La defensa del exjefe antidrogas indicó que «alguien entró» a la pieza del recinto penitenciario antes que los familiares del extraditado.
eju.tv / Video: Fides
El abogado Manolo Rojas, quien representa en Bolivia al exjefe antidrogas Maximiliano Dávila, aseguró este lunes que la celda que su cliente ocupaba en San Pedro prácticamente fue destrozada porque desde el Gobierno «buscaban algo».
«El viernes de la anterior semana nos constituimos con los familiares al penal de San Pedro a recoger sus cosas personales, sin embargo, no nos han dejado tomar ninguna fotografía y sería importante que los medios puedan acceder a esta información: prácticamente picotearon las paredes, parecía que la hubieran bombardeado, algo buscaban los del Gobierno«, declaró Rojas en entrevista con Fides.
El exjefe antinarcóticos del último año de gobierno de Evo Morales fue extraditado el jueves 12 de diciembre a Estados Unidos, donde la Justicia en el estado de Nueva York lo acusa de tráfico de armas y de drogas. Durante su encierro en el país, Dávila estuvo recluido en el penal de San Pedro, en La Paz, en una zona aislada del resto de la población.
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«Destrozaron el lugar, que era un lugar de 3×2 de dimensiones; la paredes, el techo, los laterales, el pequeño baño que tenía, todo estaba picoteado, entonces alguien entró antes que los familiares y la defensa a sacar o buscar algo«, insistió el jurista.
Rojas aseguró que el tema ahora tiene tintes «políticos» y que hay mucha gente «nerviosa» por la supuesta carta que Dávila dejó antes de partir del país.
«Por supuesto es un tema más político porque seguro hay mucha gente nerviosa, porque al final la carta ellos la pueden tener, pero Maximiliano Dávila no está muerto, también puede hablar y seguro se acuerda de lo que decía esa carta», declaró el abogado.
El viernes 13, Dávila compareció por primera vez ante la Justicia estadounidense, en audiencia presidida por la jueza Robyn F. Tarnofsky, caso asignado a la jueza Denise L. Cote del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, según un boletín de la Oficina del Fiscal para el Distrito Sur de Nueva York.
Dávila —alias «Macho»— enfrenta cargos por conspirar para enviar cocaína a Estados Unidos y por usar ametralladoras en el contexto del tráfico de drogas. Según el fiscal Damian Williams, el exjefe antidrogas abusó de su posición para proteger y transportar cargamentos de cocaína en lugar de combatir el narcotráfico, e incluso se lo acusa de utilizar a policías bolivianos para facilitar sus operaciones ilícitas.
