Ello agravaría la crisis de la justicia en Bolivia, coincidieron analistas.
La incertidumbre sobre la realización de las elecciones judiciales pone en evidencia un inminente “golpe judicial” que agravaría la crisis de la justicia en Bolivia, coincidieron dos analistas.
El politólogo Franklin Pareja habla de una estrategia envolvente desde el Órgano ejecutivo para dejar sin efecto la elección de magistrados para el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y el Órgano Judicial con el fin de lograr el poder absoluto del gobierno de Luis Arce Catacora.
Explicó que esta situación crítica se debe a que este periodo gubernamental es el primero del Movimiento Al Socialismo en que no cuenta con 2/3 en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) y, por lo tanto, no “tiene el control” para designar a las autoridades que respondan a sus intereses.
Mencionó que tener el control del TCP le permite cooptar todo el poder porque se trata de “Órgano supranacional” que se encuentra por encima del judicial e incluso de la ALP.
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Si bien las elecciones judiciales no son el escenario para lograr la reforma judicial, tener autoridades digitadas por el Gobierno pone en una situación de vulnerabilidad a la población en general que no cuenta con instituciones que velen por sus necesidades e intereses reales.
La decisión de no realizar las elecciones judiciales este responde, a juicio de Pareja, a un interés político electoral del ala arcista tras la fractura interna del MAS. “Se trata de un tema totalmente interno del MAS que afecta a toda la población”.
Para el analista Carlos Alberto Goitia se trata de una estrategia del Gobierno de Luis Arce para generar un descabezamiento judicial.
Señaló que la designación de otros magistrados es un riesgo para el gobierno de Arce de perder el poder frente a su opositor más frontal, Evo Morales Ayma. “Esta situación repercute negativamente en la democracia del país”, sostuvo.