En los últimos 20 años, el PIB de Bolivia creció de manera exponencial, casi seis veces. Excepto en 2020.

En 2002, el PIB nominal del país llegó a $us 7.917 millones y el año pasado cerró en $us 44.315 millones, casi seis veces más (460% de crecimiento).

El PIB nominal expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país o de una región durante un período determinado de tiempo (normalmente un año) con el nivel de precios existente en cada momento. Es por esta razón por la que se utiliza la expresión PIB a precios corrientes.

El presidente Luis Arce destacó precisamente este dato la noche del martes. Dijo que el PIB nominal pasó de $us 40.703 en 2021 a $us 44.315 en 2022, “la cifra más alta de nuestra historia”.

“A pesar de los intentos de boicot a la economía y el funesto paro en la ciudad de Santa Cruz en la gestión 2022, nuestro PIB nominal se incrementó de $us 40.703 millones en 2021 a $us 44.315 en 2022, la cifra más alta de nuestra historia”, resaltó el Jefe de Estado en un mensaje al país en el que hizo un repaso de diferentes indicadores económicos, políticos y sociales.

PIB

También hizo mención al PIB per cápita, que se incrementó el año pasado respecto a la cifra de 2021 en 7,4%, de $us 3.437 a $us 3.691, “la cifra más alta en la historia de nuestro país” , subrayó.

Desde 1990 hasta 2022 (33 años), el PIB per cápita (ingreso por persona) se ha multiplicado por cinco, de $us 732 a $us 3.691.

CIFRAS. En 2020, el PIB (Producto Interno Bruto) nominal se redujo a $us 36.897 millones debido a las políticas implementadas durante el gobierno transitorio de Jeanine Áñez antes y durante la pandemia del COVID-19. Es el único dato negativo registrado en los últimos 20 años.

De acuerdo con un estudio del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas (Center for Economic and Policy Research – CEPR), publicado en junio de 2021, la administración de Jeanine Áñez hizo un mal manejo de la economía boliviana.

Además —añade el informe—, “muestra evidencias y ejemplos de que esto no se debió sólo a la negligencia y corrupción, sino a una estrategia que buscaba revertir los avances logrados por el anterior gobierno”.

El texto agrega que el régimen transitorio también manejó mal la respuesta a la pandemia y a la recesión que esta causó, llevando adelante una agenda de política económica muy diferente a la del gobierno anterior.

En resumen, según infieren los investigadores Jake Johnston, Joe Sammut y Mark Weisbrot, que firman el reporte, la única motivación de Áñez y su equipo pareció ser deshacer todo lo hecho por el anterior gobierno, sin reparar en los costos para la población, y con el fin evidente de restablecer en el país un sistema conservador y acorde a las recetas de los organismos internacionales.