“Es un año crucial en un país en crisis, donde las decisiones que se tomen marcarán el rumbo de Bolivia en su bicentenario y más allá”, afirmó el analista Vladimir Peña.
Una ciudadana emite su voto en las elecciones judiciales del 15 de diciembre. Imagen: OEA
El abogado y analista político Vladimir Peña analizó la compleja situación política y social que el país enfrenta de cara a las elecciones generales de 2025.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
En entrevista con La Razón Radio, calificó al 2024 como “el año de la crisis”, y resaltó la grave situación económica, el deterioro ambiental, el caos institucional y la profunda división interna en el Movimiento al Socialismo (MAS).
Peña señaló que la crisis económica ha afectado profundamente a todos los sectores del país, y evidenció la falta de respuesta del Gobierno nacional. A esto se suma la crisis medioambiental, con más de 10 millones de hectáreas quemadas, y una crisis institucional que dejó al Parlamento neutralizado por la influencia del Tribunal Constitucional y la inacción del vicepresidente David Choquehuanca.
“Hoy tenemos un Parlamento reducido a un apéndice del Ejecutivo, sin capacidad de fiscalizar ni legislar”, añadió.
De cara al 2025, Peña destacó que las elecciones coinciden con el bicentenario del país y el ocaso del proceso de cambio del Movimiento Al Socialismo (MAS). Según el analista, el MAS se encuentra dividido entre el arcismo y el evismo, lo que podría abrir espacio a nuevas vertientes dentro de la izquierda popular, como los disidentes encabezados por figuras como Eva Copa y Andrónico Rodríguez.
Peña sugirió que, aunque Evo Morales sigue siendo una referencia para este sector, tanto él como el presidente Luis Arce enfrentan serias dificultades para ser candidatos viables debido a la pérdida de apoyo popular y problemas legales.
En el ámbito opositor, destacó dos bloques principales: los tradicionales, liderados por figuras como Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y Samuel Doria Medina, quienes buscan consolidar una propuesta de unidad; y la derecha emergente, influenciada por líderes internacionales como Javier Milei.
Sin embargo, el analista consideró que la extrema derecha en Bolivia aún está sembrando para el futuro más que compitiendo con posibilidades reales.
Un tercer actor que destacó es Manfred Reyes Villa, quien representa un espacio de centro y ha tomado distancia tanto del MAS como de la oposición tradicional. Según Peña, Reyes Villa podría capitalizar el voto de ciudadanos desencantados con ambos extremos del espectro político.
Peña concluyó con la advertencia de que el 2025 será un año singular en la historia política del país. Con un panorama político fragmentado, un Gobierno debilitado y una ciudadanía afectada por las crisis acumuladas, las elecciones representarán un desafío tanto para los candidatos como para los votantes.
Lea: Análisis: La implosión del MAS, la polarización y la crisis institucional marcaron este 2024