Cinco días después de la movilización militar en La Paz, el Gobierno insiste en que Zúñiga quería ser presidente

La denuncia de intento de golpe de Estado fue puesta en duda por sectores de oposición y leales al expresidente Evo Morales porque se trató de una operación atípica que no se asemeja a los golpes militares tradicionales.

El despliegue de fuerzas militares armadas y tanquetas fue ordenada por el entonces comandante del Ejército, Juan José Zúñiga. / Foto: ABI

 

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Juan Carlos Véliz / La Paz



Han transcurrido cinco días desde que ocurrió la movilización militar en plaza Murillo o intento de golpe de Estado, según la versión oficial. El Gobierno insiste en que el general Juan José Zúñiga pretendía deponer a Luis Arce y proclamarse presidente de facto, pero sus planes fallaron.

«Él quería ser el Presidente, él quería tumbar el Gobierno, lo dijo ese día, dijo que los militares querían recuperar la democracia y reconstruir el país. Era una clara afrenta, una declaración de un oficial que quería estar al frente del país», afirmó el presidente Luis Arce en una entrevista con la agencia EFE.

El excomandante del Ejército boliviano encabezó una movilización militar con tanquetas y tropas armadas el miércoles de la pasada semana que según dijo pretendía recuperar la democracia que habría sido distorsionada por los políticos tradicionales.

El Presidente considera que el jefe militar ahora encarcelado no actúo solo sino «alguien le habló al oído, le calentó la oreja» y le hizo creer que podía asumir el poder mediante la fuerza, “desbancando el Gobierno democráticamente elegido”.

Zúñiga, según las primeras investigaciones, realizó el operativo militar en coordinación con los comandantes de las otras fuerzas Juan Arnez, de la Armada y Marcelo Zegarra de la Fuerza Aérea, es decir los comandantes de las tres fuerzas militares que tiene el país se levantaron en armas.

El primero fue enviado ayer a la cárcel de Chonchocoro (La Paz) y posteriormente fue trasladado al penal de El Abra en Cochabamba para precautelar su seguridad, según Régimen Penitenciario.

La denuncia de intento de golpe de Estado fue puesta en duda por sectores de oposición y leales al expresidente Evo Morales porque se trató de una operación atípica que no se asemeja a los golpes militares tradicionales.

Por eso catalogaron lo ocurrido como «autogolpe».

La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, reclamó ayer que sea el bloque evista el que ponga en duda el golpe militar fallido cuando en 2019 habría sido víctima de un golpe que derivó en la renuncia de Evo Morales a la presidencia y su posterior asilo en México.

«La oposición que rechazaba lo que pasó en 2019 (golpe de Estado), es la que toma esa palabra (de autogolpe) para poner en cuestión el golpe militar fallido, y a ese carro se suma, justamente, gran parte de los voceros de Evo”, cuestionó.

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La semana pasada, Morales cuestionó que el «golpe» denunciado por Arce no dejó muertos. “Ahora no sé qué clase de golpe será pues, empieza el golpe y el ministro (de Gobierno, Eduardo del Castillo) feliz paseando por la plaza Murillo, tocando tanquetas; un golpe de Estado con cero heridos, cero disparos; cero muertos. Un golpe de Estado acá se hace con balines, debería investigarse, porque el pueblo es tan sabio para decir la verdad”, dijo entonces.

Entre la duda de si fue intento de golpe o autogolpe, las investigaciones de la Fiscalía en base a declaraciones de los detenidos indican de que el alto mando militar de Bolivia planificó la toma del poder, pero el plan naufragó debido a la falta de apoyo de todas las unidades militares.