Como “extrema”, así calificaron los deportistas la prueba de aguas abiertas que se desarrolló en el embalse de Misicuni con el patrocinio de diversas instituciones políticas y deportivas del departamento.
“Mucho frío, me quería salir a la mitad de la competencia porque estaba perdida, no había un bote que me pudiera guiar”, es la frase de la nadadora Leslie Rojas que describe la aventura que experimentaron los atletas en las gélidas aguas de la presa.
Pese a que los niveles de saturación de oxígeno de la mayoría de los nadadores estaban en el marco normal, muchos terminaron tiritando y demoraron en reponerse, es el caso de Rojas, quien, tras proclamarse ganadora de la prueba de 5 kilómetros, recurrió a líquidos calientes para entrar en calor mientras recibía la asistencia de los paramédicos asignados al sector de recuperación.
Es más, los deportistas coincidieron en señalar que las aguas de Misicuni son más heladas que las del lago Titicaca, en donde se desarrollan pruebas de estas características con más frecuencia. Aún así afrontaron el reto y la mayoría materializó su propósito de arribar a la meta.
“Jamás he visto nada parecido, algo tan frío. Gracias a Dios pude terminar la carrera, pese a todas las adversidades. Con el frío y la altura uno no ve el final”, dijo el venezolano Juan Daniel Morles Graterol, quien se adjudicó la victoria en el tramo de 5 kilómetros. Superó al destacado nadador boliviano Jaime Arévalo, que subió al segundo lugar del podio en el acto de distinción que se llevó a efecto en la feria dominical de esa región del departamento.
Pablo Latorre y Najela Nina fueron los triunfadores del grupo que recorrió solo 2,5 kilómetros.
Ciclismo
Los pedalistas no quedaron exentos de la exigencia competitiva, puesto que tuvieron que trepar una montaña y resistir el viento helado en el tramo que enlazó Tiquipaya con la represa de Misicuni.
Ronald Coca Villarroel, oriundo de Arani, se lució en el grupo de los bravos ciclistas al imponerse en la categoría élite con absoluta superioridad, pues arribó a la meta dejando dos kilómetros atrás a sus inmediatos escoltas.