Carlos Brú no leyó a Platón

 

Lo ideal y deseable, es que toda sociedad tenga como gobernantes a personas cultas, refinadas, pulidas, inteligentes, sabias; es decir, lo mejor seleccionado de los hombres y mujeres, aptos para la tarea de gobernar y hacer gestión pública.



Hace días, el alcalde de Yacuiba, Carlos Brú (MAS), ha dicho que la oposición (si no hay oposición en Yacuiba) y algún activista político (?), ruega que le vaya mal, porque de esa manera van a seguir con pega, porque si a él le va bien, entonces se quedarían sin trabajo. “Así de perversos son”, remató

Lo que me ha llamado la atención, es que Brú, a pesar de provenir de una familia tradicional, muy bien acomodada económicamente en Yacuiba, con abolengo influyente en la sociedad, no tiene ninguna formación académica, y sus conocimientos sobre asuntos de la ciencia, son muy limitados y restringidos.

A pesar de tener un récord continuo en la política por casi 30 años, no ha hecho ningún esfuerzo por aprender un poco más de la política profesional, aunque sea de manera autodidacta.

Sus constantes declaraciones de prensa, demuestra de manera palmaria, su absoluto desconocimiento de la política profesional y evidencia que no ha leído al autor más afamado, debatido y citado en la Academia, en especial en las Ciencias Políticas, como es Platón, que se ha encargado de registrar a través de sus famosos diálogos, su pensamiento, como el de su maestro Sócrates, de temas muy importantes.

Ningún político profesional puede considerarse tal, sino solo ha leído, sino que haya reflexionado sobre el influyente pensamiento de estos dos filósofos. Aprecio, varias de las disquisiciones de Platón, aunque hay otras que cuestiono abiertamente y no las comparto, como su afición por el autoritarismo y el comunitarismo.

Brú se ha quedado como un político de calle, barriobajero, simple; se ha limitado a ser un politicastro, no un político de verdad, muy a pesar de las fabulosas condiciones y circunstancias que le ha propiciado la vida y la fortuna. Pasará a la historia como un político de bajo vuelo, aunque no es tarde, para cambiar el curso de su historia.

Sobre el poder, el gobierno y la sociedad, Platón, hace una alegoría muy interesante. Compara a esto, con un navío en medio del mar y en una tempestad. Se pregunta si el capitán tiene problemas de salud que imposibilitan e impiden la conducción de la nave, ¿a quién se elige para sustituirlo? ¿Al más carismático, elocuente, rico, popular, hermoso, blanco? La lógica y el sentido común dice que se debería suplir con alguien que tenga conocimiento y experiencia.

Por esta sencilla razón, Platón (como yo), está en desacuerdo con la democracia, como un sistema político ideal para seleccionar a los gobernantes, porque justamente lo que hace la democracia es elegir a los peores, a los malos, a los mediocres, a los frustrados, a los residuos y desperdicios de la sociedad. Su experiencia con amigo Alcibíades, lo han convencido de su desprecio por la democracia.

Platón dice que es tan importante la pericia del capitán, que, si el barco se hunde, naufragan todos los que están en el navío. Esta alegoría contradice abiertamente lo dicho por el alcalde Brú, porque si le va mal a él (como está sucediendo por su impericia e incompetencia), nos va a ir mal a todos.

Yo ruego todas las noches de rodillas, que le vaya bien al alcalde Carlos Brú. No solo bien, sino superbién, porque es la única forma que nos vaya bien a todos los demás que estamos siendo gobernador por él (aunque no gobierna de verdad, solo se ha limitado a administrar mal).

Imagine que Yacuiba es un gran crucero, en el que estamos todos lo que habitamos en este municipio, y el alcalde con sus secretarios, son los de la tripulación. Si ellos hunden la nave, nos ahogamos todos. ¿Cómo cree él que alguien va a querer que el barco se hunda, como el Titanic?

Otra cosa es que los pasajeros pidan cambio de capitán y de tripulación, porque pone en riesgo la vida de los viajeros, y justamente es eso lo que él siente, pero no lo quiere decir. Es muy evidente, que los yacuibeños están muy molestos, frustrados, engañados, enrabiados, y decepcionados con la pésima gestión, porque a dos años no hay una inactiva que priorice los problemas que aquejan al ciudadano, que es la economía, la salud y la seguridad.

Él sabe muy bien que no es el deseo de los opositores, que no existen, ni de algún activista político, sino de la población, que en su gran mayoría siente que hay que cambiar de piloto, porque el actual es muy malo.

 

Esteban Farfán Romero es Especialista, Estratega y Asesor en Gestión Pública, Gobierno, Imagen, Media Training y Comunicación Política