Confinamiento en Shanghái: ‘Controlen sus deseos de libertad. No abran las ventanas ni canten’

Los balcones de Shanghái, el 8 de abril de 2022. AFP – HECTOR RETAMAL


15 distritos de Shanghái han empezado a levantar algunas de las restricciones del confinamiento este martes 12 de abril, a pesar de que el brote de la variante Ómicron continúa (se reportan 23.342 nuevas infecciones para el día 11 de abril, la gran mayoría de las cuales son casos asintomáticos). Es una forma de abrir poco la mano, tras casi dos semanas de estricto aislamiento de la capital económica china. Mientras, algunos de sus 25 millones de habitantes pierden la paciencia.

Con Stéphane Lagarde desde Pekín 



Pudong confinado, Pudong se queja de no tener siempre suficiente para comer, pero Pudong se acaba desconfinando, aunque sea muy parcialmente. Explosión de alegría ayer por la tarde, lunes 11 de abril, en las pocas comunidades de los distritos del este de Shanghai afectadas por esta flexibilización del confinamiento, primero en 3 distritos, luego en otros 15, este martes 12 de abril.

Ventanas que hablan  

En las redes, los patios de las residencias casi parecen discotecas, y los coches giran al pie de los edificios al son de un viejo éxito del cantante taiwanés Jolin Tsai cantado a voz en grito desde las ventanas. «El sol no se pondrá nunca», cantado por gente que no ha visto los rayos del sol durante días.

Siempre que se confinan grandes complejos urbanos, las ventanas hablan en chino.

Y los balcones se convierten en teatros de expresión y lugares de reivindicación. Lo vimos antes de la Covid-19 en Hong Kong, durante las protestas de 2019. Pero el fenómeno se aceleró al principio de la pandemia. Recordamos el «Jia You Wuhan!», «¡Vamos Wuhan!» en el invierno de 2020 para animar a todos los agentes movilizados contra el virus.

Escasez de alimentos 

Sin embargo, el tono ha cambiado radicalmente, dos años después, durante el confinamiento de la capital económica china. Las manifestaciones de descontento de los residentes inundan las redes sociales, aunque sean rápidamente censuradas. «Queremos comer, queremos trabajar, queremos ser libres», clamaban los residentes del complejo Minhang a finales del mes pasado ante la escasez de alimentos.

Poco después, se censuraron las palabras clave «buscar comida en Shanghái».

 Los drones frente a las consignas

Una llamada al orden a las ventanas de los manifestantes: «Controlen sus deseos de libertad. No abran las ventanas ni canten» coreaban los drones que subían hasta los pisos superiores. Un consejo que los medios de comunicación estatales ya dieron hace dos años, pidiendo a la gente que evitara salir al balcón, para no arriesgarse a contagiarse con los virus de sus vecinos.

 

El canto de las ballenas en la noche de Shanghái  

Es inútil. Los cánticos y las consignas volvieron inmediatamente. Uno tiene la impresión de que las torres de cristal y hormigón hablan entre sí. También da la impresión de oír el canto de las ballenas en la noche de Shanghái, aunque sólo hablan las ventanas.

 

El hombre que captó el video con su teléfono celular comenta la escena con acento shanghainés: «Esto no es bueno, si sigue así, habrá problemas”. Estas escenas tuvieron lugar justo antes de las relajaciones de las restricciones.

El confinamiento sigue siendo muy estricto para la gran mayoría de los habitantes de la capital económica china. Este martes 12 de abril, Francia pide a sus ciudadanos que pospongan sus planes de viaje a Shanghái.

Radio Francia Internacional