Indígenas tacanas y tsimanes ven con preocupación que las llamas no dan tregua. El alcalde de San Buenaventura alerta por la situación de riesgo que vive el municipio
Fuente: El Deber
El cansancio es grande entre los pobladores de las comunidades indígenas de Buena Vista y Buena Altura, en el municipio de San Buenaventura (La Paz), donde el fuego no da tregua.
El sábado imágenes de casas quemándose, en Buena Vista, se hicieron virales en redes sociales, casi tan rápido como el fuego las consumía. Cuatro se perdieron. Este domingo, el fuego se reactivó y una vivienda más fue afectada; esto ocurrió al medio día, cuenta Luz Berónica Marupa, presidenta del Consejo Indígena de Mujeres Tacanas (Cimta).
El Gobierno, a través del viceministro de Defensa, Juan Carlos Calvimontes, insiste en que el fuego ha sido controlado y que todo ha vuelto a la «normalidad». La realidad es otra.
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“El Gobierno (sus representantes) no viene al lugar. Da coraje”, manifiesta Marupa.
Pide mochilas especiales para transportar agua porque hay muchas zonas donde el acceso es complicado para el humano, pero no para el fuego que, unido a las fuertes ráfagas de viento, arrasa con todo.
Otras comunidades también están en riesgo por el fuego, entre ellas: El Carmen, Tumupasa y Tropezón, menciona Marupa.
La representante de las mujeres tacanas pide apoyo para conseguir agua, rehidratantes y medicamentos -sobre todo para los ojos-. Este apoyo es para las personas que siguen en la comunidad y trabajan en apagar las llamas.
Para quienes puedan ayudar, pueden hacerlo a través de la cuenta bancaria del Consejo Indígena del Pueblo Tacana (Cipta), que es una cuenta conjunta en el Banco Unión a nombre de Jorge Canamari Lora y Hernán Nay Vargas. El número es M/N N° 10000047305722. El número de NIT del Cipta es 135263020. Para enviar alimentos, ropa u otra ayuda física, el número de contacto es el número de celular 74260654.
Entre tanto, las embarazadas, los niños y los adultos mayores han sido evacuados el sábado y se encuentran en San Buenaventura, duermen en un colegio y comen de una olla común, que prepara Rosario Molina. Este domingo ha tenido 55 comensales y espera que para el lunes, llegue la ayuda que escuchan que está cerca, pues continúan llegando las personas de otras comunidades afectadas por los incendios, como Bella Altura, que inicialmente refugió a sus vecinos de Buena Vista.
Pero San Buenaventura también corre peligro; las llamas avanzan peligrosamente al área urbana y al centro de esa población, y también por las zonas norte y sur, como informa su alcalde, Luis Alipaz. Agrega que están trabajando en apagar el incendio por tierra y por aire. Además, señala que 15 comunidades de ese municipio corren peligro por el fuego.
Bomberos de Antofagasta trabajan arduamente para combatir las llamas, pero también deben descansar, al menos medio día después de 24 horas de labor, cuenta el alcalde. En su lugar, los voluntarios trabajan para evitar que el fuego llegue a sus viviendas.
Molina narra que el sábado no se durmió. Los pobladores de San Buenaventura trajinaban en busca de agua para apagar las llamas, todos los recipientes eran buenos para transportar el líquido, baldes, botellas, todo sirve. Pero desde el pueblo hasta el lugar del fuego se necesita caminar 20 minutos, y en ese tiempo, usado para reabastecerse de agua, las llamas no perdonan y siguen avanzando.
“Es impresionante; estamos rodeados por el fuego”, señala.
Desde el municipio del frente, Rurrenabaque, La Mega Rurrenabaque realiza una transmisión, a través de sus redes sociales, para mostrar el fuego y el humo que consumen territorio de San Buenaventura. Son poco más de las 18:00, y el incendio no da tregua. Se puede ver un helicóptero transportando agua, que parece ínfima, cuando se acerca a las llamas.
Calvimontes, en entrevista con Bolivia TV, se refiere a las casas quemadas en Buena Vista e indica que son solo dos, y resalta que son de jatata. Según dice hay «intereses» de diversa índole en mostrar el fuego que afecta comunidades y el bosque (flora y fauna) en el país.
Responsabiliza a los ganaderos, «que tienen grandes haciendas», de originar quemas en el oriente boliviano.
«Muchas veces se camufla la quema de pastizales con incendios forestales y se empieza a decir que hay incendios», asegura.
La Coordinadora Nacional de Defensa de los Territorios Indígenas, Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap) emitió un comunicado en el que deplora “la negación de la gravedad de los incendios”, por parte de Calvimontes e insiste en pedir la declaración de desastre nacional por incendios y sequía en el país, algo que vienen pidiendo desde el 25 de octubre.
“(…) Pero, en vez de responder a este clamor que ahora ya es generalizado de todo el pueblo boliviano, las autoridades, como el Viceministro de Defensa Civil, niegan o minimizan al decir que los incendios no revisten gravedad; no mientan al decir que han sido controladas hasta en “2 horas”, en una clara intención de encubrir y proteger sus ‘normas incendiarias’”.
La Contiocap da cuenta de comunidades afectadas: tres que corresponden al pueblo tacana, en el norte de La Paz: San Isidro, Bella Altura y Buena Vista; una comunidad tsimane, en Alto Colorado del Sector Yacuma, municipio de San Borja. Otra comunidad tacana, en Carmen Florida del municipio de Rurrenabaque, dentro de la Reserva de la Biósfera y Territorio Indígena Pilón Lajas.
Fuente: El Deber