Fuente: ANF
A sus 56 años, Carmen Pacheco, una de las representantes de la Asociación de Pacientes con Cáncer falleció. Desde hace varios años batallaba contra el cáncer de pulmón que complicó su estado de salud en los últimos tiempos, pero pese a su diagnóstico, Carmen no dejaba de lado su lucha por una atención de calidad y calidez e incluso, pese a estar con tratamientos fuertes asistía a las marchas y apoyaba a otros enfermos del Hospital de Clínicas.
“Gracias por soñar y luchar activamente por mejorar y cambiar las condiciones de atención para los pacientes con cáncer. Cuántas veces nos sorprendiste asistiendo a reuniones o movilizaciones cuando estabas en pleno tratamiento, enseñándonos que no hay excusas, siempre es posible dar lo mejor de nosotros para cambiar las cosas”, es uno de los mensajes que dejó la Asociación de Personas con Cáncer y Familiares Bolivia tras conocer sobre el deceso de la líder.
Pacheco, en una anterior entrevista con la ANF, contó que se enteró que tenía cáncer el 2015. En ese tiempo, los médicos le habían detectado cáncer de mama. Con paciencia y esfuerzo de su familia superó el diagnóstico, sin embargo hace más tres años se enteró que la enfermedad había regresado con más fuerza a su vida.
Tenía cáncer de pulmón, la noticia devastó a sus hijos, sobre todo a sus tres pequeñas nietas a quienes amaba con todas sus fuerzas y su sueño era verlas crecer. Agarraron fuerzas y comenzaron otra vez su batalla contra la temible enfermedad, pero pocas semanas después recibieron otra mala noticia.
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El cáncer de pulmón había hecho metástasis en el fémur. Decidió ocultar ese diagnóstico a su familia, que ya estaban golpeados por la noticia del cáncer de pulmón, sobre todo por el factor económico, pues las ampollas para sobrellevar la complicación de la enfermedad tenían un valor por unidad de Bs 6.500.
Muchas veces aguantó los dolores, hizo como si no pasará nada. Pero, la depresión, los dolores en su cuerpo y la llamada de su oncóloga a su hijo la delataron.
“Mis hijos se estaban recuperando de la noticia sobre mi cáncer de pulmón, quise ocultar sobre la metástasis sobre todo por el costo económico que significa, quería seguir con mi vida como si nada pasara y hasta que Dios me decida, pero se enteraron y volvimos a llorar, volvimos a sufrir. Una ampolla cuesta Bs 6.500 y necesito dos cada semana”, relató en ese entonces.
“Carmencita” como la apodaban otras pacientes y las representantes nunca dejó sola a su organización. Una de las últimas movilizaciones que protagonizó fue el pasado 8 de agosto, cuando los enfermos oncológicos protestaron por el paro de 72 horas de trabajadores y médicos del Hospital de Clínicas que derivó en la suspensión de diferentes especialidades como estudios de imagenología, patología, entre otros.
“Nuestros corazones lloran tu partida, nos duele demasiado, nos cuesta comprender que ya no estarás con nosotros. Ha sido un honor compartir contigo y aprender de ti. Te queremos agradecer por regalarnos tu ternura, alegría, esperanza, tus palabras siempre llenas de dulzura y cariño. Gracias por enseñarnos a actuar respetando a los demás y a enfrentar los obstáculos, y es que tú salías adelante con la fuerza que te daba el infinito amor que tenías por la vida, tus hijos, tu familia y tus amigos”, se lee en otra parte del mensaje de la Asociación de Personas con Cáncer y Familiares Bolivia.
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