Fuente: Visión 360
Esta semana los artistas y activistas LGTBQ+ Juan Pablo García y Andrés Mallo denunciaron, mediante un video público, haber sido discriminados por la fraternidad Ferrari Ghezzi, la cual les impidió bailar como chinas morenas. Es el tercer reclamo sobre discriminación en el Carnaval de Oruro que se hace público en los dos últimos años, lo que reaviva el debate sobre el tema.
«El 7 de diciembre (de 2024), la encargada del bloque La Paz de la fraternidad nos dijo ‘los de arriba no quieren que bailen, porque son hombres vestidos de mujer’. Además, indicó que el Gran Poder era ‘cualquier cosa’ a diferencia que el Carnaval de Oruro, en donde ‘no se permitían ese tipo de acciones'», contó García a Visión 360, 24 horas después que él y Mallo publicaran un video en las redes sociales sobre el mismo caso.
Los bailarines acudieron a la palestra pública luego que la denuncia que presentaron al Ministerio de Culturas no tuviera respuesta. Y no son los únicos, ya que un mes antes otro bailarín también reclamó contra su fraternidad, esta vez a nombre de su esposa.
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El 4 de diciembre se reportó que Ricardo Rojas, de Morenada Central Oruro, denunció públicamente al directorio de esa fraternidad por discriminar y humillar a su esposa, Claudia Oporto. Reveló que le impiden que participe en el Carnaval 2025 como parte del bloque de figuras Ana Camacho por tener un hijo y no tener una supuesta edad requerida, pese a que bailó varios años.
A raíz de ese incidente, el Viceministerio de Descolonización reveló que recibió «varias denuncias» sobre este problema, llamando la atención de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro (Acfo), organizadora del Carnaval orureño.
Esto levantó la polvareda causada en 2023, cuando el entonces directorio de la Acfo prohibió a los denominados Incas del Gran poder, los modelos y pareja Franco de la Cuenca y Alejandro Ledezma, participar en cualquiera de las fraternidades que bailaban ese año.
«Nosotros no consideramos a figuras públicas, peor todavía a gente que haya mostrado en las diferentes festividades religiosas una distorsión total de lo que es la esencia misma de la danza en la que participaban», dijo a los medios el entonces presidente de la asociación, Jacinto Quispaya.
Los afectados también presentaron su denuncia, pública e institucional.
El problema se arrastra desde más atrás. Ya sea rechazo a mujeres que pasaron cierta edad, nunca especificada oficialmente; un intento de limitar el número de participantes no orureños o agresiones contra persona LGTBQ+, la organización de las principales carnestolendas bolivianas estuvo marcada por controversia.
Este año, el actual presidente de la Acfo, Ángel Arancibia, rechazó las denuncias. Aseguró a los medios, como La Patria, que el Carnaval de Oruro «es una fiesta de la inclusión». Como complemento, el 17 de enero, anunció la implementación de talleres preventivos, además de garantizar que la institución recibirá denuncias de discriminación por parte de los conjuntos para su resolución interna, siguiendo sus estatutos y reglamentos.