El Frente Para la Victoria cedió la sigla a Evo Morales, aunque entienden que será reemplazado en el momento adecuado; mientras, la oposición recrudece su pulso ante la mirada atónita de sus potenciales votantes.
Miguel V. de Torres
Semana de pasito adelante: Evo Morales ya tiene sigla para concurrir a las elecciones que tiene vetadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), por instrucción del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), aunque al parecer es lo de menos. El MAS de Evo, que ahora es el Frente Para la Victoria (FPV), de un origen más cristiano que su homónimo de la Argentina, tiene previsto llevar el desafío hasta el final y, entonces, reemplazar. Y ese es el punto.
Las encuestas no dan claridad porque su pregunta es direccionada, pero en general el arco del centro izquierda continuista que representa el Movimiento Al Socialismo (MAS) sigue ganando terreno. Literalmente no crece, sino que recupera, y en eso tiene gran parte de la culpa la “diversa oposición” que está lejos de una articulación real.
Ha dicho el analista caro del MAS evista que todo está bien, que quedan 176 días hasta las elecciones y que de momento, con demostrar que siguen ahí, es suficiente. Y que mostrar a Evo está bien.
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El experimento con Luis Arce no ha salido bien, aunque seguramente no es tan grande el porcentaje de responsabilidad que se le pueda cargar. Vladimir Putin inició una guerra en la otra punta del mundo con Ucrania y los precios de los granos y del petróleo se dispararon. Arce exonerado. En paralelo se agotaron los pozos y se acabaron los contratos de exportación de gas, pero ese negocio se mueve en otros ciclos como para culpar al recién llegado. Arce también exonerado. Pero luego tiramos horas en el surtidor y eso ya es otro asunto.
El arcismo está obligado a llegar hasta el final, pero aún no tiene ni binomio. Luis Arce es proclamado en los actos concertados por todo el país sin que de su boca salga un exabrupto optimista ni de otro calibre. “Si no estamos tan mal”, que diría aquel, toca dar un paso adelante.
Choquehuanca también se ha tirado en marcha del vagón proponiendo “una mujer” para el binomio – la tarijeña Julia Ramos está en la lista -, pero lo cierto es que hace tiempo que dejó parqueadas sus ambiciones de poder dada la escasa habilidad plomera de la actual vicepresidencia.
El escenario va más o menos así: Morales llega hasta el mismísimo día de la inscripción cargando culpas sobre Arce y manteniendo a raya a Claure y su séquito para luego ser inhabilitado y ungir heredero desde el victimismo. Los más optimistas demócratas dicen que dará antes el paso al costado. Los más fervientes seguidores dicen que parará el país hasta que su foto aparezca en la papeleta. Hay margen para que el FPV y todo el evismo se quede sin representación, pero en el círculo de fuego, ese que nunca le lleva la contraria, hay la convicción de que en el momento propicio, dará el paso al costado.
Ahí entran otros recelos: solo puede sustituir al candidato alguien no inscrito en las listas. O sea, nadie puede dejar de ser candidato a senador o diputado para pasar a ser candidato a presidente y en esas llegan los cálculos ¿Quién está dispuesto a quedar al margen? Se supone que el reemplazante es Andrónico Rodríguez, pero ha dado suficientes muestras e independencia como para que Morales crea que aquello puede acabar exactamente igual que con Luis Arce: viendo desde la vereda.
Rodríguez Veltzé
Antes de la confirmación de la sigla con el FPV hubo un pequeño terremoto: Eduardo Rodríguez Veltzé, el favorito de la clase media, apareció almorzando con Sebastián Michel, embajador en Venezuela y estratega de Luis Arce, y Diego Pary, exembajador en la ONU y próximo a David Choquehuanca Veltzé fue el fichaje estelar del evismo para la agencia de La Haya, y él no disimula su filiación al centro izquierda más social que el propio evismo.
Almuerzo – negociación – candidato – presidente. Todo pasa rápido en este país y sus redes. Veltzé negó la mayor: “no he sido, no soy y no seré candidato”. Con eso debería bastar, pero no.
La evidencia muestra que el MAS busca fórmulas por fuera que logren articular su espacio sin las cargas negativas de Evo Morales y del gobierno de Luis Arce. Las encuestas confirman que la oposición de siempre retrocede y el MAS se consolida, o al menos solo cede votos a Chi Hyun Chung, el antisistema voto castigo por excelencia.
Es cuestión de tiempo que el MAS entre en razón… o no, pero por el momento las apuestas están sobre la mesa.