Lluis Tó, otro jesuita pederasta de cuyas víctimas decían ‘son aymaras, se olvidan’

El cura pederasta (+) Lluis Tó llegó a Bolivia en 1992 con el respaldo de la Compañía de Jesús, luego de recibir condena por abuso sexual en España. Violó a niñas en El Alto y La Paz. Los jesuitas sabían de sus abusos.

Lluis Tó. Foto: RRSS POR ANDREA CONDORI

Fuente: La Razón

 



El cura pederasta (+) Lluis Tó llegó a Bolivia en 1992 arropado por la Compañía de Jesús, luego de que la Audiencia Nacional de Barcelona, España, lo sentenció a dos años de prisión por abusar a una niña de ocho años en el colegio San Ignacio en ese país.

 

El cura llegó a instancias del provincial de entonces, Marco Recolóns, ahora con detención domiciliaria por el delito de encubrimiento en el caso del cura pederasta Alfonso Pedrajas (+).

El 30 de abril de 2023 estalló el escándalo “Pica” Pedrajas tras la publicación de un reportaje del periódico español El País titulado ‘Diario de un pederasta’. Se trata de una revisión del documento, de 383 páginas, en el que el cura confesó que abusó sexualmente de al menos 85 menores de edad en su paso por América Latina.

Después de conocerse el reportaje, salieron a la luz más casos de curas pederastas en Bolivia. A raíz de ello, se produjo un documental español que aborda abusos sexuales propiciados por los Tó (+) y Francesc Peris en Bolivia.

En Piedra, Papel y Tinta, de La Razón, el exjesuita Pedro Lima reveló que después del anuncio del documental aparecieron más víctimas de Tó en España. “Fueron 25 años de impunidad, desde que Tó llegó a Bolivia, trabajó con niños hasta su muerte”.

Recordó que, entre 2018 y 2019, cuando estallan los casos de Ti y Luis Roma, la Compañía de Jesús en Bolivia justificó que el sacerdote Tó solo cometió delitos en Barcelona, España. Y, según los jesuitas, ya no iba a trabajar con niños en Bolivia.

“Quiero desmentir esa información abiertamente, en 2992, Luis Palomera, lo primero que hace es darle contacto con niños en la Parroquia Virgen Milagrosa de El Alto, donde abusó a niñas aymaras en las catequesis”, contó Lima.

Recordó que, cuando confrontó a Tó por el caso, éste le dijo que “ha debido caerse en el baño”. Y lo despidió deprisa del lugar.

Nunca más Lima pudo volver a la parroquia de la zona Pedro Domingo Murillo en El Alto.

Contó que le dijeron que estaba exagerando con las denuncias y que le pidieron olvidarse del tema. Lo peor, justificaron a Tó y revictimizaron a las niñas violadas: “Eran niñas aymaras, indígenas, pequeñas, ya se han debido olvidar (de la violación)”.

Lima develó que, en 1997, Tó abusó a menores y fue enviado a trabajar a la red de Fe y Alegría en Perú y volvió en 1998. Contó que Recolóns, entonces provincial de la Compañia de Jesús, le pidió elegir dónde trabajar en La Paz: en San Calixto o San Ignacio.

«En Següencoma (San Ignacio) hay niños hasta en la sopa por eso sería mejor que trabajes en San Calixto», recordó Lima de las frases de Recolóns ante Tó.

Sin embargo, Tó se resistió a ir a San Calixto porque ahí iba a trabajar con padres de familia y adultos, pero después aceptó, porque cerca de San Calixto había una institución donde había niños. “Ahí aceptaron a Lluis Tó con gusto”.

Lima lamentó que sus denuncias contra el sacerdote Tó le costaron su expulsión de la Compañía de Jesús. «Sabían en España y Bolivia que Lluis Tó abusaba también de niños en Bolivia».

Con indignación, el exjesuista anunció que el proceso se extenderá al sacerdote católico venezolano Arturo Sosa Abascal y al exprovincial Luis Palomera por encubrimiento de los abusos sexuales de Tó.

A las 20.00 del 11 de abril de 2017, Tó González murió a los 82 años, después de un estado de salud muy delicado que atravesó. Los años previos a su muerte, recibió “acompañamiento psiquiátrico y psicoterapéutico”, en España, Bolivia y Perú. Los tratamientos eran financiados por los jesuitas.