Enamórate del problema, no de la solución


Hace poco leí el libro, “Enamórate del problema, no de la solución” de Uri Levine, quien además de ser un gran escritor, es cofundador de la exitosa aplicación de tráfico, Waze. Me pareció un libro muy interesante y aprovecho este espacio para compartirles algunos aprendizajes.

Es muy fácil emocionarse con una idea o una tecnología, creyendo que por sí sola abrirá puertas al éxito. Sin embargo, si esa idea no está conectada a un problema real y relevante, solo se convierte en una ilusión.



El punto de partida que propone Levine es una pregunta simple: ¿Cuál es el problema que estoy resolviendo? No se trata solo de identificar una molestia superficial, sino de profundizar en las pequeñas cosas hasta entender cómo ese problema afecta a las personas o a las empresas en su día a día. Por ejemplo, podrías descubrir que tu cliente no necesita una solución más rápida, sino una más sencilla. Esto cambia completamente el enfoque de cómo abordar la situación.

Analizando los inicios de Amazon, podemos encontrar un ejemplo poderoso de cómo enfocarse en los problemas clave de los usuarios. En una de sus charlas de planificación estratégica, Jeff Bezos comentó a su equipo: “Es muy difícil imaginar que, dentro de 10 años, los usuarios quieran precios más altos, entregas más lentas y un stock menos diversificado”. Desde un principio, Bezos identificó no solo los problemas más relevantes de sus usuarios, sino también las constantes: aspectos que no cambian en el tiempo y que siempre serán importantes. Al enfocarse en estos puntos, logró construir una empresa que responde siempre de manera efectiva a las necesidades esenciales de sus clientes.

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Otro punto clave que Levine menciona es la importancia de estar dispuesto a cambiar el enfoque cuando se descubren nuevos detalles. Esto implica escuchar, observar y ajustar constantemente. Por ejemplo, una emprendedora podría empezar vendiendo productos ecológicos, pero al hablar con sus clientes, se daría cuenta de que el verdadero problema no es la falta de opciones ecológicas, sino el costo elevado de este tipo de productos. Esto la llevaría a cambiar por completo su estrategia.

El fracaso también juega un papel central en este proceso. Perder clientes, cometer errores o recibir críticas no son derrotas, sino oportunidades para aprender. Muchas empresas exitosas de hoy empezaron ofreciendo un producto y después de varios intentos fallidos, prueba y error, descubrieron un nicho completamente diferente. Un gran ejemplo es YouTube, que comenzó como una plataforma de citas donde las personas podían subir videos para presentarse a posibles parejas. Al poco tiempo, los fundadores se dieron cuenta de que la mayoría de los usuarios simplemente querían compartir videos de cualquier tipo. Ajustaron su enfoque y se convirtieron en la gran plataforma de video que conocemos hoy en día.

Finalmente, Levine resalta que las mejores soluciones nacen de la empatía. No se trata solo de tener la tecnología más avanzada, sino de conectar con las emociones y necesidades de las personas. Enamorarse del problema significa ir más allá de lo obvio, escuchar más, aprender de los errores y comprometerse con la mejora continua. Esa es la clave para construir algo que realmente transforme vidas y marque una diferencia duradera. El secreto para vender más es simple: transformar problemas en oportunidades.

Roberto Ortiz Ortiz

MBA con experiencia corporativa en banca y telecomunicaciones


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