Desde bajar el déficit hasta sincerar el tipo cambio, son las 12 medidas propuestas por el IBCE, para evitar una severa crisis 

Sobre el comercio exterior, indicó que es el sector más golpeado de la economía, tomando en cuenta los datos comparativos entre 2023 y 2024, que preocupan de sobremanera porque el déficit comercial superó los 400 millones de dólares.

El presidente del IBCE, Alan Camhi, en una anterior conferencia de prensa. / Foto: Prensa IBCE

 

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Lidia Mamani / La Paz



Desde bajar el déficit fiscal, encarar l eficiencia en la inversión pública, bajar el déficit en cuenta corriente, sincerar el tipo de cambio, son algunas de las 12 medidas que propone el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), con el fin de evitar un severa crisis económica en el país.

“Habiendo llegado Bolivia a la actual situación, afectando a la ciudadanía en general y al sector empresarial en particular, es necesario estar conscientes del cómo y por qué del suceso, para encarar con realismo el retorno a la normalidad, proponiendo como parte de la solución 12 medidas”, señaló el presidente del IBCE, Alan Camhi. 

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En el caso del déficit fiscal, señala que el mismo se lo puede hacer con el ajuste del gasto público e ingresando a un régimen de disciplina fiscal; sobre sincerar el tipo de cambio, ya que en la práctica, la moneda boliviana se ha devaluado; encarar la eficiencia en la inversión pública, evaluando la rentabilidad de las empresas estatales; bajar el déficit en cuenta corriente, exportar, sustituir competitivamente importaciones y  atraer capitales.

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Transición energética, para el cual se debe aprobar una nueva ley de hidrocarburos y dar incentivo a la producción de biodiésel por privados; liberar la importación de combustibles para su libre venta, eliminando todo tributo a la internación; disminuir la presión tributaria, a fin de fomentar la formalización y ampliar la base de contribuyentes; limitar el endeudamiento público interno y recurrir al financiamiento de organismos internacionales.

Además de, eliminar toda restricción a la exportación, libertad total para sacar los excedentes al exterior; mejorar la productividad y competitividad, pleno uso de la biotecnología, mejora del transporte/logística; subir la producción nacional, ayudando a que invierta el privado y no el Estado a costa de más deuda; precautelar la solidez del sistema financiero, aumentando la liquidez y coadyuvando a la baja de la mora.

“En 2023, al dar el Informe de fin de gestión, desde el (IBCE) advertimos que era urgente tomar decisiones valientes en función del difícil 2024 que se avizoraba. Dijimos, además, que la hora del sinceramiento había llegado. La preocupación de entonces es hoy una realidad a la luz de los datos oficiales que muestran a una Bolivia que crece cada vez menos, sube la inflación, la desocupación baja pero no el desempleo, sufrimos un déficit fiscal por más de 10 años seguidos, la deuda pública interna y externa sigue creciendo, las Reservas Internacionales Netas están en un nivel históricamente bajo, el abastecimiento de combustibles no es normal y la escasez del dólar lo ha complicado absolutamente todo”, consideró Camhi.

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Sobre la falta de la divisa norteamericana, señaló que el aumento de su cotización provoca una subida del costo de importación, una escalada de precios de productos extranjeros y la caída de su oferta en el mercado, impactando negativamente en los agentes económicos que dependen de las materias primas, insumos, equipos, repuestos y otros que importan, afectando a la producción, el comercio y los servicios.

Sobre el comercio exterior, señaló que es el sector más golpeado de la economía, tomando en cuenta que datos a mayo, comparados con igual lapso del 2023, preocupan de sobremanera, ya que el déficit comercial superó los 400 millones de dólares y las exportaciones cayeron en 1.118 millones de dólares, previéndose que la soya y derivados descienda más de 600 millones de dólares hasta fin de año. En el caso de las importaciones también han bajado.

Según el IBCE, para no tener un país con una severa crisis y convulsionado, urge asumir medidas valientes e inteligentes, con políticas de corto plazo para normalizar el funcionamiento de la economía, y políticas de carácter estructural para ajustar las cuentas fiscales y el funcionamiento del Estado.