Los mitos mueven a las masas, las cuales tienen problemas con la razón y el sentido común

 

“Vivimos de cuentos y comemos cuentos: Como aquellos de la presunta felicidad y bienestar lograda con el socialismo, el nacionalsocialismo, el fascismo, el populismo; todos mismollata”. Pukymon.



El Socialismo marxista moviliza a las personas con base en las clases; el Fascismo las moviliza apelando a su identidad nacional, además de su clase. Los fascistas son, por lo tanto, socialistas con identidad nacional.
El Fascismo considera que la acción privada debe estar orientada a servir a la sociedad y para hacerlo, el Gobierno controla la economía y la propiedad privada y se convierte en el brazo administrativo de la sociedad a quien todos deben someterse, no solo en asuntos económicos, sino en todos los ámbitos.

El Populismo, que ahora cunde por todas partes, tiene una propuesta política ambidiestra. Un discurso demagógico para las masas populares que siguen al Líder carismático, el que según las circunstancias apela al indigenismo, el racismo, el enfrentamiento clasista y esto bajo un modelo estatista y centralista, que coloca los recursos del individuo y las empresas privadas al servicio del Estado, ofreciendo dar bienestar al pueblo.
Tienen muy buenas propuestas: para convencer y ganar elecciones, las que una vez implementadas engordan el Estado y la burocracia pública y terminan por generar niveles de endeudamiento y de gasto insostenible. Esto, más temprano que tarde, desencadena profundas crisis por las consiguientes políticas de ajuste.

Veamos el crecimiento del Gasto público durante el populismo cocalero: El año 2005 los salarios del sector público sumaban 1.000 millones de dólares y para el año 2024 suman 8.000 millones. Las cifras del gasto corriente anual crecieron entre el 2005 al 2024 de 1.300 millones a 4.500 millones de dólares.

El socialismo y populismo, son regímenes estatistas y centralistas que acumulan riqueza y poder para sus dirigentes y llunkus.

Bajo el Capitalismo, los empresarios, los productores, obtienen sus ganancias satisfaciendo los deseos de la gente, lo que crea automáticamente un sistema en el que los recursos se asignan allí donde son más necesarios.

Los consumidores son, por tanto, el pueblo soberano. Si los capitalistas, los empresarios y los agricultores no obedecen, si no producen al menor coste posible lo que piden los consumidores, pierden su cargo. Su tarea es servir al consumidor. Ganancia y pérdida son los instrumentos con los que los consumidores controlan todas las actividades empresariales”. Mises (2007, 18)

Bajo el sistema, socialista, el Gobierno tiene un poder ilimitado para arruinar cualquier empresa o para prodigarle favores. El éxito o el fracaso de cada negocio depende enteramente de la libre discreción de los gobernantes. . . . Pueden quitarle todos sus bienes y encarcelarlo. Por otro lado, pueden hacerlo rico”. Mises (2007, 59).

Liberalismo democrático.

El liberalismo postula un gobierno, cuyas funciones y poderes son ejercidos a través de un Estado limitado en su tamaño y competencias. Con líderes electos y que ejercen el poder por periodos limitados, por ejemplo, cuatro años y sin posibilidad de reelección. Estos poderes gubernamentales nunca pueden interferir con las libertades de cada individuo.

Las enseñanzas de la historia no siempre son reconocidas.

En el transcurso de la historia, las civilizaciones nacen, crecen, florecen y se marchitan. Ahora, en este Siglo XXI, nos encontramos en un difícil punto de quiebre, con una sociedad que ha perdido sus valores éticos y humanos. Una población carente de firmeza y voluntad y envuelta en múltiples guerras, inducidas por mitos religiosos y las egolatrías de sus líderes sociópatas. Guerras que, utilizando la mejor tecnología, gastan inmensos recursos en armas con las cuales terminaran destruyéndonos a todos.

El Occidente, y durante muchos siglos, ha sido un faro de progreso y libertad y generado y disfrutado de avances sin precedentes, en los campos de la ciencia, la innovación y la tecnología. Una primacía, fruto de una combinación única de libertad de expresión, propiedad privada, libre empresa y un capitalismo que crea valor para los demás, y por tener además un Gobierno democrático, un Estado reducido y una gestión de gobierno limitada. Pilares fundamentales que fomentaron un entorno propicio para su progreso, su desarrollo y en libertad.

Ayn Rand en 1950 nos explicaba:

Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes, sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos, sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra tí; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada”. AYN RAND.

Necesitamos volver a nuestras raíces, éticas y culturales y celebrar nuestros logros y transmitir nuestros valores fundamentales a las generaciones futuras. Vale decir el florecimiento del pensamiento crítico, el intercambio de ideas y la recompensa a los emprendedores por la creatividad y el mérito.

Fuente: ovidioroca.wordpress.com