El líder de UN califica las obras como gastos corruptos del MAS porque no tienen ningún beneficio para la población ni para el Estado
Frontis del aeropuerto de Copacabana. Foto: ABI
Boris Bueno Camacho / La Paz
El empresario y líder de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina cuestionó este lunes la construcción de aeropuertos en ciudades intermedias sin ningún tipo de planificación sobre la demanda ni el mercado potencial que habría justificado su edificación y que, en la actualidad, son presas del abandono debido a que no existen ni vuelos de líneas comerciales, ni gente que pida el servicio, aspecto que demuestra un gasto insulso que provocó un daño al Estado.
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Una información del periódico cruceño El Deber da cuenta de dos terminales aéreas que están abandonadas; una de ellas, está enclavada en el municipio de Copacabana, uno de los sitios más turísticos del país, pero cuyo aeropuerto llamado Tito Yupanqui nunca recibió un solo vuelo comercial, debido a que ninguna de las empresas de aeronavegación, incluida la estatal Boliviana de Aviación (BoA), se animó a iniciar operaciones aéreas; actualmente es subutilizada porque solamente despegan vuelos turísticos en helicóptero.
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Lo propio sucede con la región de Apolo, en el norte de La Paz, el aeródromo de ese municipio depende de la Gobernación del departamento, pero ya no existe flujo de pasajeros desde que desapareció el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) y solamente reactivó este año el servicio de vuelos solidarios de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), que se debió a las intensas lluvias que prácticamente aislaron a esa región del resto del país.
“Como parte del gran despilfarro, se construyeron aeropuertos en ciudades intermedias sin ninguna planificación de vuelos. Hoy están abandonados. ¿Quiénes ganaron con eso? Morales ganó votos; sus ministros, coimas y los contratistas masistas, millones. Hoy todos sufrimos las consecuencias de estos gastos corruptos. Soluciones en 2025”, escribió Samuel Doria medina en su cuenta de la red social X.
El aeropuerto de Chimoré en Cochabamba. Foto: RRSS
El aeropuerto de Copacabana tuvo un costo de más de 45 millones de bolivianos y el de Apolo, poco más de 44 millones de bolivianos, ambos fueron entregados en 2018 y hasta la fecha, seis años después, no tienen servicios regulares de vuelos comerciales, aun cuando la determinación tomada para su construcción fue por el potencial turístico y económico que representaban para el país. A ellos se suma la terminal aérea de Ixiamas que tampoco opera y que costó al Estado también unos 44 millones de bolivianos.
Lo propio sucede en otras regiones del país como en Chuquisaca, donde el aeropuerto de Monteagudo tampoco funciona, pese a que se invirtió más de 50 millones de bolivianos, o el de Chimoré, en la región del Chapare Cochabambino que fue entregado en 2015 y cuyo costo ascendió a 241 millones y medio de bolivianos y que tampoco está operable de manera comercial. Por ello se los denomina elefantes blancos, porque son obras de infraestructura financiados con recursos públicos que nunca cumplieron su objetivo.
