Retorno a la tribu, la globalización se frena y se enfrentan bloques tribales, ideológicos y políticos

 

En este nuestro único planeta, no logramos ponernos de acuerdo para vivir en paz y complementariedad y, por el contrario, cada vez estamos más alejados y confrontados. La globalización se ha venido frenando y las rivalidades entre los bloques oriental y accidental se agudizan por las rivalidades ideológicas, políticas y culturales. Ahora mismo estamos en una lucha frontal por el poder y el dominio mundial, la que lamentablemente avanza hacia una confrontación armada y peor aún, nuclear.



Nuestra cultura occidental, heredera de Grecia y Roma, se ha venido debilitando en los distintos países y cunde la cultura del buenismo, de género y de lo políticamente correcto; modas progre que tienen alienada a la población.

Estos cambios culturales y la quiebra de una gobernanza eficaz y a menudo simultánea, son percibidos por la ciudadanía como inseguridad, caos social y anarquía. Lo que lleva a la gente a buscar el orden a toda costa, pues nada es peor que el caos y la anarquía. En consecuencia,  las democracias se ven menos estables que antes, y muchos regímenes autoritarios aparecen más firmes.

Paulatinamente, se ha venido reblandeciendo y deslegitimado el liberalismo y el capitalismo global; la gente se siente insegura y la vieja consigna de seguridad: orden, paz y progreso, que ha sido lo común en el mundo, se aleja.

Paralelamente, China, está mostrando que el Capitalismo mercantilista y comunista, puede ser una estrategia económica eficaz y un mejor modelo para dar seguridad a la población.

Putin, un sociópata, esta al borde de destruir a los países democráticos y a su país, y tiene aterrorizado a todo el mundo. Si los líderes democráticos y blandengues se animaran y logran frenarlo, no llegaríamos a la previsible destrucción nuclear.

Si se da el fracaso de Putin y de Rusia (si antes no nos extinguimos), es bastante previsible que se potencie China y entonces tendría el camino expedito para tomar el control planetario. La ruta de la seda se uniría con la ruta de la blanca latinoamericana y así se amalgamarían los continentes.

Los chinos, aliados con los líderes populistas latinoamericanos, harán que estos le compartan y entreguen territorios y materias primas y así China se afianzaría como la potencia mundial. Ahora mismo, China, en alianza con el Foro de San Pablo, está colonizando Latinoamérica para así aprovechar sus materias primas, empezando por el oro, el litio, pero también de muchos otros productos: minerales raros, energía y también territorios para alojar su exceso de población.

China invento el Capitalismo Comunista: Capitalista para los jerarcas y empresarios del partido y trabajo esclavo comunista, para el pueblo. Esto les funciona, e inundan de tecnología y productos al mundo
Los Sátrapas chinos quieren para Latinoamérica, gobiernos populistas que se mantengan en el poder todo el tiempo que sea posible, de manera que los acuerdos firmados con estos sátrapas regionales no se tengan que estar renegociando cada cuatro años o cada seis años, es decir cada vez que finalice una administración y se cambien los Presidentes. Ellos deben gobernar por toda la vida, como asegura Evo.

El Foro de São Paulo de la mano del PCCh, está apostando por el triunfo de Lula Da Silva en Brasil. Ya tienen en la bolsa a Cuba, Nicaragua, Venezuela, Perú, Chile, Bolivia, Argentina, Colombia, y todos dentro del ámbito de la Nueva Ruta de la Seda y la blanca.

Fuente: ovidioroca.wordpress.com