Fiscalía citará a autoridades de comunidades del Chapare, donde se hallaron 34 factorías de droga

La Fiscalía informó que citará a las autoridades de las comunidades del municipio de Villa Tunari, en el trópico de Cochabamba, cercanas a los lugares donde la Fuerza Antidroga halló 27 fábricas de droga y siete laboratorios de cristalización de cocaína en sólo tres días. El representante del Ministerio Público trata de establecer cómo es que los pobladores no detectaron el funcionamiento de esas factorías y el transitar de los narcotraficantes por lugares donde existen escasas vías de acceso y reducida población.

“Como Ministerio Público vamos a convocar a todos los sindicatos (de cocaleros) y dirigentes de la zona, a fin de que nos puedan dar información sobre si tuvieron conocimiento del paso de personas sospechosas y (de la existencia) de este megalaboratorio que se ha podido encontrar en esta parte del Territorio indígena y Parque Nacional Isiboro Secure (Tipnis)”, informó a Página Siete el fiscal Fabio Velasco.

Durante los operativos realizados la pasada semana por la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) del Chapare, el fiscal Velasco acompañó a los uniformados durante la intervención y posterior destrucción de las fábricas y laboratorios. En estos lugares, no se registraron personas aprehendidas, pero se tomaron fotografías y secuestraron celulares, documentos y otros elementos con el fin de identificar a los responsables de la construcción y equipamiento de esas instalaciones y sus cómplices.

El viernes 19 mayo, luego de tres días de trabajo de campo, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, y el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, José Illanes, permitieron que periodistas de varios medios de comunicación verifiquen la existencia de esas instalaciones, ubicadas en zonas inaccesibles.

Velasco explicó que todas las instalaciones fueron descubiertas en diferentes puntos del amplio territorio boscoso, en el municipio de Villa Tunari de la provincia Chapare. Pese a las dificultades geográficas para el ingreso a estos puntos, hacia donde no hay acceso caminero, los laboratorios de cristalización de clorhidrato de cocaína estaban dotados de equipos de comunicación satelital, hasta seis generadores de energía, decenas de lavadoras y microondas para el secado y mezcla de las sustancias, decenas de turriles de precursores sólidos y líquidos, además de combustible, entre gasolina, diésel y avigas para avionetas.

También se hallaron garrafas, decenas de bañadores, botes de gran tamaño, prensas y gatas de alto tonelaje con los cuales se prensaba y embalaba en forma de ladrillos la cocaína producida. Además, también se tenía diferentes adhesivos con marcas o sellos con diferentes logotipos, con los que se individualizaban los bloques de droga.

El fiscal explicó que, para introducir todos esos equipos e insumos, los narcotraficantes debieron ingresar hasta cierto punto por rutas terrestres y luego navegar por varias horas sobre el río Lojojota que se extiende hasta Beni. “Necesariamente a este lugar han debido ingresar por el sector conocido como ‘El Castillo’, las poblaciones de Isinuta, Eterzama, San Gabriel (del trópico de Cochabamba) y llegar al Tipnis, a terrenos de comunidades indígenas”, afirmó Velasco.

Página Siete, que acompañó los operativos de destrucción ejecutados por la Felcn, verificó que tres de los laboratorios de cristalización de cocaína, estaban ubicados en el sector perteneciente al sindicato de cocaleros “Valle Alto”. En el lugar, se trató de tomar contacto con los pobladores, pero éstos se tornaron hostiles y se negaron a dar declaraciones sobre los hallazgos de Umopar en su región.

El fiscal explicó que las instalaciones, en algunos casos, fueron erigidas en áreas de hasta 800 metros cuadrados, divididas en secciones hábilmente camufladas entre los árboles, unidas por corredores hechos con gran cantidad de tablones y carpas, que pese a la extensión no son visibles desde el aire, en los sobrevuelos de los helicópteros de Umopar. Los laboratorios, valuados entre 200 mil y 300 mil dólares, tenían una capacidad de producción de hasta 100 kilos de cocaína por día y por el desgaste de algunas de las herramientas se presumen que el más antiguo empezó a operar hace tres años.

Para el fiscal, todos esos elementos hacen denotar que la actividad debió ser visualizada por los pobladores del sector, en esa línea reiteró que primero se convocará a los dirigentes cocaleros y autoridades originarias.