencia del MAS reclutó gente afín con sus mismas características, los promovieron, los iniciaron, enseñándoles sus malas mañas, que ellos también aprendieron de viejos jefes políticos tradicionales y así el círculo vicioso se repitió de generación tras generación, nunca permitieron que jóvenes líderes sobresalgan, porque sabían que su supervivencia dependía de aplastar a los diferentes, fueron egoístas, envidiosos, de que alguien mucho más fuerte e inteligente este por encima de esa dirigencia vetusta y porfiada, como siempre fueron un monumento a la mediocridad por eso estos jefes los conservaron y los promovieron, ahora se dan cuenta seguidores de este movimiento, no es porque sean los mejores es que han sobrevivido al sistema político boliviano, la que triunfo fue la mediocridad.

Si fanáticos del partido gobernante, lealtad ciega y fiel compromiso de no hacer sombra a sus jefes, esa fue la clave de su éxito político, si a eso se puede llamar éxito, por eso el liderazgo en nuestro país es una materia pendiente.

Nuestro liderazgo en general, es mediocre, siempre han tenido miedo, yo conozco sus temores, siempre han vivido con miedo, lo único que saben es esconder sus cabezas, porque tienen miedo de que el caudillo les corte la cabeza, yo no tengo ese problema. Estos líderes tradicionales nunca fueron capaces de buscar consensos, diálogo y concertación entre las fuerzas políticas, el partido gobernante siempre ejerció la presión y la represión para la solución de los conflictos. Nuestra Asamblea Legislativa Plurinacional se convirtió en un ring de boxeo. Ese es el ejemplo que dan los padres de la patria.

Por el conflicto bélico en Ucrania, que desencadenará una recesión económica global permanente, los próximos gobiernos deberán saber prever el aumento de conflictos sociales, políticos y económicos. (Hambre y pestes)

El clima de trabajo gubernamental en Bolivia no genera confianza, creatividad y acuerdos políticos duraderos, personalmente considero que el ocaso de los liderazgos políticos emergentes en la última década, se debe a que no tienen consistencia programática, ni política, las plataformas ciudadanas no son una propuesta política duradera, menos aún se puede hablar que el partido  crisis de la política como representación, las fórmulas de representación política no han solucionado la fragmentación de la sociedad, seguimos siendo un país con dos visiones distintas: Los pro yanquis y los pseudo marxistas, los partidos políticos en Bolivia todavía no han madurado, todavía no han evolucionado, siguen estancados al igual que la economía.

 Nuestros partidos políticos no han logrado superarse a sí mismos y romper las barreras ideológicas. Hasta que nos olvidemos de las palabras “derecha” e “izquierda” este país no podrá ver la luz. La única ideología que debe existir y nunca desaparecer se llama patriotismo del bueno y del sano. Bolivia no ha evolucionado en las corrientes y vertientes políticas, sino todo lo contrario a involucionado en todo sentido, el retroceso se siente por todos los lados y en todas partes, por más que tengan arquitectura tecnológica, su personal sigue siendo retrógrado o retrógrada en su manera de pensar y ver las cosas.

El concepto de liderazgo se transforma, vinculado con ideologías de diferentes signos y orientaciones y el concepto de “poder” o capacidad de influir sobre otros. El país está cansado de tanta corrupción, nepotismo, negligencia, clientelismo político y falta de patriotismo de sus líderes, no me canso y no me cansaré de repetirlo siempre.

El partido gobernante en la última quincena de años, no se cansó de gobernar con la fuerza bruta de sus organizaciones sociales afines a su política, el amedrentamiento, la persecución y la judicialización de la política fueron sus únicas armas, con la hipocresía que siempre los caracterizó dejaron a nuestro país irreconocible, inmerso en un caos político e institucional.

 

Jhonny Vargas es Politólogo