El Mandatario logró salir ileso, en términos políticos, de conflictos anteriores como el paro de 36 días por el censo nacional de población y vivienda en Santa Cruz o protestas sectoriales como mineros, transportistas y gremiales.
eju.tv
Juan Carlos Véliz / La Paz
El presidente Luis Arce afronta la etapa más compleja de su mandato desde el 8 de noviembre de 2020 cuando fue posesionado en el cargo después de ganar las elecciones con 55% de respaldo ciudadano en una abierta pelea con el jefe de su partido, el expresidente Evo Morales (2006-2019), quien promovió su candidatura y que ahora es uno de sus principales opositores.
“Tengo la responsabilidad histórica de denunciar al país y al mundo de lo que puede producirse en los días venideros en Bolivia por responsabilidad tuya (Evo Morales). Inicia en los próximos días una marcha para pasar luego a bloqueo de nacional de caminos, que terminará en un intento de golpe de Estado a un Gobierno popular, es algo a lo que deberás dar cuenta a nuestro pueblo tarde o temprano” sentenció Arce anoche en un mensaje dirigido exclusivamente al exmandatario.
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Arce denunció que, desde 2020, Morales está dedicado a preparar su candidatura para las elecciones de 2025 y sabotear a su gobierno para que le vaya mal al extremo de bloquear créditos externos en la Asamblea para aparecer como un “salvador” de Bolivia para “permanecer en el poder otros 14 años o más”.
Ambos líderes están distanciados desde 2021 y las diferencias fueron aumentando de tono, al extremo de que anoche el Presidente entregó un mensaje grabado al líder de su partido. El MAS, el mismo partido que llevó a Evo Morales a la presidencia en 2005, también afronta una fractura interna por el control del partido entre evistas y arcistas.
Los dos bloques pugnan por el control de la sigla mediante congresos de renovación de directivas, pero ninguno ha logrado el reconocimiento del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Luis Arce afrontó movilizaciones regionales como la demanda del censo nacional de población y vivienda con un paro de 36 días en Santa Cruz en 2022, enfrentó movilizaciones de sectores mineros en 2023 y también bloqueos y movilizaciones de transportistas y gremiales por la escasez de dólares y carburantes este año, pero logró salir ileso de todas las protestas.
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Sin embargo, ahora enfrenta una de las etapas más complejas de su gobierno. Sus otrora aliados como el expresidente Morales encabezará desde mañana una marcha de siete días desde Caracollo (Oruro) hasta la ciudad de La Paz para que se reconozca el congreso de la fracción evista que lo proclamó como candidato único del partido para las elecciones generales de 2025.
Si su demanda no es atendida iniciará un bloqueo nacional de caminos desde el mes de octubre, según anunció.
Para hoy, los campesinos conocidos como “ponchos rojos” anunciaron el inicio de bloqueos de caminos en el departamento de La Paz como medida de presión para forzar la renuncia del presidente Arce y del vicepresidente David Choquehuanca, y el adelantamiento de las elecciones generales como solución a la crisis económica que golpea a Bolivia.