La DEA de Murillo

 

“La DEA que dejo entendida, nadie la podrá aplacar”. Nunca mejor expresadas estas épicas palabras, que el día de mañana podrán convertirse en el epitafio de un posible descendiente del protomártir paceño, y exservidor público, que ahora goza de detención hospitalaria en un centro de recreo del Imperio.



Por su parte, para no quedar lejos de la historia, el expresidente cocalero y actual líder de las seis federaciones de productores de coca del Trópico de Cochabamba, sintiéndose perseguido, recomendó cuidarse del Ministerio de Gobierno, porque existe un plan para desprestigiar a dicha federación, e involucrar a sus dirigentes con el narcotráfico. Semejante admonición es igualmente digna de ser refrendada por aquella de la Junta Tuitiva que señala: “Hasta aquí venimos sufriendo una especie de destierro en el seno mismo de nuestro partido”.

Con ese instinto paternal que lo caracterizó siempre, el exmandatario dijo estar en búsqueda de cruzar información para denunciar ese nuevo plan de desprestigio y recomienda, a todos los bolivianos, que nos cuidemos de esa Cartera de Estado, aunque no de su ministro; una curiosa matización que nos brinda como acertijo a resolver en estos próximos feriados de Semana Santa.

Hace una semana, el expresidente cocalero presentó a la prensa unos audios en los que se denuncia la protección al narcotráfico en el Trópico de Cochabamba, delación que fue inmediatamente corroborada por el coronel Yerko Terán, exjefe de Umopar en esa localidad, al formalizarla ante la Fiscalía y en la que involucró al  ex zar antidrogas  Cnel. José María Velasco, y a otros funcionarios subalternos, como es el caso del viceministro de Defensa Social, Jaime Mamani y del jefe nacional de Umopar, Franco Jaime Arancibia.

Sin embargo, al margen del carácter moral y patriótico que engloba esa denuncia, al sacudir violentamente las bases del negocio ilícito, puso de manifiesto una vez más que la ignorancia suele jugar una mala pasada a los impostores, ya que para actuar de mafiosos, deberían leer por lo menos uno de los libros del Padrino, donde Mario Pusso expone: “No odies a tu enemigo, porque al odiarlo pierdes la objetividad de tus actos”, y en el tema que nos ocupa, el Jefazo no pudo contenerse de involucrar a la exmandataria Jeanine Añez,  vinculándola con el ex director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico José María Velasco, de quien dice, habría sido su jefe de seguridad y, en esa condición, estaría operando con algunos “pititas” para montar planes. ¿Será que piensa en serio, que podamos tragar semejantes sapos?

Entretanto, el comedido informante considera que, con su denuncia pública, hizo abortar un tenebroso plan supuestamente montado para afectar al trópico de Cochabamba y a sus dirigentes, hecho que, en nuestra modesta opinión, es  absurdo dentro del gremio al que pertenece, donde la única ley que impera es aquella metalúrgica, donde se cambia el plomo por la plata y a los batracios, solo plomo, o se los convierte en la DEA de Murillo.

 

Álvaro Riveros Tejada