Expresó su preocupación por la labor de sectas que dividan familias. Recordó la persecución contra la iglesia en Nicaragua «porque tiene más credibilidad» que el Gobierno de dicho país
Juan Manuel Ijurko
Fuente: El Deber
Monseñor René Leigue centró su homilía dominical en la importancia de mantener la familia unida ante los vientos de «odio para destruir al otro». El arzobispo alertó sobre la presencia de sectas «interesadas en dividir la familia» como un riesgo que acecha a la sociedad.
«Hemos pasado una semana muy difícil, muy complicada» sintetizó brevemente lo ocurrido en los últimos días. Y agregó un pedido para que los cristianos se dejen impregnar del «amor que Él nos tiene a nosotros».
El arzobispo cruceño convocó a los católicos para que «no encendamos fuegos de odio para destruir al otro, encendamos el fuego del amor y de la fe para vivirla y compartirla, con los demás». Como iglesia, se pregunta «¿Por qué tenemos que hacernos daño entre nosotros?».
La preocupación expuesta por Leigue se asienta en la situación de división que se vive en muchas familias. «Sabemos que no siempre pensamos lo mismo, pero no por eso, nos vamos hacer daño entre nosotros»,
Ampliando su mirada a lo que se ha vivido en la última semana, Monseñor también se refiere, de manera soslayada, a los conflictos suscitados en Santa Cruz. «No siempre vamos a luchar por lo mismo, cada uno tiene su manera de lucha y su manera de hacer las cosas, pero eso no significa que entre nosotros nos hagamos daño», apuntó.
Fue más claro a la hora de señalar uno de los problemas que divide a la familia. De manera explícita nombró a las sectas por «ese afán solamente de ver intereses personales cuando se habla de que ‘todo lo que ustedes ganan tiene que venir acá para nosotros”.
El llamado para fortalecer «la unidad y la paz en nuestras familias» conlleva la coherencia entre la fe y la vida. En ese sentido, el arzobispo pidió a los fieles para que «compartamos afuera» tanto la fe como los valores de vida, sobre todo «en medio de tantas dificultades que tenemos».
Ejemplificó esta manera de vivir con la coherencia de la fe en un ejercicio práctico: «que de nuestra boca siempre salga eso de buscar unidad, de buscar paz entre nosotros, que sea eso el fuego que tenemos dentro, que esa palabra del Señor sea compartida con todos».
Antes de finalizar la homilía, monseñor Leigue se solidarizó con la difícil situación que vive la iglesia en Nicaragua por la persecución ejercida desde el régimen de Ariel Ortega «nada más porque se ve de que la Iglesia en este lugar tiene más credibilidad, entonces el gobierno siente que todo lo que dice es mentira».
Fuente: El Deber