Desde el Hospital San Roque de Villazón respondieron que fue la madre de 23 años la que se negó a internar a la pequeña. Incluso legisladores argentinos se pronunciaron.
Milen Graciela Saavedra Rodriguez
Fuente: Red Uno
La denuncia de una joven madre argentina en el municipio de Villazón, en Potosí, Bolivia, generó polémica en ambos lados de la frontera.
Todo comenzó cuando Miguelina Tolaba, una madre argentina de 23 años, estaba con su hija de cuatro en Villazón, Potosí, donde vive el padre de la niña; cuando la pequeña se quemó con una olla de agua hirviendo y sufrió heridas de segundo grado en el mentón bajo, los brazos, el pecho y la rodilla.
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Tolaba dijo que en el Hospital San Roque de la localidad fronteriza, le negaron asistencia médica por «incumplimiento de requisitos». Sucedió el 15 de julio.
Al difundirse la estremecedora denuncia en redes sociales, surgió nuevamente la discusión sobre la reciprocidad en la atención médica en la frontera entre la Argentina y Bolivia. Esto generó incluso el pronunciamiento del legislador libertario Ramiro Marra.
«Si en Bolivia van a negarle la atención a una niña de cuatro años con el 80% del cuerpo quemado con la excusa de ‘no hay reciprocidad con los argentinos’, tendríamos que responder de la misma manera. Les aseguro que los que salen perdiendo son ellos», publicó Marra en su cuenta de X.
Si en Bolivia van a negarle la atención a una niña de 4 años con el 80% del cuerpo quemado con la excusa de «no hay reciprocidad con los argentinos», tendríamos que responder de la misma manera. Les aseguro que los que salen perdiendo son ellos. pic.twitter.com/seHDNGyXTt
— Ramiro Marra (@RAMIROMARRA) July 22, 2024
Sin embargo, la versión del hospital boliviano es totalmente diferente a la difundida por la madre y el legislador libertario.
El director del Hospital San Roque, Vico Ramírez, afirmó que a la pequeña se le hicieron curaciones primarias, pero que Miguelina, y no el Hospital, se negó a que siguiera internada allí, según reporta La Nación.
Entonces, le hicieron firmar un papel eximiendo de responsabilidad a la institución. Es más, en una conferencia de prensa, las autoridades del centro de salud mostraron la ficha de internación de la niña que, en su reverso, tiene la firma de Tolaba.
En el Hospital Jorge Uro, de La Quiaca, donde fue recibida luego la menor, corroboraron la versión de las curaciones primarias con vaselina y penicilina en San Roque.
«Ni siquiera se les pidió documentación. No se les preguntó si eran argentinas o bolivianas, sólo se le dio la atención que correspondía”, aseguró Ramírez al citado medio.
El caso de la niña lo tomó el doctor Santiago Pérez, que luego consultó con el cirujano Alberto Bulaños, quien, a las 19:45, recomendó que la niña fuera internada por la gravedad de las heridas.
«A las 20 realizamos el cambio de turno y entró la doctora Luz De Silva, que dice que continúen con la internación. Pero la madre se niega. Dice que es argentina y que se la va a llevar a La Quiaca. Eso es lo que ocurrió», expresó Ramírez. «Por eso le hacemos firmar una nota donde la madre rechaza la internación, algo que hacemos también con cualquiera que rechace una internación en el hospital», añadió.
“La Sra. Miguelina Tolaba de 23 años de edad, madre de la menor, rechaza internación pese al cuadro delicado de la pequeña, refiere que tenía nacionalidad argentina y que la trasladará a la ciudad de La Quiaca, Argentina, por lo que se deslinda de responsabilidad al personal médico y paramédico de este nosocomio”, se lee en el reverso de la ficha de internación, donde también se ve la firma de la madre.
Pero en La Quiaca, la mamá les dijo a los médicos del Hospital Jorge Uro que San Roque les negó la internación por “no cumplir los requisitos”. Por eso se dirigió al hospital de La Quiaca, donde la niña fue ingresada al día siguiente a las 12:30 de la madrugada. Luego, fue derivada al Hospital Materno Infantil de San Salvador de Jujuy a las 3 de la mañana por la gravedad de las quemaduras, donde ahora la niña sigue internada, se encuentra estable y es tratada por un equipo interdisciplinario. Su recuperación podría tardar alrededor de dos meses.
Aunque la madre no especificó cuáles eran esos «requisitos», desde Argentina sospechan que puede tratarse de una cuestión de dinero y que intentaron cobrarle la internación.