Un día en el censo de celdas de la cárcel San Pedro: «van a decir, aquí no se paga nada»

Explica que el censo “es para ver si están hacinados, si les cobran”, según se escucha, “pero la mayoría dice que no les cobran, me sorprende”, cuestiona el funcionario que tiene a sus espaldas a los disciplinas que siguen sigilosamente y con el oído atento a las respuestas.

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Foto: ANF



Fuente: ANF

Cerca de las 11.30 del sábado 25 de marzo, un comitiva compuesta por funcionarios de Régimen Penitenciario, policías y militares ingresaron a la sección Chonchocorito del penal de San Pedro de La paz para realizar el censo de celdas, como ya se venía efectuando en las otras secciones de ese recinto.

El propósito fue cuantificar las celdas de todo el penal para realizar una redistribución y “no haya más privados de libertad sin celda”, como aseveró el director nacional de Régimen Penitenciario Juan Carlos Limpias días después en un acto donde entregó áreas comunes remozadas en el recinto.

Horas antes de la llegada de la comitiva, la sección fue aseada, desinfectada y aromatizada bajo la conducción de los delegados y la directiva para recibir a la importante visita. Los internos tenían mucha expectativa, creían que se trataba de la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que llegó al país un día antes, pero no fue así.

Delegados y disciplinas les quitaron a los internos nuevos los chalecos anaranjados, que usan para distinguirlos, y habilitaron las celdas de los privados de libertad que estaban castigados en secciones como Muralla. El propósito era reducir la imagen de hacinamiento que se vive en esa sección, donde se concentra un aire denso y pestilente por la falta de ventilación y el consumo de drogas y alcohol, un sector considerado de rehabilitación.

“Todos deben estar bien cambiados”, exigió el delegado Marco M. B. mientras otros internos baldeaban con lavandina y dispersaban aromatizante por varios sectores.

El hacinamiento en el lugar es tal que los apresados por incumplir las pensiones familiares duermen en el piso de la peluquería de la sección, en la cocina, en la sala de visitas, en la sala de estudios y en el patio. No hay consideración a ellos pese a que les exigen que paguen 1.500 bolivianos por derecho de piso, a las buenas o a las malas, cobro en su mayoría efectuado con aplicación de tortura -desde golpes contundentes hasta ahogamiento- a manos de los disciplinas (internos de seguridad) que son conocidos por su alto grado de violencia y brutalidad que no respeta ni a los internos de la tercera edad. Todo este maltrato ocurre con conocimiento de las autoridades.

Un kiosko en el penal de San Pedro Foto ilustrativa: ANF
Minutos antes del censo, los internos nuevos fueron reunidos por los mandamases de la sección, para advertirles que no digan nada indebido a los censistas. La advertencia también llegó al resto de quienes comparten esa sección.
“Cuidado con lo que hablan, aquí no se cobra de nada, van a decir que tienen celdas por ser antiguos y tener buen comportamiento”, dijo a los internos el delegado de Celdas Luis M.
Mientras que el delegado de la sección Marco M. B. y el de Hacienda Eduim C. M., hacían lo mismo.
Los internos nuevos fueron llevados a los salones y alojamientos para mostrar orden y un bajo nivel de hacinamiento.
“Les están enseñando para que no hablen nada, que digan que no se les cobró el ingreso”, se escucha en un audio que se filtró desde la sección.
Los disciplinas se movían por los pisos de la sección tratando de no dejar un cabo suelto para que todo salga perfecto a sus intereses.
“Nos dijo el de Hacienda que digamos que no pagamos nada, eso da bronca, nos están obligando a hablar algo que no es”, se escucha en otro audio.
11.28 ingresó la comitiva. Personas con chalecos en los que se leía Régimen Penitenciario, sudaderas con las letras Ejército en la espalda, policías de alto rango y psicólogos ingresaban a Chonchocorito.
El delegado y su cohorte dieron la bienvenida con saludos efusivos y caras sonrientes a los visitantes. Se presentaron como respetuosos de la ley y el orden.
Para garantizar que la instrucción sea cumplida a cabalidad, el delegado organizó a sus disciplinas Juan Pablo Ch. y Marco E. -que ya tiene varias denuncias por su violencia, pero no le pasa nada- para que permanezcan cerca de los censistas y comprueben que no se hable demás.
“Detrás de todo eso están andando los de la directiva (de la sección) para escuchar lo que hablamos”, se escucha en un tercer audio.
Sección Guanay. Foto ilustrativa: ANF
El delegado se adelantó a las otras celdas y reiteró “que digamos que no se paga de nada, menos de celda y que la celda que tienen es por buen comportamiento”.
Todos los internos que llegan al penal, así sea por un día, deben pagar el derecho de piso, a la mala, y luego ser derivados a una sección donde deben hacer otro pago por pertenecer a ésta, ya en la sección deben buscar una celda por el que deben pagar alquiler o anticrético.
Los censistas preguntaron cuántos viven por celda, qué pertenencias tienen y si se les cobra por esos espacios, “pero como ya nos dijeron de forma amenazante que no tenemos que decir nada, así fue”.
“¿De esto pagan alquileres, son dueños?”, se escucha decir a un censista en un audio. “¿Quién les da celda, no pagan, no ve?”, prosigue el funcionario.
Explica que el censo “es para ver si están hacinados, si les cobran”, según se escucha, “pero la mayoría dice que no les cobran, me sorprende”, cuestiona el funcionario que tiene a sus espaldas a los disciplinas que siguen sigilosamente y con el oído atento a las respuestas.
“La directiva (de la sección) está siempre detrás de ellos (los censistas), no podemos hacer nada, los disciplinas están para escuchar qué estamos hablando”, refiere otro.
En pleno censo, la información salía afuera de la cárcel de San Pedro y llegaba a conocimiento de algunos familiares que protestaron al saber que sus hijos y esposos no denunciaban los abusos y cobros extorsivos, gastos que recaen sobre ellos.
“Cómo no van a denunciar, si de todo nos hacen pagar, golpeando incluso cobran, hay que dar 1.500 bolivianos solo por derecho de piso, hay que pagar por celda, por ingresar fruta, por todo cobran en el penal”, dijo indignada una mujer. Pero reflexionó y dijo “adentro quien les va garantizar, tienen miedo, hay mucho abuso”.
Las advertencias sobre no decir nada sobre los pagos también se hizo en otras secciones como Palmar, donde los delegados advirtieron con castigos, sin embargo, debido a que el control de éstos es poco efectivo para ir celda por celda, hubo quienes denunciaron los cobros, de acuerdo a las versiones que llegaron a ANF.