En 1994 el cofundador de Apple, Steve Jobs, ofreció una entrevista grabada a la Asociación Histórica de Silicon Valley, donde dio un consejo muy simple, pero muy acertado y que a él le funcionaba estupendamente para conseguir todo lo que quería. Y desde muy joven.
Su consejo es animar a la gente a que busquen lo que quieren solicitando la ayuda de otros. Y hacerlo directamente por teléfono, de un tú a tú o incluso en persona, si se puede.
Es cierto que en ese momento no había redes sociales, ni aplicaciones de mensajería, ni Kickstarter, ni GoFundMe… y que el correo electrónico aún era algo poco usado. Toda su explicación ya la publicamos este verano en Genbeta y puedes leerla aquí.
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Así fue la vez que Jobs pidió ayuda a HP
En aquel entonces, pedir ayuda significaba participar en una interacción cara a cara o al menos en una llamada telefónica, algo que muchas personas encuentran intimidante. Pero parece que a Jobs no le intimidaba nada, ni siquiera cuando era niño.
Jobs era muy emprendedor desde muy joven y con 12 años quería construir un contador de frecuencia y decidió que la mejor empresa con la que ponerse en contacto era con Hewlett-Packard, una de las más grandes tech del momento y llamó a Bill Hewlett para ver si le podía dar algunas de las piezas necesarias para su futura creación.
Hewlett aceptó la solicitud del joven , según publica Open Culture, el descaro de Jobs también le valió un trabajo de verano en una línea de montaje de Hewlett Packard, colocando tornillos en contadores de frecuencia.
Los expertos le dan la razón
Pues bien, el tema es que este consejo de Jobs que puede parecer antiguo, con todas las formas de comunicación que existen ahora, momento en que personas de diversas generaciones (sobre todo millenials y Generación Z) odiamos las llamadas, está avalado por expertos y expertas en psicología.
El libro que ha sido un best seller, de nombre «Dar y recibir» del psicólogo Adam Grant presenta un caso eficaz a favor de la interacción humana como el camino hacia el éxito, «ya sea usted el niño que hace la llamada o el pez gordo con el poder de conceder el deseo», afirma el libro.
El libro de la psicóloga social Heidi Grant, «Refuerzos: cómo conseguir que la gente te ayude», explica cómo preguntar de la forma correcta, sin la ncesidad de lloriquear o sin poner a la otra persona en una posición incómoda. Además, recuerda la experta que hay lugares de trabajo donde la gente teme pedir ayuda por las dinámicas, poco sanas, dentro del lugar de trabajo. Según la psicóloga social Heidi Grant, entre el 75 y el 90% de toda la ayuda que los compañeros de trabajo se dan entre sí comienza con una petición.
Pedir usando internet
Por su parte, Amanda Palmer, una multifacética mujer que no tiene entre sus conocimientos la psicología pero sí un libro muy conocido en el mercado que se llama «El arte de preguntar (o pedir). Cómo dejé de preocuparme y permití a la gente ayudarme» explicaba en una entrevista de The Guardian que todo el mundo tiene derecho a pedir lo que necesita, y si le niegas a alguien ese derecho –por cualquier motivo– estás silenciando su voz y haciendo que las personas estén más disociadas y separadas unas de otras.
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