Bolivia, 197 años de independencia

En estos días patrios, se cumple un tercio de la actual gestión, 21 de los 60 meses del periodo de mandato constitucional que hasta noviembre de 2025 tienen tanto el Movimiento Al Socialismo (MAS) en el Ejecutivo y la Asamblea Legislativa Plurinacional, como Comunidad Ciudadana (CC) y Creemos en la oposición parlamentaria.

6 de agosto, un tercio de la gestión en que oficialismo y oposición en muy pocas cosas han encontrado puntos en común; ese acumulado de distanciamientos con que este sábado se festeja los 197 años de la independencia de la república, hoy Estado Plurinacional.

Solo entendiendo este acumulado de enfrentamientos se puede explicar, por ejemplo, que para una parte del país, más que recordar el 6 de agosto, lo verdaderamente sustancial ocurrirá el 8 y 9, el segundo paro cívico del Santa Cruz, principalmente capitalino, de 48 horas contra la postergación de la fecha del Censo, del 16 de noviembre de 2022 a un día de entre mayo y junio de 2024.

Un paro departamental advirtió el Comité Interinstitucional cruceño por el Censo, con “cierre de fronteras”. Es una cosa de ver, pero muy difícil sin duda cuando la Asociación de Municipios de Santa Cruz (Amdecruz, todos los municipios menos la capital), “por congreso” decidió rechazar la medida.

Acumulado de desentendimientos también. Cuando para el Consejo Nacional de Autonomías (CNA) hay razones para la postergación (las lluvias y la anegación de caminos, la migración interna por temporada de zafra, el COVID- 19, la no socialización de la boleta censal y, acaso lo principal, la ausencia de una cartografía estadística coordinada con los municipios), para la dirigencia cívica cruceña hasta ahora no hay una sola explicación válida para la postergación de casi dos años.

CENSO. Acumulado de contradicciones. Cualquiera duda: cuando hace menos de un mes del 12 de julio (cuando se decidió la postergación), el Gobierno aseguraba que todo iba en cronograma para llegar al 16 de noviembre, de pronto se revelaba que había muchos problemas, varias carencias, evidentes retrasos. Aunque hoy el Ejecutivo reivindica que la Comisión Internacional de Alto Nivel (cinco organismos de peso continental) le congratula haber pospuesto el proceso a 2024, remarcando que dicha comisión incluso recomendó hasta octubre de ese año, esto no hace más que revelar que en verdad faltaba mucho por hacer. Puede que se sobredimensione el problema, que el Instituto Nacional de Estadística (INE) habría acabado hasta fines de octubre, pero en estas semanas recién se supo que la cartografía estadística estuvo avanzada solo en Cobija, Trinidad, Oruro y Potosí…

El aniversario patrio también llega “pescando” a la Asamblea Legislativa Plurinacional en medio camino de elegir al Defensor o la Defensora del Pueblo.

Todos sabían que los dos tercios en la Asamblea eran la verdadera prueba para el MAS, el partido mayoritario, aunque no lo suficiente; pero no todos insistían con el mismo énfasis que esos dos tercios también debían ser una prueba para la oposición, minoritaria, pero con suficiente poder de veto.

Y pese a que el MAS, CC y Creemos tuvieron su tregua productiva durante la preselección de los candidatos, llegando a obtener siete aspirantes elegibles por la Asamblea, al final volvió la polarización: tras cuatro votaciones, los votos se concentraron en 99 para el aspirante apoyado por la mayoría masista y algunos opositores; 47 para la postulante por la que se inclinó CC; y 2 para una tercera candidatura; en tanto que casi la totalidad de Creemos, 16 votos, en todas las ocasiones optó por el rechazo a la elección, votando en blanco.

Lo peculiar era la construcción de los dos tercios que hacía cada quien: se necesitaba 110 para alcanzar los dos tercios, y el MAS acudía a las individualidades, a la suma inorgánica de adherentes; no pudo. En cambio, CC se aferraba a la idea de que la base de los dos tercios era su votación y que más bien debía ser la mayoría la que se le sume, se quiebre en pos de su postulante.

Pese a que el proceso de designación del Contralor está aún en la fase de preselección por méritos, se prevé el mismo empantanamiento cuando llegue la hora de la elección en el plenario.

JUSTICIA. Otro proceso que lo mismo este 6 de agosto se encuentra a medio camino es la reforma de la Justicia. Desde fines de 2020, el Gobierno intentó al menos tres iniciativas de reforma, desde la invitación a un consejo de notables hasta la realización de cumbres departamentales de reformas. Ahora mismo el último intento está en suspenso, desde abril de 2022, pues se necesitaría de la participación de los dos partidos opositores en la Asamblea; algo impensable a estas alturas de la polarización.

Por el lado de los opositores, si bien CC desde el principio tuvo su propuesta de reforma, lo principal, a modo de candado, era la remoción de, si no todas, casi todas las actuales altas autoridades de los órganos de Justicia y de la Fiscalía. Candado porque invariablemente la reforma debía empezar con esta suerte de borrón y cuenta nueva y porque para cualquier otro avance concreto, como la instalación de los juicios de responsabilidades contra la expresidenta transitoria Jeanine Áñez en la Asamblea Legislativa (agosto de 2021), el partido de Carlos Mesa anteponía como condición que primero se reforme la Justicia desde su documento y perspectiva.

Otro hecho que siendo parte del ámbito judicial se atravesó en la esfera política fueron los procesos judiciales abiertos por los delitos cometidos durante el régimen de Áñez (2019-2020). Al margen de cuatro proposiciones acusatorias de juicios de responsabilidades que presentó la Fiscalía al Tribunal Supremo de Justicia y luego que este los remitió a la Asamblea para que esta los aprobara, hay al menos nueve causas por la vía penal ordinaria abiertas contra autoridades del régimen transitorio. Para la oposición, nuevamente, todo se trata de persecución política, que, otra vez, primero hay que reformar la justicia para proseguir. Lo que mejor ilustró esta tensión fue la negativa de varios personajes opositores a declarar como testigos en dichos procesos, desconociéndolos abiertamente.