La especie Serrasalmus magallanesi está en la cuenca amazónica boliviana, en los departamentos de Cochabamba, Beni, Santa Cruz y Pando.
Fuente: Opinión
Lo que le diferencia de las demás pirañas es la mancha negra en forma de medialuna que tiene en la cola, además de la aleta anal (aleta impar que está detrás del ano en los peces) que, en vida, tiene un color rojo intenso; en el borde externo, presenta una línea negra. Son las características de la nueva especie de piraña descubierta por científicos biólogos de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).
La especie de piraña Serrasalmus magallanesi no tenía nombre, hasta hace poco.
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Para Flavio Gallo Cardozo, Fernando Carvajal Vallejos, Mabel Maldonado Maldonado y Matías Careaga Muñoz, el hallazgo científico implicó 10 años de trabajo en la cuenca del Amazonas.
El director académico de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la UMSS, Javier Caballero, describió que el equipo de científicos está conformado por dos investigadores de planta y dos investigadores asociados de la Unidad de Limnología y Recursos Acuáticos (ULRA).
Esta investigación tomó tres años en lo referido al trabajo de laboratorio y, en total, demandó 10 años, considerando la recolección de los datos.
Destacó la pasión, por una década de vida para generar conocimiento.
PECES EN BOLIVIA
En el país, hay más de mil especies de peces; Bolivia está dentro los 20 países megadiversos en el mundo, y los peces son el grupo de vertebrados, hasta ahora, menos conocidos.
En el territorio nacional hay tres grandes cuencas, la del Amazonas, la Del Plata y la Endorreica del Altiplano. En la cuenca del Amazones, existen más de 700 especies de peces, varias tienen valor comercial y son importantes para la seguridad alimentaria.
PRESENTACIÓN FORMAL
Durante un acto en la UMSS, en días recientes, se hizo la presentación formal de la especie Serrasalmus magallanesi.
La piraña es conocida también como palometa en las zonas amazónicas.
El investigador Gallo describió que hay tres géneros: Pygocentrus (tal vez, la más conocida, con hocico achatado), Pygopristis (conocido más en la zona de Beni) y Serrasalmus (en el que se enfoca la investigación).
En el género Serrasalmus, de acuerdo con las revisiones durante las investigaciones, se determinó que en Bolivia hay ocho especies.
Gallo describió que se hizo un análisis más profundo, morfólogico y molecular. Esto implicó considerar aspectos como las medidas de los individuos, del cuerpo, para obtener variables que se puedan comparar entre ellos. Luego, al encontrar ciertas diferencias, ahondaron en análisis más específicos, como la osteología, por medio del uso de softwares para medir los huesos y conteos externos (escamas, radios de las aletas) e internos (costillas, vértebras y radios que sostienen a las aletas).
“A partir de eso, se encontró evidencia suficiente también aplicando la genética (…). A partir de este gen, se realizaron los árboles genéticos y se evidenció que existía un ente que no tenía una denominación y características que no encajaban con el resto”.
Así, los científicos se embarcaron en el trabajo para, al final, obtener y, hace poco, presentar esta nueva especie: la piraña Serrasalmus magallanesi.
LA NOVENA
Esta especie de piraña se convierte en la novena especie de Serrasalmus en Bolivia y la número 32 en Suramérica.
Entre las características más sobresalientes, que le diferencian de las demás pirañas, está la mancha negra en forma de medialuna que tiene en su cola; la aleta anal que, en vida, expone coloración roja intensa; y en el borde externo con una línea negra.
“Cuando el individuo ya es preservado, lo único que se puede observar es la mancha en forma de medialuna conspicua que presenta en la cola”, aclaró.
CUATRO DEPARTAMENTOS
El investigador agregó que, en principio, se conocía que esta especie se encontraba en la cuenca del río Beni. Los primeros materiales examinados provienen de las expediciones realizadas ahí.
Sin embargo, los análisis hechos posteriormente evidenciaron que la especie no está solo en la cuenca del río Beni, sino en las del Iténez, el Mamoré, del Madre de Dios y del Orthon. Es decir, en la mayor parte de la cuenca amazónica boliviana, en los departamentos de Cochabamba, Beni Santa Cruz y Pando.
EL TRABAJO
El científico Careaga explicó el trabajo que suelen realizar. Dijo que, en el trabajo de campo, en la colecta, muchas veces observan ejemplares que son totalmente diferentes a otros.
“Entonces, vamos rescatando estas nuevas muestras y, una vez que llegan a laboratorio, se hace la preservación de estas muestras y se empiezan a analizar qué tan diferente son a las que ya están descritas”.
Para eso se requiere conocimiento de cada uno de los grupos. Los científicos están especializados, y el trabajo en equipo permite abarcar los necesario en las investigaciones.
“Una vez que encontramos formas diferentes, podemos empezar lo que es la revisión de todo el género, de todo un grupo, y vamos viendo si esta especie, siendo comparada con todas las demás, es realmente nueva”.
La investigadora Maldonado describió que, esta clase de investigaciones, relacionadas con la biodiversidad, exige que se tenga que conectar muchos especímenes. Es necesario contar con material colectado, fotografiado, catalogado generalmente en colecciones y, a partir de ahí, proceden al trabajo.
“Toda investigación que requiere trabajo en el campo o con organismos, plantas, animales, siempre requiere un período largo, en el que estás juntando los datos. A partir de ello, recién puedes trabajar en función del objetivo que estás persiguiendo y, bueno, la publicación también lleva bastante tiempo”.
Los científicos ponderaron el apoyo institucional de la UMSS por la disposición de sus instalaciones, laboratorios, equipos, muestras y colecciones; y el respaldo del museo Alcide d’Orbigny que fue reservorio de la colección. Para los viajes, les apoyaron organizaciones como Peces para la Vida, Faunagua, el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC), WFT Canadá. También recibieron apoyo del Centro de Investigación de Recursos Acuáticos (CIRA) con su colección en el departamento de Beni, además del Museo de historia Natural Noel Kempf Mercado.
Además, tuvieron la aceptación de la gente donde realizaron sus intervenciones.
Investigadores tienen trabajo sin freno
Estos investigadores tienen trayectoria en la ciencia y siguen, además, otros proyectos.
Mabel Maldonado tiene más de 30 años en la ULRA, y se dedica a la ecología geográfica.
“Esto significa que he trabajado con varios grupos de organismos acuáticos pero principalmente con los peces”.
Remarcó que, junto al científico Fernando Carvajal, realizaron varios trabajos de investigación, abarcando desde la taxonomía (clasificación) de organismos acuáticos, en particular peces.
“Hemos trabajado en ecología de los ambientes acuáticos, particularmente en relación a las perturbaciones que hay sobre los ambientes acuáticos”.
En la actualidad, trabajan en el desarrollo de lo que son sistemas de bioindicación, que sirven para establecer el estado ecológico de los ambientes acuáticos.
Matías Careaga, por su lado, está especializado en cíclidos, serrasálmidos (pirañas) y hace doctorado en tricomicteridos, que es un grupo de bagres (peces gato).
El doctorado incluye la publicación de varios artículos.
“El doctorado es específicamente sobre un grupo de peces bagres pequeños alto andinos. Ahora, estoy en eso. Luego, hay mucho que hacer. La colección es muy grande (…). Lo que más nos falta es tiempo para poder seguir trabajando”.
ULRA tiene muestras desde la gestión 1994
La Unidad de Limnología y Recursos Acuáticos (ULRA) cuenta con una colección desde 1994.
El director de la ULRA, Edgar Goitia Arze, explicó que esta instancia se dedica a los estudios de los sistemas acuáticos.
La nueva especie descrita de piraña se encuentra ahora en una colección que se mantiene en la ULRA.
Las primeras colectas son de 1994. En la actualidad, hay alrededor de 25 mil lotes de peces.
“A partir de esta colección prendemos mantener una mayor descripción de nuevas especies, si es posible, para Bolivia y para el mundo entero”.
Agregó que se han escrito 59 artículos sobre peces a cargo de los investigadores, además de 15 capítulos en libros y un libro denominado “Los peces de Bolivia”, en colaboración con otras organizaciones.
«No somos muchos, pero somos importantes”, sostuvo Goitia, haciendo referencia a los investigadores en la búsqueda de nueva información sobre los recursos acuáticos.
El conocimiento y su relevancia para la Biología
El director académico de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Javier Caballero, destacó que la carrera de Biología y sus unidades de investigación tienen el trabajo de hacer ciencia; generan conocimiento científico de importancia y de relevancia.
“La carrera de Biología va generando investigación, conocimiento nuevo y, en este caso, conocimiento relevante para la manutención del medio ambiente”.
El vicerrector de Investigación de la UMSS, Daniel Guzmán Duchén, resaltó que esta investigación realza y posiciona la protección a la biodiversidad, que es importante para la vida en la Tierra.
Por su lado, el rector de la UMSS, Julio Medina, remarcó que este descubrimiento da parámetros para puntajes y un escalafón en la Universidad.
RECONOCIMIENTO El decano de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la UMSS, Marcelo Torrejón Rocabado, resaltó que los cuatro científicos fueron formados en San Simón. Gallo y Careaga son investigadores asociados. Maldonado es docente a dedicación exclusiva del Departamento de Biología. Carvajal es docente investigador del Departamento de Biología.
Torrejón expresó que este hallazgo no es el único logro que tienen, pero sí el más importante, en la actualidad.
En días recientes, se emitió una resolución en el Consejo Facultativo, y entregaron reconocimientos a los cuatro investigadores.
El ministro de Medio Ambiente y Agua, Alan Lisperguer Rosales, tambipen entregó reconocimientos en el mismo acto.
Fuente: Opinión