El silencio del MAS nos mata

Hay algo que en derecho administrativo se llama «silencio» y que sucede cuando la autoridad recurrida no responde al recurrente.

Desde el 8 de febrero 2023 Bolivia no tiene información oficial sobre la situación macroeconómica, a pesar de los reclamos y pedidos que se ha efectuado de manera oficial y pública para tener una respuesta. Hay silencio.



A falta de datos oficiales, hemos tenido acceso a una publicación de Bloomberg del día 13/04/23 basada en un documento de Balanz Capital denominado «¿Reestructuración en camino?» 

¿Qué nos dice ese documento?

La tenencia de dólares en el BCB pasó del 45.5% del PIB el 2014 al 8.7% el 2022. ¿Cómo sucedió esto, cómo pasamos de tener 15.500 millones de dólares el 2015 a 3.500 millones el 2023?

Porque entre enero del 2015 a septiembre de 2022 tuvimos una salida de divisas de $us. 12.200 millones, que se refleja por correlación del 97,2% en una caída de las reservas internacionales por $us 11.200 millones. Esto quiere decir que la salida de divisas ocasiona la perdida de reservas.

¿Qué es lo que produce esa salida de divisas?

La balanza comercial deficitaria, desde el punto de vista cambiario produjo entre enero 2015 a septiembre 2022 un déficit acumulado de $us. 17.800 millones, a lo debemos sumar los $us. 3.300 millones de YPFB. La Balanza Comercial es el resultado de las exportaciones menos las importaciones totales.

Al hablar del punto de vista cambiario nos referimos al tipo de cambio de Bs. por dólar, el atraso del tipo de cambio real desde 2014 – 2015 se mantiene en 30%. Es lo que incentiva las importaciones y perjudica las exportaciones nacionales. Al hablar de YPFB observamos que hubo una salida de $us 3.300 millones, por importación de combustibles subvencionados.

El tipo de cambio fijo, incentiva las importaciones y además distorsiona los datos de inflación, que del 9.02% promedio entre 1987 a 2005 se redujo al 2.5% promedio desde el 2014.

La recomendación del FMI para evitar estos resultados: sangría de divisas, por balanza comercial deficitaria y sostenimiento de un tipo de cambio fijo, fue pasar a un tipo de cambio flexible, es decir que sea el mercado quien determine el valor de la moneda. Una alternativa a esto, sería fijar el valor de la moneda de manera administrada por el BCB, como se hacía con el Bolsín.

La renuencia del gobierno a esta recomendación, llevará a la economía por un escenario insostenible, lejos de darnos certidumbre económica, como afirman, estamos viviendo momentos de incertidumbre, desconfianza y luego vendrá el desorden con sus graves consecuencias políticas.

El ajuste cambiario y la contracción económica que deviene de ese ajuste, a tiempo de sincerar los precios y ajustar la balanza comercial, frena la sangría de divisas. 

Remedio doloroso pero necesario para no llegar a límites donde la racionalidad se pierda en aras de conservar el poder político. Es el costo de 15 años de la farra política-sindical que se tuvo.

Si el ajuste se hace a tiempo podemos evitar una crisis estructural de la balanza de pagos y resolver una situación que se puede controlar antes que todo se desordene y el remedio, al final, deba ser mucho más doloroso.

Como dije hace pocos días. La situación nacional exige un cambio político, para resolver la crisis económica. No es al revés. El MAS ya no tiene capacidad para tomar decisiones económicas. Está con las «manos atados», como diría Goni, porque su demagogia social, su empecinamiento ideológico y su absoluta carencia de visión nacional, le impiden ser la solución y le convierten en el mayor problema a resolver.

DANTE N. PINO ARCHONDO