Carburantes: importación más subvención, un combo peligroso para Bolivia

Carburantes: importación más subvención, un combo peligroso para Bolivia

 

Hace poco el BCB anunció que se compraron a los exportadores nacionales un valor de 4,4 millones de dólares americanos, como un importante logro para captar divisas y fortalecer nuestras RIN, ¿pero esta noticia es buena o mala?



Como decía Einstein “todo es relativo en la vida”, por lo tanto, partamos indicando que este monto es insuficiente para el fin planteado y el camino sería muy largo para lograr la meta anhelada, $us 1.000 millones. Sin embargo, lo que nos debe importar es que, si tenemos actualmente las divisas necesarias para nuestro comercio exterior, la respuesta contundente es NO; nuestras importaciones la gestión pasada fueron por $us 13.049 millones, actualmente nuestras RIN apenas tienen un valor de $us 372 millones, es decir, nos alcanzaría para una semana aproximadamente de importaciones.

Pero nos enfoquemos en nuestro “talón de Aquiles”, la importación de carburantes, que, para empezar, el año pasado representó el 34% de nuestras importaciones, es decir, de cada $us 100 que importamos, $us 34 fueron diésel y gasolina; esto sin tomar en cuenta que la subvención de carburantes en 2022 fue alrededor de los $us 1.200 millones, lo cual incremento más aun nuestro gasto público. Otro dato que destacar, es que respecto al 2021, la importación de carburantes creció en un 94%, sobre todo por un mayor precio de compra derivado del conflicto bélico europeo, de $us 2.250 millones a $us 4.365 millones, incremento no destacado en los informes gubernamentales.

Si la situación no cambiaría, teniendo en cuenta el nivel de importaciones de carburantes ocurrido el 2022, sólo para este hecho, necesitaríamos alrededor de $us 363 millones al mes; esto sin tomar en cuenta que la subvención a los carburantes, lo cual nos da una falsa estabilidad de precios con una cifra de inflación baja, se proyectó por Bs 7.642 millones, de acuerdo con el PGE 2023, un 59% más que la gestión pasada.

¿Cómo afecta a nuestras RIN? Pues bastante, YPFB compra el 90% del combustible que se adquiere del exterior, obviamente lo paga en dólares americanos, una parte no la recupera porque es la subvención que el TGN le devuelve en NOCRES, y la otra parte la recupera en efectivo pero en bolivianos, a partir de la venta de gasolina y diésel; esta “política energética” es un mal negocio para nuestra economía, compramos caro, vendemos barato, de hecho nuestros carburantes tienen el precio más barato de la región, lo cual fomenta el contrabando de los mismos, sobre todo a Brasil y Perú, según el ANH se evitó el contrabando de carburantes por alrededor de los Bs 92 millones.

Entonces, el problema no sólo son importaciones más caras, sino también una subvención dañina, en el sentido que incentiva al contrabando por su bajo precio, pero también motiva su gran consumo no solo para los motorizados, públicos y privados, sino también para la industria de nuestro país ¿ahí el socialismo es bueno?

Se ha estimado por la Cámara Boliviana Automotor, que en el país circulan 450 mil autos indocumentados, es decir “chutos”, que también consumen carburantes “subvencionados”; entonces, todo lo anterior explica claramente cómo se genera una presión importante a nuestras RIN para financiar la importación de combustibles, y dada la subvención de los carburantes, sin quererlo, todos nosotros, estamos “auspiciando” el contrabando y el uso de los mismos en autos que no pagan ni un centavo de impuestos.

Finalizando, podemos concluir que una importación más cara de carburantes y un consumo “subvencionado” desmedido de los mismos, han dado lugar a que nuestras RIN hayan flaqueado de manera importante, generando mayor déficit fiscal e inestabilidad económica debido a las medidas asumidas por el gobierno al trata de captar más divisas, si sumamos a esta ecuación, un tipo de cambio fijo favorable para importar, sin discriminar si es legal o no, la situación se complica.

Sabemos que ahora no podemos tocar la subvención ni el tipo de cambio, aunque se habla que ya existe una devaluación camuflada por el precio de compra de dólares soyeros más caros, pero hay que ver soluciones y que no hagan tambalear a nuestra economía. Liberar las exportaciones de productos no tradicionales sería ideal, eliminar el bendito ITF, tasas pasivas para los depósitos en dólares más elevadas, reducción del encaje legal para esta divisa en el sistema financiero nacional, una batalla eficaz y sin tregua contra el contrabando y el consumo ilegal de los carburantes, entre tantas. Sin dudas, actualmente, nuestras importaciones más las subvenciones de carburantes, son una bomba molotov para nuestra economía, que, si no apagamos la mecha, podría quemar todo.

Luis Fernando Romero Torrejón es presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija