Bronca social acumulada

Unidad en la acción – eju.tv

Un mes y tres días duró la movilización. ¿Fue mucho, o fue poco?, bueno depende. Quizá comenzó con la idea de exigir un censo para saber cuántos somos y dónde estamos. Simple. Resultaba un poco exagerada la acción frente a la demanda. Pero luego la demanda de saber cuántos somos y donde estamos dio lugar a otro razonamiento, esos resultados servían para definir las transferencias financieras que debe hacer el gobierno y que anda apropiándose en contra de lo que manda la ley y por otra parte servirían para definir una nueva distribución de escaños parlamentarios.

Una cosa da lugar a otra, o como dirían los que saben, causa y efecto. El censo derivó en algo de mayor cualidad. No es cuestión solo de contar. El resultado tiene sus implicaciones, dinero y política.



Y así como el día comienza con una suave alborada de reflejos tenues, la conciencia social se ilumina igual. Comenzamos a entender los porqués. Porque el gobierno había decidido postergar la fecha del censo. Porque no quería el año 2023. Porque quería el 2024 y los resultados para el 2026. Y estos porques dieron lugar a la rebeldía.

Una bronca social que se acumula, que se carga todos los días comenzó a crecer. Cuando se nos dice que Evo Morales no hizo fraude, que le hicieron un golpe de Estado, cuando se nos dice que vivimos en un país de maravilla, cuando se encarcela al que denuncia la corrupción oficial y se libera al delincuente, cuando todos los días se nos miente por los medios de comunicación, cuando la Asamblea Legislativa no fiscaliza y encubre al gobierno, cuando la Justicia se revuelca en la podredumbre con que la embadurnan y se solaza por ello, cuando el narcotráfico se pasea campante por todo el país y le rinden tributo. Cuando esto pasa del cansancio se pasa a la bronca.

Es como decimos, cuando la gota colma el vaso. Eso es lo que estaba en el subconsciente colectivo. Y de pronto afloró como esa luz del medio día con toda su fuerza.

Si al primer cabildo fueron un millón al segundo llegaron dos millones. Esa fuerza inmensa del pueblo en las calles que quiere construir el cambio, que expresa su cansancio por la prepotencia de un grupo organizado para delinquir en nuestro nombre se hizo presente y mostro el musculo fuerte de su advertencia.

Por eso tuvieron miedo y el miedo. Con la boca llena de coca, los ojos vidriosos y el cerebro embrutecido fueron a cercar, a incendiar, a golpear para defender al hermano Lucho.

Días de aclaraciones y de develaciones. Las mentiras salieron a flote. El censo 2012 fue mal hecho, o sea, sus resultados mal elaborados dieron paso a afirmaciones incorrectas, la pobreza no habría disminuido como dicen, porque muchas comunidades indígenas no fueron censadas, y otras incrementaron su población de manera mágica. Todo se desmoronó, la suma de los engaños resultó demasiado enorme y pesada.

La mentira oficial expandida y empapelada en nuestras caras ha dejado de servir. Ya no les creemos, ya no pueden engañarnos.

Como un árbol que crece mirando al cielo, con sus raíces atenazadas en la tierra, fuerte y orgulloso, así el pueblo cruceño se ha levantado, enorme, grande y fuerte, decidido a defender la democracia, sus derechos, a ser libres y a trabajar en paz sin que le roben sus sueños y su futuro.

Al final, la defensa del censo quedo chica, insuficiente para semejante epopeya de movilización social, corta para la resistencia de 36 días. Y dejó a los líderes atrás, exigiéndoles que se pongan a la vanguardia del movimiento.

Esto es lo que se debe reflexionar, analizar y comprender. Las discrepancias no deben ser lo que divida y debilite. Lo sucedido debe servir para preparar las próximas jornadas teniendo en cuenta que el pueblo ya está maduro y quiere objetivos nacionales que restituyan la república, el Estado de Derecho, la democracia, la defensa de la propiedad privada y a tener una vida digna.

DANTE NAPOLEÓN PINO ARCHONDO