Del “Boston es Bolivia” al plan del vaciamiento de la izquierda


La concentración de opositores a miles de kilómetros del país convocados por el millonario Marcelo Claure ha dividido opiniones mientras el TCP y el TSE siguen jugando con fuego al intentar proscribir opciones populares

Del “Boston es Bolivia” al plan del vaciamiento de la izquierda
Crónica política

 

Fuente: El País.bo



Al cierre de esta crónica la concentración de Boston ya se había disuelto, pero faltaba por conocer lo más importante ¿Cuál de todos los voluntariosos candidatos que acudieron con bloc de notas a sentarse en primera fila habrá logrado caerle en gracia al multimillonario Marcelo Claure, que no invierte en Bolivia pero pone un avión para llevarse a 90 personas a arreglar el país en 36 horas desde Harvard?

Todos se hicieron selfies con el (potencial) mecenas. Todos los que tuvieron la suerte de intervenir desde la tribuna colgaron también la foto de su intervención. También los periodistas que acudieron a la cita. También analistas y algunos columnistas. Imagínense ir hasta Boston para escuchar al exministro Álvaro Ríos hablar de Hidrocarburos. Aparentemente sí hubo tiempo para escuchar a los elegidos de Harvard, que durante seis meses han elaborado el plan infalible Bolivia 360 para darle la vuelta al país… Y sí, no hagan el chiste de que con un giro de 360 vuelves al mismo punto porque ya se hizo, pero igual no se cambió nada. Metafórico.

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Al evento acudieron candidatos como Samuel Doria Medina y su vicepresidenciable José Luis Lupo, que participó del grupo; Manfred Reyes Villa; Juan Pablo Delgado, vicepresidenciable de Tuto Quiroga que prefirió irse a codearse con sus otros amigos a Madrid; Rodrigo Paz, que no aparecía en los primeros reportes; y Eva Copa, confirmando que la influencia de Jorge Ritcher, quien al final se ha colado de vicepresidente, solo puede traer decisiones incoherentes.

También estuvo Jaime Dunn que merece párrafo aparte porque ha sido otro de los protagonistas de la semana: tras semanas de bombo y platillo que le han dado cierto crecimiento en las encuestas, Dunn no apareció en la lista de Nueva Generación Patriótica como candidato a la presidencia porque no logró sacar su solvencia fiscal y así y todo, se hizo público. El patinazo vuelve a golpearlo duro en doble dirección, porque desnuda fragilidades en su discurso, primero porque “odia el Estado” pero vuelve a brillar en su currículum y esta vez no con el MAS, sino en la alcaldía de Chito Valle y como Oficial Mayor que dejó algunas cuentas pendientes. 18 años sin arreglarlas, que se dice pronto, pero tampoco en los dos meses que lleva apareciendo como candidato, lo que desfigura el aura de “técnico eficiente” que intenta dar. Se supone será el candidato en dos semanas más, pero igual estuvo en Harvard porque también había sido elegido por Claure para integrar ese grupo selecto de pensadores. El evento ha dejado algunas fotos de ambos, pero desde luego sin la “química” que destilaban los primeros tuits del empresario que parecía haber encontrado su aguja en el pajar.

A tenor del último tuit de Claure (a esta hora), se compartieron diagnósticos apocalípticos y recetas duras: “Lo difícil será reconstruir un país quebrado, con la gente perdiendo la esperanza y la paciencia. Y por eso hay que hablar con la verdad, aunque duela (…)Bolivia no necesita un ganador. Necesita un líder con el coraje de decir la verdad y tomar decisiones valientes” sentenciaba en un post escrito desde el plural mayestático.

La democracia

Mientras esto pasaba a miles de kilómetros, en Bolivia los ciudadanos seguían haciendo colas en los surtidores y en las puertas de Emapa cruzando los dedos para que en algún momento vuelvan los dólares, y además, crecía la desconfianza hacia el propio proceso electoral.

Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional hace días que juegan con fuego, emitiendo declaraciones que no coinciden con sus actos. El TSE pide preclusión pero anula siglas ya inscritas; el TCP dice que se respetará el calendario electoral, que es lo menos importante si siguen liquidando opciones a las que votar.

De momento, entre ambos le cerraron la puerta a Evo Morales, el político que aun hoy sigue teniendo mayor intención de voto directo que nadie, pero que incluso los suyos entienden que el tiempo pasó. Andrónico lo espero hasta el final, pero nunca hubo paso al costado y su discípulo mejor dotado acabó cayendo en las redes de Álvaro García Linera, que le armó un marco teórico sobre la unidad, un relato épico con parricidio incluido y una red de relaciones amplia para darle otro bagaje, pero que asomó demasiado la cabeza al colocar a Mariana Prado – Calvert, UCB, Complutense, Sorbona – como vicepresidenciable y que además ha caído en la misma trampa de la preclusión: la pelea familiar hereditaria del MTS está a punto de proscribir también esa opción en el campo popular.

El evismo lleva prometiendo una movilización sin precedentes que haga temblar los cimientos del Estado diez días, pero siguen postergando su arranque. También Andrónico y sus nuevos amigos piden estar vigilantes de lo que pueda suceder con su sigla, mientras tanto le estallan escándalos en su círculo más cercano, como el de su asesor Israel Quino acusado por abuso sexual o el de Mario Cronenbold, jefe de campaña, peligrosamente cerca del jefe del Primer Comando de la Capital brasilero refugiado en Bolivia desde 2020 y curiosamente identificado el día después de que Eduardo del Castillo deje el ministerio de Gobierno para ser candidato del MAS a la presidencia.

De momento la tesis central que sostienen la mayoría de analistas es que el arcismo está moviendo los hilos para quedar en solitario en el campo de la izquierda y por ende, cosechar los votos de Evo y de Andrónico al no tener otra opción (también penden recursos sobre Morena por la fecha en que se entregó su personería). El análisis es bastante ligero, pues precisamente Del Castillo, que no tiene nada de indígena, es el que más ha atacado a Evo Morales en este tiempo y eso no se olvidará fácilmente.

En ese contexto, siempre conviene preguntarse ¿a quién más le conviene ese escenario desierto en la izquierda?

Fuente: El País.bo