La oposición considera que la salida de Ruiz coloca al TSE “a merced del control masista”. En el MAS responden que por más de una década han estigmatizado al Tribunal Supremo Electoral de Bolivia.
Fuente: Página Siete / La Paz
María Angélica Ruiz renunció a su vocalía en el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Su dimisión suma la tercera salida de un vocal “institucional” de los que asumieron tras la crisis de 2019. Aquella decisión deja a ese organismo con mayoría de vocales afines al MAS.
La oposición ve que la renuncia pone al TSE “a merced del control masista”. En el MAS indican que por más de una década estigmatizaron al TSE.
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“Hoy, con la presentación de mi renuncia al cargo de Vocal Nacional del TSE, termino un ciclo muy apreciado en mi vida, en el que pude servir a Bolivia como creía que ella necesitaba ser servida en uno de los momentos más difíciles y dolorosos de su historia -de nuestra historia-, momento que reclamaba una salida democrática”, se lee en la carta que Ruiz remitió al vicepresidente David Choquehuanca.
En su misiva, Ruiz asegura que se siente orgullosa y satisfecha por el trabajo y metas alcanzadas. “Sin embargo, veo que -con las actuales condiciones- ya no me será posible seguir avanzando, sino que -en el mejor de los casos- se tendrá que mantener y hacer ciertas mejoras a lo ya logrado, que por cierto es mucho”, manifiesta.
Ruiz es la tercera vocal considerada “institucionalista” que dimite de las autoridades electorales que asumieron en diciembre de 2019, luego de las fallidas elecciones de octubre de ese año. En abril de 2021 renunció Salvador Romero, quien presidió el TSE, y en noviembre de 2021 dimitió Rosario Baptista.
Con la salida de Ruiz se rompe el empate que había entre vocales “institucionalistas” y los considerados “afines” al oficialismo.
Carlos Mesa, líder de Comunidad Ciudadana, sostuvo que “la intempestiva renuncia de la vocal Angélica Ruiz vuelve a colocar al TSE a merced del control masista y devela una profunda crisis institucional no resuelta desde el fraude monumental de 2019”.
Andrónico Rodríguez, presidente del Senado, lamentó esas palabras. “Desde que Evo Morales ganó el 18 de diciembre del 2005 dijeron que el tribunal, en ese entonces la Corte Nacional Electoral, se vendió al MAS (…). Por más de una década han estigmatizado que el Tribunal Electoral es masista”, aseguró.
De los identificados como “institucionalistas” quedan la vocal Nancy Gutiérrez, vicepresidenta del TSE, y Óscar Hassenteufel, presidente del TSE. Los identificados como “afines” al MAS, debido a sus antecedentes y acciones, son los vocales Daniel Atahuachi, Francisco Vargas, designados en diciembre de 2019, y Dina Chuquimia, vocal designada por el presidente Luis Arce en abril de 2021.
Chuquimia retornó al TSE casi seis años después de haber renunciado. La sala plena del TSE de la que formó parte estuvo envuelta en al menos cinco escándalos y fue observada por cuatro decisiones que favorecieron al partido oficialista.
En pleno proceso de los comicios subnacionales de 2015, Chuquimia fue cuestionada por retuitear un mensaje del entonces candidato del MAS a la Alcaldía de La Paz. Fue apartada de sus funciones dos días antes de los comicios. En aquella oportunidad, sostuvo que su cuenta había sido hackeada.
Tras asumir la vocalía, luego de ser designada por el presidente Arce, Chuquimia manifestó que no hubo fraude en 2019 y cuestionó el rol de la OEA; similar postura a la que tiene el MAS. “Yo les digo a aquellas personas que presentaron las denuncias de fraude, también tendrían la obligación de demostrar el fraude que hubo”, aseguró.
Respecto a los vocales Vargas y Atahuachi, sus acciones fueron observadas desde el 24 de julio de 2020, un día después de que el TSE asumiera su rol de Órgano del Estado y pospusiera las elecciones hasta el 18 de octubre de ese año, debido a la escalada de casos de la Covid-19. El entonces presidente del TSE, Salvador Romero, subrayó en aquella oportunidad que ese organismo “tiene plena competencia constitucional y legal para fijar la fecha de la elección”.
No obstante, Vargas y Atahuachi expresaron su disidencia y presentaron, aquella vez, un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) -donde entonces el MAS tenía dos tercios- para que sea el Órgano Legislativo el que establezca la postergación de los comicios.
En el proceso de las subnacionales de 2021, Vargas y Atahuachi tuvieron una opinión contraria a la decisión de habilitar a Manfred Reyes Villa como candidato a alcalde de Cochabamba, postura que coincidió con la del MAS, que buscaba que el político no figurara en la papeleta de esos comicios.
Atahuachi trabajó en el Ministerio de la Presidencia, durante la gestión del entonces ministro Juan Ramón Quintana. En 2006 fue consultor por tres meses. De 2007 a 2010 se desempeñó como técnico de la unidad de análisis de ese despacho. Retornó a trabajar a esa cartera de Estado en 2013, hasta 2016. Tras asumir la vocalía del TSE, en diciembre de 2019, manifestó al respecto: “Mi contribución siempre fue en el ámbito profesional, no personal, no tenía relación con el exministro. Mi relación fue con el ministerio, con la institución”.
Vargas, a fines de 2021, según una entrevista con Fides Tv, manifestó: “Creo que nuestra sala plena es una sala plena plural, con mucha capacidad técnica e imparcialidad política y lo puedo afirmar de manera categórica, no existe nada, por lo menos a este vocal, que me pueda ligar a una organización política o a un determinado fin; cada vocal tiene en el marco de sus atribuciones el derecho de disentir”.