ADEPCOCA AÚN NO CUANTIFICA LA AFECTACIÓN A LA PRODUCCIÓN Y VENTA DE COCA YUNGUEÑA
En una evaluación preliminar, los cocaleros de los Yungas toman en cuenta los gastos médicos para los heridos, el costo de los trámites judiciales para liberar a los 24 detenidos y el daño a su infraestructura.
Las consecuencias del conflicto cocalero por el cierre del mercado paralelo dirigido por Arnold Alanes, del Movimiento Al Socialismo (MAS), dejaron hasta el momento una factura de aproximadamente un millón de bolivianos, según un cálculo preliminar de la dirigencia de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) de La Paz.
“Nada más como pantallazo: el gasto para nuestros heridos ya ha sobrepasado los 400 mil bolivianos y haciendo una evaluación preliminar de nuestra infraestructura y los daños ocasionados por la Policía, representan un aproximado de 60.000 bolivianos. Es una cantidad enorme. Debemos estar ya por lo menos bordeando el millón de bolivianos. Sólo en esos casos, sin contar la comercialización de la hoja de coca, que no es normal. Ese es otro tema y todavía no tenemos una cifra específica de las pérdidas”, afirmó a Página Siete el secretario de organización de Adepcoca, Roly Aguilar.
Una de las escenas más crudas del conflicto que comenzó en junio se vivió el lunes 8 de agosto cuando el cocalero Plácido Cota sobrevivió a una explosión de dinamita. Los médicos le daban un 20% de esperanza de vida y anticipaban lo peor.
Pero Plácido se aferró a la vida, mientras en cada marcha de protesta los cocaleros también peregrinaban para recolectar fondos para pagar los gastos del hospital. Sólo los primeros días la familia gastó más de 100 mil bolivianos y en las tres semanas siguientes la factura se triplicó, según cálculos de la dirigencia. Además de Cota, hubo otro cocalero que resultó con fracturas en las costillas y otras 30 personas sufrieron heridas leves.
Si bien no se realizó un balance minucioso del costo del conflicto, otro dirigente de Adepcoca -que pidió reserva en su nombre- agregó que la liberación de los 24 cocaleros detenidos entre el 8 y 10 de agosto también demandó un importante costo económico para los socios.
“Son sumas muy elevadas. Por ejemplo, Adepcoca ha tenido que cubrir los gastos de curación de las personas heridas porque en algunos casos no ha sido suficiente (el aporte) de la familia. En materia legal, muchos de los que han sido aprehendidos no han podido conseguir garantes y en algunos casos Adepcoca ha tenido que conseguir. La suma es muy elevada”, indicó.
Al costo de la atención de los heridos en los enfrentamientos y de los detenidos, la dirigencia cocalera también debió cubrir la reposición por los daños causados en la infraestructura del mercado que está en un edificio de cuatro pisos ubicado en la esquina de la calle Arapata y avenida Las Américas, Villa Fátima.
“Esta es la casa que representa a los más de 43.000 socios cocaleros de los Yungas”, declaró en una de sus declaraciones el presidente de Adepcoca, Freddy Machicado, a tiempo de convocar a todas sus bases a resguardar el edificio con vigilias permanentes y ollas comunes.
El temor de los productores yungueños es que los cocaleros del grupo de Alanes, con ayuda de la Policía, tomen el edificio, como pasó en octubre de 2021.
Para los cocaleros de Adepcoca la infraestructura de color verde que se levanta imponente en Villa Fátima se convirtió en un símbolo y un fortín que hay que defender y resguardar de cualquier amenaza, pero entre el 22 y 23 de agosto el emblemático predio fue blanco de las bombas de gas lacrimógeno del numeroso contingente policial que gasificó Adepcoca. Según los cocaleros, dentro del edificio estaban unas 150 personas, entre varones, mujeres, niños y ancianos.
Prácticamente los vidrios de todas las ventanas quedaron hechos trizas y las imágenes de televisión y las fotografías daban cuenta de la apariencia de gigante herido que adoptó el edificio.
“La parte material con los daños a la infraestructura de Adepcoca por parte de la Policía es bastante grande, aún no hemos cuantificado, pero supera los 60.000 bolivianos”, agregó otro dirigente consultado.
Los cocaleros de Adepcoca sólo consideraron estos tres aspectos para hacer una evaluación preliminar: los heridos en los enfrentamientos y atendidos en el hospital, daños a la infraestructura del edificio con gases lacrimógenos y el costo de los trámites judiciales para lograr la libertad de los detenidos.
A estos factores se suma la actividad principal de Adepcoca, que es la producción y la comercialización de la coca de los Yungas que desde julio se realiza de forma irregular porque las bases de las regionales son convocadas a las marchas de protesta, por lo que se ven obligados a abandonar sus cocales.
“Además, en la época de invierno la producción es menor y la calidad del producto baja durante esa temporada. Toda esa situación afecta a los Yungas”, explicó el dirigente Aguilar.
No obstante, la dirigencia aseguró que pese al conflicto se dan modos para que los cocaleros puedan cumplir con su comercialización de “manera normal y no coartar el derecho al trabajo” durante la época de conflictos.
“La comercialización de coca en el mercado de Adepcoca es hasta las 10 de la mañana para que el socio pueda vender su coca y retornar a los Yungas”, explicó el dirigente Pañuni.
No obstante, el perjuicio a los productores es porque el conflicto no se soluciona y los campesinos tienen que salir de sus comunidades a las vigilias en La Paz cuando la dirigencia de Adepcoca les convoca.
“El productor pierde su jornal, su día completo de trabajo en los Yungas. Por ejemplo, el jornal de un varón está 150 bolivianos y de una señora que cosecha, que calcula la coca por libras, llega a ganar entre 100 y 120 bolivianos y todo eso pierde porque tienen que venir (a La Paz) a hacer vigilia y cuidar nuestro mercado”, contó Pañuni en las instalaciones del mercado legal.
Además, cuando un productor es convocado a La Paz debe gastar en el transporte de ida y vuelta, su alimentación y el alojamiento donde pasar la noche.
“Nadie nos paga, nadie financia la estadía en La Paz porque salimos en defensa de nuestra coca y nuestro mercado que es legal”, manifestó el dirigente.
Con todo, en su quinta semana de protesta el conflicto cocalero no parece tener luces de solución, mientras a unas cinco cuadras del mercado de Adepcoca, en la calle 1 de Villa El Carmen, el mercado de Alanes, una infraestructura también de color verde, es resguardada día y noche por los policías, que evitan el cierre del inmueble.
Declaraciones del ministro Gonzales
Resolución “Como se ha aproximado al Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, hemos emitido la resolución 342, esa solicitud es de Arnold Alanes… pero su edificio sería en Villa Fátima donde actualmente se encuentra el dirigente (Freddy) Machicado”.
Conflicto • “Manifestamos que este es un conflicto al interior de Adepcoca y nosotros lo que estamos haciendo es garantizar para que se puedan sentar y de una vez arreglar y resolver los problemas que puedan tener”.
Mercado• “Es el grupo del señor (Freddy) Machicado que quiere ir a cerrar el mercado (de Arnold Alanes en Villa El Carmen) que en ningún momento nosotros hemos autorizado (para su funcionamiento). Que eso quede claro. Lo que estamos haciendo es preservar la seguridad de los ciudadanos”.