Los bagayeros son trabajadores informales que cruzan mercaderías desde Bolivia hacia Argentina y representan una pieza clave en la economía de las comunidades fronterizas.
La frontera norte de Salta se convirtió nuevamente en el epicentro de tensiones, esta vez debido a un enfrentamiento entre la Gendarmería Nacional y un grupo de bagayeros que derivó en un saldo trágico: un muerto, cuatro heridos y el decomiso de 51 kilos de cocaína escondidos entre mercaderías. Este operativo, enmarcado en el Plan Güemes, genera un debate sobre el delicado equilibrio entre la lucha contra el narcotráfico y las problemáticas sociales de la región.
El procedimiento tuvo lugar en el Puesto 28 de Gendarmería durante las primeras horas de la madrugada del miércoles. La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, compartió los detalles del operativo a través de su cuenta en la red social X (ex Twitter). “Estamos trazando una línea muy clara en nuestras fronteras. A los trabajadores que viven de pasar mercadería, les damos un camino ordenado. Pero a los narcos, ni un centímetro”, aseguró la funcionaria, reafirmando la postura firme del Gobierno en materia de seguridad.
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En el operativo se incautaron 22 bultos de mercadería y se detuvo a varios involucrados en el contrabando, pero el desenlace también provocó la ira de un grupo de bagayeros, quienes intentaron tomar el puesto de Gendarmería en protesta por la muerte de su compañero. Los pasadores acusan a las fuerzas de seguridad de actuar con violencia, mientras que el Gobierno sostiene que la medida fue necesaria para combatir el narcotráfico en la región.
“No vamos a permitir que quieran vender gato por liebre. Hay reglas claras: productos permitidos sí, droga no”, afirmó Bullrich en sus declaraciones, subrayando que los responsables del intento de contrabando serán procesados con todo el peso de la ley. La ministra también señaló que las rutas ilegales utilizadas para el narcotráfico no pueden seguir siendo vistas como una opción para el transporte de bienes.
Un dilema social en la frontera
Los bagayeros, trabajadores informales que cruzan mercaderías desde Bolivia hacia Argentina, representan una pieza clave en la economía de las comunidades fronterizas. Para muchos, esta actividad es su único sustento económico, pero también está ligada a las mismas rutas que el narcotráfico utiliza para ingresar drogas al país.
“Entendemos las necesidades de las comunidades locales, pero también debemos garantizar que estas actividades no sean aprovechadas por los narcos para sus operaciones ilegales”, indicó Bullrich en otro tramo de su mensaje. Además, la funcionaria llamó a un trabajo conjunto con las autoridades provinciales para implementar alternativas que permitan ordenar el tráfico de mercaderías y proteger a quienes dependen de él para vivir.
Una región bajo presión
Salta, por su ubicación estratégica, es una de las principales puertas de entrada para el contrabando y el narcotráfico. Los operativos de seguridad en la provincia se intensificaron con el arribo de fuerzas federales en el último mes donde se lanzó el Plan Güemes , pero los conflictos sociales también fueron en aumento. La muerte de un bagayero durante este operativo evidenció las profundas tensiones entre las fuerzas de seguridad y las comunidades locales que se dedican a pasar mercadería para sobrevivir en la difícil situación económica.
“Nuestro compromiso es con la seguridad de todos los argentinos, pero también con la justicia. No podemos permitir que el narcotráfico destruya la paz de nuestras comunidades”, enfatizó Bullrich. Sin embargo, los líderes sociales de la región advierten que estas medidas, si no están acompañadas de soluciones integrales, podrían generar mayores conflictos y profundizar la precariedad de las familias que dependen del comercio informal.
El desafío de un enfoque integral
El operativo del Puesto 28 y sus consecuencias subrayan la necesidad de un abordaje que no solo refuerce los controles fronterizos, sino que también considere las problemáticas económicas y sociales de la región. La criminalización de los bagayeros, que en su mayoría no tienen vínculos con el narcotráfico, podría aumentar las tensiones. Los trabajadores de frontera también podrían ser utilizados por los narcotraficantes como pantalla para ellos pasar la droga.
Bullrich concluyó sus declaraciones con un llamado a la reflexión: “Debemos trabajar juntos para garantizar fronteras seguras y también oportunidades para todos”. El desafío, sin duda, es enorme.