Lluvias: desorden, basura y alcantarillados caducos ponen en jaque al eje troncal del país


Inundaciones, desbordes y deslizamientos. Las tres ciudades capitales del eje troncal de Bolivia sufren los efectos de la lluvia año tras año. Aunque se trabaja en prevención, hay varios factores que las mantienen en riesgo.

Las calles de Cochabamba se llenaron de agua tras las lluvias de la semana pasada. Foto: APG
Las calles de Cochabamba se llenaron de agua tras las lluvias de la semana pasada. Foto: APG

 

Fuente: Visión 360
Por Leny Chuquimia

Calles anegadas, inundaciones, desbordes de ríos y colapso de los sistemas de drenaje son problemas en común que se repiten cada año en las tres ciudades capitales del eje troncal del país. Aunque bajo sus propias características, las causas son las mismas: falta de prevención, un crecimiento desordenado y redes de drenaje antiguas que ya caducaron.



Desde Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, autoridades y expertos hablan de las tareas de prevención y advierten que es necesario cambiar los sistemas de drenaje y tener planes maestros para el desarrollo de las ciudades.

Santa Cruz de la Sierra

El pasado 20 de enero, una copiosa lluvia dejó inundadas varias calles de Santa Cruz de la Sierra. La precipitación, que anticipó el ingreso del país a la etapa más intensa de la temporada de lluvias, causó desbordes de canales y la crecida de los ríos.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

En las avenidas del primer y sexto anillo, el agua rebasó los niveles de puentes, las alcantarillas se saturaron y el tráfico vehicular rozó el caos. El río Piraí presentó una crecida que generó al menos tres emergencias.

El primer caso ocurrió en La Angostura donde tres personas fueron rescatadas cuando se ahogaban. El segundo es el de una pareja atrapada en un auto en el río Piraí, en la zona del Urubó. En el último, una familia quedó atrapada en las vertientes del mismo río, a la altura del sexto anillo norte.

“Este es el año que el río más ha crecido, después del 83, cuando un turbión se llevó casi media ciudad”, manifestó el concejal José Alberti, de la capital cruceña.

Señaló que el principal problema de la ciudad se repite en todas las capitales del eje troncal: la antigüedad de sus sistemas de alcantarillado y el crecimiento no planificado de las ciudades.

“Cada vez que llueve vemos gran afectación en Santa Cruz; las calles se inundan y afecta al transporte, a las personas y a la actividad económica. Como el agua se estanca en calles, avenidas  y negocios,  se afecta a la infraestructura pública y privada. Esto se debe a una mala planificación a nivel central  respecto al desarrollo de las ciudades, a planes de fluviales y pluviales, de drenaje”, observó Alberti.

Afirmó que como cada ciudad, Santa Cruz debería tener un plan acorde a sus características. Este debe contemplar que la ciudad es plana, que es extensa y densa, que es cruzada por dos ríos y que tiene uno de los niveles freáticos más altos de la región (profundidad de la capa de agua subterránea).

“Pero vemos que las herramientas de planificación a corto, mediano y largo plazo, del nivel central, departamental, pero sobre todo municipal, están fallando. Ya en 2021, observamos que en Santa Cruz no se había actualizado su Plan de Ordenamiento Territorial (PLOT), que  data de 2005 y que ya está desfasado por el crecimiento exponencial de la ciudad. Eso no ha sido prioridad en la agenda de los alcaldes”, dijo Alberti.

El PLOT es la base del ordenamiento territorial, así como de los planes directores de agua, drenaje, sistema pluvial y alcantarillado, entre otros. Estos forman parte de los sistemas encargados del drenaje de las aguas, tanto residuales como pluviales.

Si bien son sistemas diferentes, están relacionados entre sí y dependen uno del otro. Asimismo, cada sistema está planificado acorde al número de habitantes, construcciones, etc., aspectos que hoy son diferentes.

“A veces tenemos temor porque llueve y por dos horas Santa Cruz está llena. No debemos olvidar que la ciudad es plana y los estudios de correntía señalan que siempre habrá un tiempo de dos a tres horas para que las aguas bajen, esto es parte de nuestro sistema de drenaje”, dijo  el secretario municipal de Obras Públicas, Sergio Luna.

Rescate de personas en el río Piraí, tras las lluvias.   Foto: Captura RRSS

 

Afirmó que los canales funcionan y que, en las zonas donde hay problemas, estos se encuentran en el norte, donde la mala planificación de las construcciones genera complicaciones.  Y es que las urbanizaciones, condominios y barrios suelen construir canales sin revisar el sistema de toda la ciudad, lo que provoca que estos drenajes no lleguen a donde deben hacerlo.

Este sistema, al momento, cuenta con 322 kilómetros de canales, de los cuales 235 están revestidos de hormigón armado. Estos canales mandan las aguas a alguno de los ríos que cruzan la ciudad o a alguna laguna de regulación.

Pero si estos se sedimentan o tapan con la  basura que la población echa, todo el sistema deja de funcionar y colapsa.

Cochabamba y las lluvias

Cada época de lluvias, la zona Sur de Cochabamba se inunda. Las alcantarillas colapsan y el agua de las calles ingresa hasta las viviendas. Además, hay mazamorras y deslizamientos en la parte que colinda con la cordillera. Cada año pasa lo mismo y este no fue la excepción.

El miércoles pasado, la avenida Panamericana se vio anegada. Las redes sociales se llenaron de videos de los vecinos que mostraban cómo el agua iba remojando las paredes y pisos, y cómo sus pertenencias flotaban.

“Esto no es algo extraño, pasa desde hace años. Lo que pasa es que Cochabamba está al pie del Tunari, que está  lleno de quebradas y torrenteras; la lluvia -que cada vez es de mayor densidad y cantidad- baja por estas torrenteras y tiene que ir a alguna parte. Pero para ello no se ha hecho un manejo adecuado, no hay mantenimiento preventivo, lo que causa estos problemas”, manifestó el representante de la Asociación de Ingenieros Eméritos (Asieme), Gonzalo Maldonado.

Explica que en los últimos 50 años, la capital de Cochabamba creció de forma vertiginosa y desordenada, sin planificación territorial ni estudios de suelos. Asimismo, la población se ha duplicado y las construcciones para albergar a estas personas generaron que ya no haya suelo en el que el agua se infiltre para aguas subterráneas, por lo que la lluvia escurre por las calles, sobre el asfalto y el cemento. Las áreas verdes y sin construcción han disminuido.

Estas aguas requieren un sistema que ayude a su conducción, porque de lo contrario o se estanca o sigue su paso arrastrando basura, material de construcción, ripio etc. En ambos casos van  creando problemas.

“Debemos tomar conciencia sobre el tema de la basura, no importa los trabajos que hagamos, como el cárcamo en Tamborada o el nuevo colector  que estamos terminando. Si no hay conciencia sobre el tema de la basura, esta llega a las rejillas de las bocas de tormenta, tapa los canales, entra en los cárcamos y hace que las bombas no funcionen correctamente y se generen las inundaciones”, manifestó el jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos del municipio de Cercado, Denis Rosales.

Señaló que hay cuadrillas trabajando en los centros de abasto, donde hay anegaciones por la cantidad de basura que se genera. Además, sostuvo que los 365 días al año se hacen obras hidráulicas en la parte alta de las torrenteras, como los  colmatadores  que funcionan como un cernidor que evita que el material de arrastre baje con el agua, generando una mazamorra y afectando a las zonas urbanas cercanas.

De acuerdo con Semapa, la operadora de agua potable y alcantarillado, desde hace varios años se viene denunciando que las nuevas construcciones van generando conexiones irregulares a un solo drenaje en lugar de tener dos diferenciados, para las aguas residuales y pluviales. Al estar conectados a un mismo sistema, este colapsa y rebalsa.

A esto se suma la antigüedad del sistema. La capacidad de estas redes rebasó por el crecimiento urbano. “Esto se repite en todas las comunas, no solo en Cercado”, dijo Maldonado.

Hace más de tres décadas, mediante un convenio con un municipio de Francia, se hizo un plan maestro de desagüe pluvial, que no fue aplicado y que hoy ha quedado obsoleto.

“Durante esta gestión ya hemos podido generar los planes maestros de redes de alcantarillado pluvial diferenciado y cableado cero. Estos ya están en el código urbano que se va a concluir en junio y a los 30 días de su aprobación va a entrar en vigencia, es decir en julio”, explicó el secretario municipal de Planificación y Medio Ambiente de Cochabamba, Mijail Mercado.

La nueva red de alcantarillado pluvial tendrá nuevas matrices, con nuevos diámetros, que serán implementados de norte a sur. Mercado indicó que su capacidad fue calculada acorde al crecimiento vertical de la urbe.

“Cochabamba crecerá para arriba, lo que generará mayores desechos, más contaminación y más aguas residuales. Para lograr esta implementación, se conseguirá que por cada edificio aprobado, la constructora se encargue de la construcción de una parte de esta matriz”, indicó la autoridad edil.

Otro de los problemas es la urbanización en zonas rojas, como la serranía de Takoloma, al sur de la ciudad de Cochabamba. El lugar fue declarado -el año pasado- como zona de desastre por una falla geológica que provoca deslizamientos continuos desde hace varios años y cuya peligrosidad se incrementa con las lluvias.

Sin embargo, esta sigue siendo poblada, se intenta hacer nuevos asentamientos y los habitantes de los antiguos  se niegan a salir del lugar.

“En la serranía de Takoloma estamos tratando de sacar a las familias que siguen habitando, porque por las lluvias y los deslizamientos se están acelerando y con cualquier precipitación podemos tener un colapso de las viviendas”, finalizó Rosales.

La Paz, prevención y  riesgo

El 19 de febrero de 2002, una tormenta de granizo azotó la ciudad de La Paz. 68 personas murieron y otras 14 desaparecieron. Hubo deslizamientos, inundaciones y varias viviendas del centro colapsaron.

Se dijo que ocurrió un desastre natural. Sin embargo, el análisis mostró que gran parte de la emergencia se debió a la vulnerabilidad estructural y la falta de prevención. Lo ocurrido fue una lección. La Paz aprendió y empezó a trabajar en gestión de riesgos, para que algo así no volviera a pasar y si ocurriera, encuentre una urbe preparada.

Sin embargo, tras años de trabajar en prevención, en 2024, en días, los ríos se llevaron muros, casas, vehículos y calles enteras. En Caliri, Callapa, Aruntaya, Irpavi, Achumani, Gramadal, Aranjuez y Amor de Dios, los vecinos dejaron de dormir a la espera de que las lluvias pasen completamente.

Su temor no era para poco. Desde enero hasta marzo de 2024, en la sede de Gobierno, las lluvias generaron 4.767 emergencias atendidas por la Alcaldía de La Paz, desbordaron seis ríos y pusieron en Alerta Roja a todo el municipio y cobraron la vida de siete personas.

A finales del mismo año, las primeras lluvias trajeron un nuevo problema: la mazamorra de Bajo Llojeta. Más de 20 casas quedaron bajo el lodo y una niña perdió la vida.

Aunque la justicia investiga las causas y responsabilidades del último caso, lo cierto es que en todos hubo un cóctel de factores en los que todos tenemos responsabilidades.

“Cuando pasan estas cosas, es claro que no hubo una buena prevención”, dijo el exdirector del Retén de Emergencia (2002), Freddy Miranda.

Por su experiencia sabe que para evitar estos problemas es necesario tener un trabajo integral. Se requieren profesionales especializados, pero también que conozcan a la perfección cómo funciona la ciudad, sus ríos, sus quebradas y sus zonas de riesgo, lo que solo se gana con la experiencia y la relación con los vecinos, que son quienes saben cuándo aparece la menor señal de peligro.

Centro de monitoreo de emergencias de La Paz.  Foto: AMUN

 

La Paz es un valle de alta montaña. Por su territorio corren tanto aguas subterráneas como las del deshielo y forman los más de 360 ríos sobre los que se construyó toda la ciudad.

La cordillera alimenta al Choqueyapu, Orkojahuira, Irpavi, Achumani, Huayñajahuira y La Paz. Los seis ponen cada año  en alerta al municipio. Si bien en época seca descienden sin material de arrastre, cuando llueve arrasan todo a su paso: el suelo, la tierra removida por las construcciones, escombros dejados en las quebradas y la basura.

“Durante los meses de estiaje realizamos limpieza en todas las cabeceras de cuencas y ríos, pero los escombros vuelven y las construcciones cerca de lechos de ríos continúan poniendo en riesgo a las familias. Es importante que los vecinos y ciudadanos denuncien y actuemos juntos para evitar tragedias”, se indicó desde la Secretaría Municipal de Resiliencia y Gestión de Vulnerabilidades de La Paz.

La secretaria municipal interina, Talissa Quiroz, indicó que la Alcaldía llevó adelante varias  intervenciones estructurales y no estructurales. Dijo que todas estas obras han sido evidentes durante las últimas lluvias. La muestra es que la mayoría de los caudales son líquidos y no tienen material de arrastre.

“Estamos realizando el control efectivo del material azolvado en los diferentes puntos, que en anteriores épocas de lluvia nos habían causado algún conflicto”, manifestó.

Uno de los colapsos de plataforma en la ladera norte de La Paz.    Foto: AMUN

 

Indicó que con el objetivo de reducir el riesgo de desastres y proteger a la población, se implementó una serie de medidas integrales en la preparación de la temporada de lluvias 2024-2025, que fueron presentadas en noviembre del año pasado. Esta preparación, según dijo, abarcó tres pilares: institucional,  social y territorial, todo con un enfoque de coordinación institucional y participación ciudadana.

“Hemos desarrollado el fortalecimiento de capacidades internas. Se capacitó a 552 funcionarios, se realizaron certificaciones internacionales, se cuenta con salvaguardas, comando de incidentes. Se formó los choferes en manejo defensivo, que pueden manejar bajo circunstancias de estrés y emergencia. Contamos con los planes y protocolos, se realizó la dotación de equipo y herramientas, todos estos bajo muchas veces contribución de empresas u ONG internacionales que han confiado en el trabajo que estamos realizando”, apuntó.


×