Qué se sabe de la empresa fantasma con sede en Bulgaria que está detrás de la compra de los beepers explosivos de Hezbollah

Las autoridades del país están investigando la participación de Norta Global en el suministro al grupo terrorista de los equipos que detonaron el pasado martes en una operación atribuida a Israel.

 

El modelo del “beeper” que señalan como el que causó las múltiples explosiones en el Líbano



El modelo del “beeper” que señalan como el que causó las múltiples explosiones en el Líbano

 

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(Con información de EFE)

Fuente: infobae.com

La empresa Norta Global Ltd., supuestamente vinculada a la venta al grupo terrorista libanés Hezbollah de los buscapersonas explosivos, es una sociedad unipersonal fundada en 2022 por un ciudadano noruego cuya dirección postal en Sofía es la misma que la de otras 196 entidades, según publican este jueves medios locales.

La Agencia Tributaria y el Ministerio del Interior de Bulgaria están investigando la participación de esa empresa en el suministro a Hezbollah de los equipos que explotaron el pasado martes, matando a 12 personas e hiriendo a casi 3.000 en el Líbano y Siria, en una operación que diferentes fuentes atribuyen a Israel.

El momento en que estalló uno de los sistemas de mensajería de Hezbollah

La compañía fue fundada en 2022 por su único empleado, el ciudadano noruego Rinson Jose, y se dedica oficialmente a la gestión de proyectos tecnológicos.

La dirección postal corresponde a un edifico en el centro de Sofía donde tiene su sede una compañía propiedad de dos abogados.

Beeper sospechoso de causar las explosiones en el Líbano

Uno de ellos, Atanas Atanasov, aseguró hoy a los medios que le esperaban ante la oficina que Rinson Jose es su cliente, pero se negó a dar más detalles.

Bird.bg, un portal búlgaro de periodismo de investigación, asegura que tras su creación en 2022 rápidamente ingresó unos 650.000 euros con servicios de consultoría, un dinero que esa fuente asegura se usó para comprar los buscapersonas que se enviaron luego a Hezbollah, cuyo brazo armado es considerado terrorista por la Unión Europea.

El rotativo 24 chasa informa, citando fuentes de los servicios de seguridad, que los investigadores ya han establecido que, desde su creación, la compañía ha realizado transacciones por valor de 1,6 millones de euros, y que su dirección en Sofía es meramente administrativa y los buscapersonas nunca pasaron físicamente por Bulgaria.

DANS, la oficina búlgara de contraespionaje, ya había asegurado previamente que “no se han realizado operaciones aduaneras con las mercancías en cuestión”.

La compañía de Taiwán Gold Apollo, que distribuye esos equipos, aseguró que los modelos que explotaron fueron diseñados y fabricados con licencia por BAC, una empresa húngara.

La casa en la que tiene su sede una compañía húngara que supuestamente fabricó bípers que explotaron en Líbano y Siria. (AP Foto/Denes Erdos)

La casa en la que tiene su sede una compañía húngara que supuestamente fabricó bípers que explotaron en Líbano y Siria. (AP Foto/Denes Erdos)

El Gobierno húngaro afirmó ayer que esa firma actúa sólo como intermediaria comercial y no posee centros de producción en Hungría, por lo que los aparatos nunca estuvieron en el país.

El portal informativo húngaro Telex cita hoy a “fuentes implicadas en el caso” para afirmar que aunque la empresa húngara firmó un contrato con la taiwanesa, fue en verdad Norta Global Ltd. la que estaba detrás del trato, y la que importó y vendió los aparatos a Hezbollah.

Las empresas de Japón y Taiwán que fabricaron los walkie talkie y beepers

El director del fabricante japonés de walkie-talkie Icom Inc., Yoshiki Enomoto, muestra su aparato de radio modelo IC-V82 y su batería (L) en la sede central de la empresa en Osaka, (EFE/EPA/FRANCK ROBICHON)

El director del fabricante japonés de walkie-talkie Icom Inc., Yoshiki Enomoto, muestra su aparato de radio modelo IC-V82 y su batería (L) en la sede central de la empresa en Osaka, (EFE/EPA/FRANCK ROBICHON)

La taiwanesa Gold Apollo y la compañía japonesa Icom, ambas poco conocidas incluso en sus países y especializadas en sectores de tecnologías de décadas pasadas, también están en el centro de las investigaciones para determinar el origen de los walkie talkies y los buscapersonas con sus logos utilizados en la ola de explosiones en el Líbano contra Hezbollah.

La empresa nipona Icom anunció este jueves que estaba investigando si sus walkie-talkies fueron empleados en las explosiones en el Líbano, a raíz de las fotografías publicadas por medios que mostraban aparatos dañados supuestamente en esos ataques con su logo y el sello ‘Made in Japan’ (‘hecho en Japón’).

Aunque no pudo determinar si se trataba en efecto de sus modelos, la firma apuntó a las posibilidades de que los dispositivos en cuestión fueran falsificaciones o aparatos originales que se dejaron de distribuir hace una década a los que se añadieron baterías modificadas.

Los aparatos de Icom que aparecen en las citadas imágenes son walkie-talkies modelo IC-V82, de los que se fabricaron unas 160.000 unidades entre 2005 y 2014 exclusivamente en Japón y se vendieron en todo el mundo, incluyendo Oriente Medio, según la firma nipona.

Un ICOM IC-V82 en una tienda de Manila, en Filipinas (REUTERS/Eloisa Lopez)

Un ICOM IC-V82 en una tienda de Manila, en Filipinas (REUTERS/Eloisa Lopez)

Su director, Yoshiki Enomoto, un empresario tan poco conocido como su compañía, fundada en 1954 y especializada en equipos de comunicación radiofónica, explicó que algunas de las imágenes que circulan de los aparatos estallados muestran lo que podrían ser baterías no homologadas y modificadas para explotar y que “no es posible determinar” los canales de distribución de sus productos.

Tras afirmar que están “investigando los hechos”, Icom se comprometió a publicar “información actualizada en cuanto la tengamos disponible”, según señaló en un comunicado.

El Ejecutivo nipón, asimismo, “se encuentra recopilando detalles sobre el asunto”, según dijo hoy en rueda de prensa el portavoz del Gobierno, Yoshimasa Hayashi.

Fundada en octubre de 1995, especializada en la fabricación de buscas, transmisores y dispositivos de control de telemetría y con sede en la ciudad norteña de Nuevo Taipéi, la taiwanesa Gold Apollo salió a la palestra después de que su logo apareciera en varios de los buscas que estallaron el martes por la tarde en el Líbano.

Así quedó uno de los localizadores de Hezbollah que estalló en El Libano, con el logo de Gold Apollo

Así quedó uno de los localizadores de Hezbollah que estalló en El Libano, con el logo de Gold Apollo

La versión oficial de la compañía, con 40 trabajadores y presidida por Hsu Ching-kuang, apenas conocido en la isla hasta ahora, es que la responsable de producir los equipos (modelo AR-924) que habrían estado involucrados en la explosión es una firma en Budapest, BAC Consulting, la cual contaría con la licencia necesaria para utilizar su marca y fabricar estos dispositivos.

Sin embargo, la compañía húngara ha negado cualquier tipo de participación en el diseño o fabricación de los buscapersonas y el foco se trasladó este jueves a Norta Global.

Buscapersonas expuestos en una sala de reuniones del edificio de la empresa Gold Apollo en la ciudad de Nuevo Taipei, Taiwán (REUTERS/Ann Wang)

Buscapersonas expuestos en una sala de reuniones del edificio de la empresa Gold Apollo en la ciudad de Nuevo Taipei, Taiwán (REUTERS/Ann Wang)

Por su parte, el Gobierno taiwanés afirmó que no existen registros de exportaciones directas de buscas al Líbano por parte de Gold Apollo -que aún fabrica el modelo AR-924, según su web- y cuyas baterías aseguran que carecen de potencia suficiente para causar explosiones, mientras expertos no descartan que se colocara una trampa explosiva en los aparatos en algún punto de la cadena de suministro.

En cualquier caso, la Fiscalía del Distrito de Shilin (norte de Taipéi) convocó este jueves al presidente de Gold Apollo y a otros responsables de la empresa, a los que interrogó durante horas sobre el proceso de fabricación de los buscapersonas para esclarecer si existe un delito.

El Ministerio de Defensa aseguró que Taiwán no intercambia información de inteligencia con Israel y afirmó que no “hará conjeturas” sobre quién fabricó los explosivos o cómo fueron utilizados, ciñéndose a la versión de Gold Apollo.