Se desborda la ocupación de calles en La Ramada y Los Pozos, y sepulta la millonaria inversión del ordenamiento

Hay calles cerradas complemente al tránsito, por el asentamiento de ambulantes. Los toldos ocupan ambos lados de la calzada. No se respetan ni las ciclovías.

En la calle Aroma los negocios invaden la ciclovía, pero en domingo es peor / R Montero
En la calle Aroma los negocios invaden la ciclovía, pero en domingo es peor / R Montero

Fuente: El Deber

 



 

Los asentamientos irregulares se desbordan en los mercados Los Pozos y La Ramada, donde prima el desorden por la ocupación de los espacios públicos y la falta de control.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Cumavi también sufre el desorden con ventas ambulantes /Fuad Landívar
Cumavi también sufre el desorden con ventas ambulantes / Foto: Fuad Landívar

 

Atrás quedó el ordenamiento, con el traslado de ambulantes, que costó alrededor de Bs 300 millones a la ciudad, ya que los comerciantes volvieron a adueñarse de las calles, aceras y hasta de las ciclovías.

En el mercado Los Pozos el desorden se observa desde el ingreso de la calle Aroma, por donde circulan los buses de transporte público, que tiene las aceras completamente copadas por vendedores de calzados y ropa usada.

Cada domingo el desorden se multiplica, convirtiéndose la calle Campero en prácticamente peatonal, al punto de que un vehículo logre circular es un verdadero reto, sorteando escollos, entre venteros ambulantes, drogodependientes y niños pequeños, cuyas madres comerciantes los dejan bajar a la calle, jugar, e incluso les extienden frazadas sobre el piso para que duerman.

El caos empeora en la calle 6 de Agosto, que está totalmente cerrada al tráfico vehicular debido a que los comerciantes tienen sus puestos sobre la calle. 

Muchos levantan estructuras improvisadas que mantienen de forma permanente y otros colocan su mercadería en toldos o hules sobre el piso.

En el sector denominado los ‘cachis’, que antes se centraba en la calle Campero, el descontrol se ha desbordado a las calles aledañas, como la 6 de Agosto y Antonio Vaca Díez. En la Campero la osadía de los vendedores los lleva a copar un carril de la calzada, lo que se extiende desde la calle Antonio Vaca Díez hasta la Suárez Arana.

Por donde deberían circular los vehículos, hay toldos y mesones, donde se vende desde artefactos electrónicos, ropa, zapatos y hasta comida. Cerca de la Suárez Arana, una parte de la calle sirve de estante para las tiendas que desdoblan sus puestos hasta la vía. Al otro lado, las ciclovías están invadidas por vendedores de verduras y de plantas  medicinales, dejando poco espacio para los vehículos que transitan por la zona.

Similar es el panorama en La Ramada, donde las calles, que en su momento fueron despejadas, nuevamente están tomadas por el comercio informal. 

Desde la calle Grigotá se observan los toldos en la calle Muchirí, que se extienden hacia la Amboró, donde hay puestos fijos y otros con ruedas que permiten ambular. En esta vía hay hasta dos hileras de puestos, donde por la temporada predomina la ropa de invierno. Más allá, en la calle Sutó, están los vendedores de verduras y frutas, que han copado ambos lados de la calzada.

La calle 6 de Agosto,  abarrotada de negocios, interrumpe la circulación vehicular
La calle 6 de Agosto, abarrotada de negocios, interrumpe la circulación vehicular / Foto: Ricardo Montero 

 

¿Cuánto le costó a la ciudad el ordenamiento de mercados?

El Gobierno Municipal invirtió alrededor de Bs. 300 millones para el ordenamiento de mercados, recursos que obtuvo a través de créditos. 

El plan inició con el traslado de los ambulantes de la rotonda del Plan Tres Mil al nuevo mercado que fue financiado por los propios comerciantes. La Alcaldía invirtió en nuevas infraestructuras para trasladar a los ambulantes de La Ramada, Los Pozos y El Abasto, logrando recuperar los espacios públicos que ahora nuevamente están copados.

El Gobierno Municipal constantemente hace operativos para despejar las vías; sin embargo, no son suficientes y los comerciantes se mantienen arbitrariamente en estos y otros lugares de la ciudad.