La Merced, que fue muralla del cerco a La Paz, tiene 452 años

Esta iglesia fue uno de los puntos de defensa de la ciudad ante el cerco de Tupac Katari. Guardó los restos de Catacora y albergó a militares por orden de Melgarejo.

 



 

Fuente: paginasiete.bo

Luis Escóbar / La Paz

La parroquia  La Merced se fundó en 1570. Fue transformada en 1700, hasta ser lo que hoy se conoce en la ciudad de La Paz. Fue fortificada para servir de muralla ante el cerco de Tupac Katari y guardó los restos de Juan Basilio Catacora. Conserva el Señor del Santo Sepulcro, imagen que -según documentos históricos- cargó Manuel Mariano Melgarejo.

El Señor del Santo Sepulcro es una joya de este templo.
Foto: Página Siete

“La parroquia fue fundada en 1570 como iglesia y convento de La Merced”, se lee el informe del Viceministerio de Cultura del 2002. El documento detalla que la primera iglesia era de una sola nave, con capillas laterales y estaba junto al convento. Tal como se conoce hoy fue levantada en 1700. “Lo más notable del interior es su púlpito, que data de 1720”, agrega la nota.

Décadas después la ciudad estuvo amurallada, como se ve en un cuadro pintado después de 1781. Estas murallas fueron construidas a raíz del levantamiento indígena. “Las huestes de  Tupac Katari se habían posesionado de todos los barrios indígenas, a excepción de la Iglesia de San Francisco. Con motivo del cerco no sólo se construyó una muralla, sino que se fortificaron varias iglesias, algunas totalmente y otras se reforzaron con paredones, una de las últimas fue la iglesia de La Merced”, detalla el documento.

El Señor de las Caídas está en la instalación de La Merced.
Foto: Página Siete

En la actualidad, esas murallas ya no permanecen en los extremos del templo.

Luego del grito libertario de 1809, Juan Basilio Catacora fue uno de los promotores de la quema de los certificados de créditos fiscales. Tras la derrota, escapó de la ciudad y se ocultó en Escoma. Fue traicionado y detenido el 7 de diciembre. En enero fue condenado a “pena de garrote y ejecutado”. Después de muerto fue colgado en la horca.

“Descendido su cuerpo, se le dio humilde sepultura en el atrio de la iglesia de La Merced”, agrega el documento. En esa época se tenía la costumbre de enterrar a los ciudadanos en los atrios de las iglesias.

En el gobierno de Mariano Melgarejo (1864-1871) se dispuso que el piso inferior se convirtiera en cuartel y el superior era ocupado por los religiosos como “un sarcasmo”.

“Frailes y soldados hacían vida en común. (…) Aquel año (sin especificar la fecha) el acto de la procesión revistió caracteres de verdadero acontecimiento religioso-político. Allí estaba Melgarejo, de gran parada, que con tres de sus ministros sacaba en hombros en anda el Santo Sepulcro”, dice la narración. Era tradición que un fraile diera el sermón y se elegía a uno por su ingenuidad y su bondad.  Melgarejo, al salir del acto, dijo: “Por muy insignificantes que parezcan estos frailes, cuando predican, dicen las cosas de tal manera que ablandan al más audaz”.