El Club Atlético Ramallo Lafuente (Carl A-Z) tendrá una misión complicada esta noche en la octava fecha de la Liga Boliviana de Básquetbol (Libobásquet): frenar a Nacional Potosí en su reducto y comenzar a sumar como visitante.
Fuente: https://lapatria.bo
El encuentro se jugará desde las 19:00 horas en el coliseo 10 de Noviembre de la Villa Imperial.
Uno de los escenarios emblemáticos de Potosí, sin duda, es el coliseo 10 de Noviembre, donde antes se disputaron la mayoría de los campeonatos nacionales antes de la construcción del coliseo «Ciudad de Potosí», donde ahora se llevan a cabo los eventos más relevantes. Esta noche, a partir de las 19:00 horas, los equipos de Nacional Potosí y Carl A-Z medirán fuerzas en una nueva jornada de la Libobásquet, correspondiente a la octava fecha de competencia.
El conjunto azul y amarillo sufrirá una baja importante, ya que recientemente se conoció la partida del argentino Diego Romero debido a asuntos familiares. Su salida de la institución ha generado una especial tristeza, pues él deseaba seguir destacando en el equipo orureño, pero la situación familiar le obliga a estar junto a ellos lo antes posible.
En consecuencia, el equipo dirigido por Marcelo Mendieta, solo contará con dos refuerzos extranjeros, Daniel Orresta e Irin Stark, quienes intentarán ser el motor del equipo mientras la dirigencia consigue un nuevo refuerzo para completar el cupo de jugadores no nacionales y evitar desequilibrios en el equipo.
Además, los jugadores son conscientes que están en alza y, después de obtener dos victorias importantes, deben seguir escalando posiciones para finalizar la primera rueda de la mejor manera posible.
La misión no será nada fácil, ya que tendrán enfrente al líder del campeonato y único invicto de la Libobásquet 2024, el equipo de Nacional Potosí. Este conjunto ha demostrado ser compacto, con muchas variantes en su estructura y con un destacado Adriano Barreras, quien es considerado el mejor jugador del torneo hasta el momento.
El equipo potosino acumula siete victorias consecutivas y ha sido prácticamente imparable en su reducto, algo que los orureños quieren detener en seco. Para lograrlo, pondrán todo su empeño.
