A lo largo de su participación, Tuto hizo un diagnóstico severo de la situación económica e institucional del país, y delineó medidas urgentes y estructurales que, según dijo, deben implementarse con claridad y rapidez desde la transición misma de gobierno.
Fuente: Brújula Digital
Raúl Peñaranda U.
En su intervención durante la conferencia internacional Bolivia360, realizada en la Universidad de Harvard, el expresidente y actual candidato presidencial Jorge Tuto Quiroga propuso una agenda de transformación para Bolivia, basada en una “revolución de propiedad” y la digitalización completa de los servicios del Estado.
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A lo largo de su participación, hizo un diagnóstico severo de la situación económica e institucional del país, y delineó medidas urgentes y estructurales que, según dijo, deben implementarse con claridad y rapidez desde la transición misma de gobierno.
Este sábado 24 se inició en la Universidad de Harvard la segunda y última jornada de la conferencia Bolivia360 con el objetivo de generar ideas de consenso y propuestas concretas para que Bolivia retome la senda del crecimiento económico.
El evento, impulsado por el empresario boliviano Marcelo Claure en alianza con la universidad de Harvard, reúne a empresarios, académicos, expertos internacionales y candidatos a la presidencia de Bolivia.
La conferencia se abrió el viernes con palabras de bienvenida a cargo de Claure y del economista Ricardo Hausmann, director del Growth Lab de Harvard y afamado profesor de esa universidad. Ambos destacaron la urgencia de generar consensos amplios y soluciones viables ante la compleja coyuntura económica y social que vive el país.
Unos 90 asistentes siguen el evento, que luego participan en paneles y discusiones. Los temas fueron minería, hidrocarburos, litio, cooperación internacional, ganadería y agricultura.
En ese marco, Tuto propuso cuatro líneas centrales para enfrentar la crisis: estabilidad, cambio radical, transformación institucional y una revolución de propiedad combinada con digitalización.
En materia de estabilidad, sostuvo que Bolivia vive una crisis de balanza de pagos “predecible, previsible y que se podía haber evitado”. Afirmó que el MAS recibió un país sin deuda externa y con recursos energéticos en auge, pero que “saqueó y destrozó” 123.000 millones de dólares en lugar de invertirlos estratégicamente.
Según el exmandatario, la solución pasa por un programa inmediato de estabilización económica con el Fondo Monetario Internacional y financiamiento externo. Recordó que ya en 2020 propuso un plan de 7.000 millones de dólares, cifra que hoy se ha elevado a 12.000. “Papá Noel no trae dólares”, dijo, y subrayó que el problema es estrictamente de acceso a divisas, lo que impone la urgencia de ejecutar un acuerdo de rescate financiero.
La segunda línea de acción que planteó es un cambio radical del marco legal sectorial. Dijo que Bolivia necesita una legislación más agresiva que la de Chile y Perú para atraer inversión extranjera en minería, así como mayor biotecnología en el sector agropecuario y mejoras en infraestructura para el desarrollo del turismo y la economía naranja.
Recalcó que el país debe recuperar su capacidad gasífera con un “shock de inversión masivo” y que el litio –al que llamó “la parte más interesante de Bolivia”– debe convertirse en una verdadera potencia industrial.
En cuanto a la recomposición institucional, Quiroga fue tajante: “todo está podrido, todo está putrefacto en Bolivia”, afirmó. Reivindicó el pasado meritocrático de la función pública, y propuso una descentralización plena de salud, educación y seguridad como pilares de una autonomía real.
Afirmó que el gasto estatal debe dirigirse a esos sectores y no a fábricas, estadios o aeropuertos que calificó como parte de una “farra sin límites”. Reclamó salud y educación provistas de forma descentralizada y digitalizada, utilizando recursos públicos que hoy están mal asignados.
Su propuesta más ambiciosa es la que calificó como “revolución de propiedad”, que incluiría la titulación individual de tierras y puestos de mercado. Además, propuso crear un fondo de inversiones financiado con los ingresos del litio, gas y hierro, cuyos beneficios se distribuyan directamente a los bolivianos mayores de 18 años mediante registros digitales. Según explicó, esto permitirá que cada ciudadano se convierta en un agente económico con un capital inicial de 1.500 dólares, que irá creciendo conforme el país recupere su productividad.
Complementariamente, propuso una digitalización total del Estado. Dijo que todos los servicios gubernamentales deben trasladarse al celular, eliminando trámites, colas y corrupción. Mencionó a su candidato a la vicepresidencia, J.P. Velasco, como ejemplo de talento joven que puede liderar este cambio, y afirmó que Bolivia debe habilitar la criptominería, fomentar el uso de bitcoins y convertir zonas altas como El Alto o Potosí en centros de datos e inteligencia artificial.
En el plano internacional, anunció que rompería con el Mercosur, al que calificó como una “cárcel comercial”, y que buscaría acuerdos bilaterales con China, Corea, Japón, Europa y Estados Unidos.
Quiroga expresó que es imperativo decirle con total claridad a la población lo que se va a hacer desde la campaña electoral, para evitar el error de llegar al poder sin mandato político. Dijo que es necesaria una mayoría clara en primera vuelta, que permita comenzar la estabilización económica durante la transición misma.
El viernes, el primer candidato presidencial en hacer uso de la palabra en el evento fue Manfred Reyes Villa. En el resto de la jornada harán uso de la palabra los otros candidatos presentes en el evento: Samuel Doria Medina, Rodrigo Paz, Eva Copa y Jaime Dunn.
BD/RPU
Fuente: Brújula Digital