“No digo que roben, pero saquen algo…”

Para la historia de la vergüenza esta frase dicha frente a más de 200 personas y en la Llajta. No fue un simple lapsus linguae, ni un chiste, ni tampoco fue en una farra de amigos, ni en una karaokeada. Era un evento político. Lo dijo un jefe político.

Era una orden, una instructiva, un mandato que ahora, a 18 años de pronunciarla, se va cumpliendo al pie de la letra. Si se olvidó de la frase, amable lector, acá se la presentamos: “Hay muchos que están en las instituciones públicas, yo les pido a todos los alcaldes y a todos los demás saquen algo, no digo que roben, pero saquen algo”; el autor es el señor Johnny Fernández Saucedo, jefe nacional de Unidad Cívica Solidaridad (UCS) y alcalde de Santa Cruz de la Sierra.



Lo dijo en el XI Congreso Nacional Extraordinario de UCS realizado el 24 de abril de 2004 en Cochabamba, donde estaban alcaldes, concejales, estrechos colaboradores, dirigentes vecinales, militantes del partido que creara don Max Fernández y que pasó como herencia al hijo.

Él es el autor de esta frase lapidaria y es el mismo que prometió recojo de basura gratis, parque acuático a todos los barrios, que se viste de forma colorida, que ha inundado de carteles con su rostro la ciudad de los anillos y que en un año de su gestión al frente del municipio más rico del país viene afrontando serios autogolpes, plagados de corrupción, tráfico de influencias, abusos, denuncias de acoso sexual.

Claro, si el municipio de Santa Cruz de la Sierra tiene un presupuesto anual para 2022 de Bs 3.407.406.667, aproximadamente 485 millones de dólares, los funcionarios municipales, de diferentes jerarquías, han visto una oportunidad de oro para rendir pleitesía al jefecito Johnny y cumplir con yapa ese mandato: “No roben, pero saquen algo”. Asegurar su presente y futuro, salir de la crisis y tener sus ahorritos bien guardados a costa de darle un sopapo al pueblo que paga sus tributos y se esfuerza cada día por sobrevivir a la brutal crisis que nos viene carcomiendo.

A poco más de un año de la gestión municipal de Fernández, los hechos de corrupción y violencia hacia la mujer y acoso sexual han estado a la orden del día y para que usted, amable lector, recuerde y se indigne acá están algunos de esos casos vergonzosos de los que roban nuestro dinero, que, gracias a algunos concejales que entienden que su labor es fiscalizar y controlar al Ejecutivo Municipal, se los ha conocido:

En la Secretaría de Administración Tributaria, encontraron infraganti a un funcionario que eliminaba del sistema las deudas tributarias de inmuebles, para lo cual los vecinos debían pagarle una buena suma de dinero, pero que esos montos eran para su billetera.

La Vicepresidenta del Concejo Municipal denunció un sobreprecio en la compra de almuerzo para los trabajadores del vertedero municipal de San Miguel de los Junos, en un proceso que llevó adelante la Empresa Municipal de Aseo Santa Cruz. El plato servido cuesta Bs 41, mejor que en cualquier hotel de cuatro estrellas, pero en otras reparticiones pagaron Bs 10 el plato. Acá hay felino encerrado, gordo y codicioso.

En esta lista de corrupción no se salvaron ni los muertos. Vecinos con documentos en manos y pruebas claras denunciaron que tuvieron que pagar entre Bs 2.000 y 7.000 para regularizar los nichos de sus familiares, pero que ese dinero era repartido entre un abogado y ciertos funcionarios. También están los cobros por autorización de espacio público para ferias estacionarias, un contrato de publicidad por 23 días en Facebook por un monto de más de Bs 1 millón y otros que andan rondando.

Anteriormente también se denunciaron supuestas irregularidades en dos procesos de licitación de contratos de basura y un sobreprecio en la compra de 76 toldos. En la mayoría de los casos, los hicieron renunciar a los responsables, pero la impunidad sigue campeándose por los pasillos y las oficinas municipales.

A este rosario de golpes bajos, se suman los hechos de violencia física, acoso sexual y maltrato, en los que estuvieron involucrados un Secretario de Desarrollo Humano, el Director Jurídico y el Director de Recursos Humanos. Renunciaron y no hay ni una sanción para los agresores.

Ante ello, existe un silencio cómplice y cobarde de las Federaciones de Juntas Vecinales, el Control Social, el Concejo municipal y el Sindicato de Trabajadores Municipales, que vienen actuando igual o peor que en la gestión de Angélica Sosa, quien durante más de 14 años mantuvo amordazadas y compradas a todas esas instancias de fiscalización.

Ahí está el monstruo de la corrupción siempre vivo e intocable que viene carcomiendo a la sociedad y a sus instituciones, cuyos tentáculos ahogan la sed de justicia y decencia para moverse -sin sobresaltos- con impunidad.

Hernán Cabrera M.