El “misterioso” vuelo operado por una filial de Conviasa está en la mira. Otra nave parecida estuvo en Bolivia el miércoles
Fuente: El Deber
Un día después de haberse reunido con el presidente Luis Arce, el mandatario paraguayo, Mario Abdo Benítez, reveló que su país encendió las alertas sobre el vuelo del Boeing 747 de la empresa venezolana Emtrasur que está retenido en Argentina por orden de un juez que investiga las posibles conexiones de su tripulación, 14 venezolanos y cinco iraníes, con organizaciones terroristas.
“Paraguay fue el que avisó a todas las agencias de inteligencia de la región”, dijo Abdo Benítez el 16 de junio luego de ser consultado por los periodistas sobre la asistencia que se dio en su país a este avión el pasado 7 de junio. La declaración fue corta y al paso. Horas después, el ministro de Inteligencia paraguayo, Esteban Aquino, afirmó que Gholamreza Ghasemi, el piloto de la aeronave retenida en la Argentina, está vinculado a la Fuerza Quds iraní, catalogada como terrorista por Estados Unidos. En un primer momento, las autoridades argentinas señalaron que se trataba de un “homónimo” del militar iraní.
“Él ha estado acá, en Paraguay. Estuvo en nuestro territorio y eso es algo que sigue abierto y en investigación”, señaló el ministro de Inteligencia paraguayo, Esteban Aquino, a la radio ABC de Asunción.
“La presencia de esa persona, de acuerdo con lo que sabemos y confirmaron agencias aliadas, es que se trata de una persona vinculada al Quds, sin ninguna duda. No es parecido, homónimo ni nada. Eso es preocupante”, remarcó la autoridad.
Abdo Benítez y Arce se vieron el martes en Villamontes para conmemorar el 87 aniversario de “la paz del Chaco”, que es como se recuerda al cese de hostilidades de una guerra territorial que enfrentó a ambos países. En ese contexto, los mandatarios hablaron de la integración binacional, pero también de mejorar los esfuerzos de frenar el avance del crimen organizado, especialmente vinculado con las redes del narcotráfico.
Mientras eso sucedía en la zona chaqueña, el juez argentino Federico Villena, a cargo de un Juzgado Federal Criminal y Correccional, mantenía en firme su decisión de retener los pasaportes de los cinco iraníes y de los 14 venezolanos que son parte de la tripulación de la nave que fue observada.
Además, desde el viernes, la caja negra está siendo revisada para conocer los destinos a los que fue el avión antes de llegar a tierras sudamericanas y puso en la mira al piloto, Gholamreza Ghasemi, cuyo nombre “coincide” con un miembro de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán o también conocido como fuerzas Quds. Hasta enero de este año, el aparato fue parte de la flotilla de Mahan Air, una compañía iraní que está señalada por trasportar armas, pertrechos y personal iraní.
El DEBER conversó con el experto argentino Andrei Serbin, quien señaló que las sanciones que aplica EEUU contra empresas “que provean servicios o tengan algún tipo de relación económica o financiera con las aerolíneas”.
“Por eso, justamente, en Buenos Aires, las empresas proveedoras de combustible se han rehusado a cargar combustible a esta aeronave. También estaba el temor por parte de Conviasa de enviar otra aeronave hasta Buenos Aires, a través de Bolivia, porque justamente sabían que podían haberse sometido a las mismas complicaciones desde el punto de vista técnico y legal desde el punto de vista de las sanciones”, complementó.
La embajada de EEUU en Buenos Aires sigue el caso con “mucho interés”, mientras que Israel se declaró “preocupado”.
Fuente: El Deber