Europa presentará un duro plan de racionalización energética frente al inminente corte de gas ruso

Bruselas pide limitar el aire acondicionado a 25 grados y la calefacción a 19 para reducir el consumo y asegurar que haya reservas de gas para evitar el colapso en el próximo invierno. Es el paso previo a una declaración de emergencia

Una torre eléctrica de alta tensión en Igny, cerca de París (REUTERS/Gonzalo Fuentes)Una torre eléctrica de alta tensión en Igny, cerca de París (REUTERS/Gonzalo Fuentes)

Fuente: Infobae.com



 

No es una advertencia, es un hecho. Incluso, la ola de calor en Europa ha potenciado la preocupación sobre la fragilidad del sistema energético, a tal punto de generar un estado “alta tensión” entre los europeos. Que Rusia corte el suministro de gas, alegando imposibilidad de reparar el gasoducto Nord Stream 1, no es una posibilidad sino lo que se espera.

Todo esto, debe sumarse, a los problemas estructurales, la lenta transición hacia matrices de producción de fuentes renovables, desequilibrios políticos entre los socios, un cortocircuito que se conecta con la gran dependencia rusa, algo que los ha vuelto totalmente vulnerables.

Con este panorama, que Bruselas pide limitar el aire acondicionado a 25 grados y la calefacción a 19 para reducir el consumo del gas, es el comienzo de una crisis energética muy profunda en el continente.

Dada las circunstancias, la Comisión Europea publicará una comunicación el 20 de julio para abordar la posibilidad de la interrupción repentina de las entregas de gas ruso. El borrador, que han podido adelantar algunos medios europeos, propone menos usos de acondicionadores de aire, menos calefacción, sustituir el gas por otras fuentes de energía y poner en marcha instrumentos de subasta para los fabricantes.

Los europeos, con precios de facturas que se multiplicaron en el último año, ya deciden, por propia iniciativa, racionalizar el uso de estos servicios. Ahora evitar el encendido de los equipos de aires, en medio de una ola de calor asfixiante, no es solo una cuestión de conciencia ecológica. Economizar y ahorrar frente a un invierno que se presenta con crisis y escasez.

El texto borrador, aún debatido entres los 27, para adoptar el próximo miércoles, sostendrá que “la UE debe prepararse con un espíritu de solidaridad para una posible interrupción total de las entregas de gas ruso en cualquier momento”. El borrador, que en Francia adelantó el diario “Les Echos”, esta titulado provisionalmente “Ahorrar gas para un invierno seguro”. El ejecutivo europeo asegura que es necesario “tomar medidas preventivas inmediatas para aumentar la resiliencia del continente”.

Además, Bruselas pedirá a los países miembros que incentiven con compensaciones económicas la reducción del consumo de gas de empresas como parte de las medidas de la Unión Europea para prepararse para un invierno marcado por una probable decisión de Rusia de cortar el suministro al bloque. Los incentivos también estarán para las compañías que puedan cambiar su matriz hacia energías renovables. Para el Ejecutivo comunitario, el club europeo todavía es capaz de minimizar el impacto de un posible gran corte en invierno si adopta ya una serie de medidas e incentivos.

Actuar ahora será menos doloroso y costoso que esperar posibles interrupciones a finales de otoño, concluye el documento, elaborado de forma conjunta por los equipos del comisario de Energía Kadri Simson y los del comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.

El gasoducto Nord Stream 1 acaba de entrar en un período de mantenimiento de diez días y no hay indicios de que Moscú reabra las válvulas como estaba previsto el 21 de julio. Debe tomarse además la advertencia del gigante Gazprom que la imposibilidad, debido a las sanciones occidentales, de recibir una turbina desde Canadá, hará que “tubería” no inyecte el vital fluido.

En el documento, por ahora provisorio, la palabra “solidaridad” se repite. Los Veintisiete intentan que no se reproduzcan los desequilibrios y desacuerdos vividos durante la pandemia. La Comisión enumera primero todos los medios para reducir la demanda de gas natural, comenzando en verano limitando el uso del aire acondicionado. La reducción en verano es clave para aumentar las reservas. Todo lo que se ahorre ahora, posibilitará que el invierno sea menos duro.

Bruselas, con estas medidas, espera que se aumenten las reservas de gas para la estación de temperaturas bajas. Polonia y Dinamarca son los países con mayor almacenamiento. España y Francia, en principio, tampoco deberían tener problemas. Otros como Alemania o Austria se enfrentan a un invierno complicado. Por eso, el principio de solidaridad, para equilibrar estos desajustes.

Para la Comisión, está claro que la situación requiere un fuerte mecanismo de coordinación y esperar usar la Plataforma de Energía prevista por el plan RePowerEU para evaluar el impacto de la reducción de la demanda a nivel comunitario. Sin embargo, el texto actual no prevé un mecanismo de solidaridad jurídicamente vinculante.

El gobierno europeo tambien confía en el potencial de los mecanismos de mercado, como los sistemas de subasta, en los que las empresas podrían negociar una compensación por sus esfuerzos para reducir su consumo. Si alguna vez llegara a racionalizarse, la Comisión proporciona a los Estados miembros recomendaciones para identificar el orden de prioridad de los sectores a preservar. “Será crucial compensar el impacto socioeconómico”, especifica el texto.

Desde los gobiernos, tambien se ha presentado el cuadro de situación. El presidente francés, Emmanuel Macron, adelantó que prepara un plan de ahorro energético ante una Rusia que usa el gas como “arma de guerra”. El inquilino del Palacio del Elíseo, ha advertido a los franceses que la guerra en Ucrania va para largo y que a todos los países europeos les esperan tiempos duros. Sobre todo porque hay que estar preparados para la posibilidad de que Moscú deje totalmente de aprovisionar a Europa.

Ante esta probable perspectiva, el Gobierno francés asume una situación de “economía de guerra” y va a preparar de inmediato un “plan de sobriedad energética” para reducir el consumo de gas y electricidad en todas las esferas, desde las instituciones públicas a las empresas y los propios ciudadanos, ha adelantado Macron.

Desde Alemania, el ministro de economía, Robert Habeckha ha estado luchando durante varios días para establecer acuerdos bilaterales con los países vecinos de Alemania (Austria, Chequia). En 2017, la UE adoptó un nuevo reglamento relativo a la seguridad del suministro de gas que ya introducía el principio de solidaridad entre los Estados miembros en caso de crisis, a cambio de una compensación. Otra de las decisiones, fue autorizar el uso del carbón para la generación eléctrica.

La economía alemana es particularmente vulnerable debido a su fuerte componente del gas para la producción industrial. Si alguna vez gigantes como BASF detuvieran parte de su producción, esto tendría efectos en muchas cadenas de valor en todo el mercado interno.

En regiones del país, como en Sajonia, administraciones de edificios han dispuesto la racionalización del agua caliente. Los condominios con servicios de gas compartido, tendrán horarios para tener agua caliente. Algunos van de 7 a 9 y de 18 a 20 horas. Los modelos y programaciones dependerán del comportamiento de los vecinos.

Lo cierto es que antes que llegue el invierno, Bruselas quiere reducir el gasto en edificios públicos, oficinas, locales comerciales, sugiriendo temperaturas interiores. 25 grados para el verano y 19 para la calefacción del invierno.. También desterrar los calefactores de terrazas exteriores de bares y restaurantes. “El papel de ejemplo de los poderes públicos es clave”, recuerda la Comisión.

Finalmente, el proyecto de Comunicación aún puede sufrir modificaciones. El documento final será la base de las discusiones que los Ministros de Energía de los Veintisiete encabezarán el 26 de julio en Bruselas. Entonces sabrán si Gazprom ha reanudado las entregas desde el Nord Stream 1.

En todos los planos, el objetivo de la UE es llenar sus capacidades de almacenamiento al 80% para el 1 de noviembre, pero en caso de una parada repentina en las entregas, no podría superar el 70%, independientemente de sus esfuerzos para diversificar proveedores e importación de gas natural licuado.